Fieles a unas ‘rutas migratorias’ que los llevan cada año del Mediterráneo al Caribe en viajes de ida y vuelta, los yates de grandes dimensiones suelen ser habituales en el Puerto de La Luz con la llegada de la temporada otoñal e invernal. Aun a falta del centro de servicios y del nuevo muelle deportivo llamados a consolidar su presencia en los próximos años, el recinto de la capital grancanaria suele ser parada obligatoria para repostar cuando las tripulaciones los trasladan desde desde los ‘cuarteles de verano’ a los de invierno, pero la pandemia también trastocó sus planes en 2020. 

El ‘Ocean Pure 2’, un velero de 35 metros, navega por las Antillas tras pasar por la Isla

En un año marcado por los confinamientos, las limitaciones de atraque en puertos internacionales y la incertidumbre económica, muchos propietarios no cruzaron el Atlántico antes o después del verano, por lo que las visitas al recinto grancanario se redujeron considerablemente. El Puerto registró durante todo el año algo menos de 20 escalas de embarcaciones de recreo de más de 30 metros de eslora, cantidad que se sitúa muy por debajo de las más de 60 alcanzadas en ejercicios anteriores, según los datos que maneja la Autoridad Portuaria de Las Palmas. A su ausencia hay que sumar, además, la de los grandes veleros dedicados a los cruceros de formación.

Siete de esas escalas tuvieron lugar en el Muelle Deportivo y el resto, en los comerciales, como el Santa Catalina o el Sanapú, aunque algunos de los buques que las protagonizan llevan un largo tiempo en el recinto capitalino. Así ocurre con el Sira, que llegó a ser objeto de un episodio de Pesadilla en la cocina y permanece atracado en uno de los diques de la dársena de embarcaciones menores desde mediados de 2019.

Los más espectaculares

Uno de los buques más espectaculares que pasó por la marina el año pasado es el Ocean Pure 2, un velero de 35 metros de eslora con capacidad para once pasajeros que fue construido en 1992 y reformado a finales de 2019, tras cambiar de propietario. Visitó Las Palmas de Gran Canaria a finales de noviembre, antes de cruzar el Atlántico y dirigirse a la isla caribeña de San Bartolomé. Desde entonces navega por las Antillas

El Muelle Deportivo también registró la visita del Eileen, un yate a motor de 50 metros de eslora con capacidad para doce pasajeros en seis camarotes. Partió de Florida a finales de octubre y desde hace un mes se encuentra en un astillero de la isla de Cerdeña que suele acoger embarcaciones de hasta 70 metros de eslora. 

El ‘Ecstasea’ recala dos veces en Santa Catalina

Entre los que sí han realizado la travesía del Atlántico se encuentra el Ecstasea, un icono de la náutica de lujo con sus 86 metros de eslora. El yate, habitual tanto de la prensa especializada como del couché por la gran cantidad de famosos que han pasado sus vacaciones a bordo, incluso recaló dos veces en Gran Canaria el año pasado. La primera parada tuvo lugar a mediados de abril en ruta de Bahamas a Barcelona. La última, en Nochebuena durante su retorno al Atlántico oriental, en este caso a la isla de San Martín.  

Otro de los grandes yates de 2020, el Ocean Dreamwalker III, pasó por La Luz hace hoy justo un año. Este yate de 47 metros construido en 2018 con la vista puesta tanto en los viajes de placer como en los de expedición repostó en el muelle Sanapú poco antes de continuar travesía hacia Cabo Verde y cruzar el Atlántico rumbo al Caribe y Bahamas. Tras el parón de la primavera surcó el canal de Panamá rumbo a Alaska, donde pasó el verano.