Excelentes amigos fuimos desde nuestra infancia. Él de la Plaza de la Feria.; yo, de la calle Venegas. El juego lo disfrutábamos entre la Plaza de la Feria,la Marea, o la propia calle jugando a "calimbre" Las últimas décadas, fuimos convecinos en Triana. En esta calle manteníamos largas conversaciones, bien paseando o sentados en uno de sus bancos. Hace poco más de una semana coincidimos y hablamos sentados en un banco de la Calle Mayor. Pepe, como siempre, parco en palabras, pero esta vez con hablar cansino, pausado. "¿Qué te pasa, Pepe?", pregunté... "¡No me encuentro bien!", contestó con voz mustia; "de verdad, no me encuentro bien", insistió. Le indiqué acompañarle al Centro de Salud. "No, no te preocupes; mi médico ya me ha diagnosticado". Ayer leí su esquela en LA PROVINCIA, la sorpresa y la tristeza me invadieron cuerpo y alma en medio del ambiente plúmbeo y gélido de Tunte. "¡Qué lástima, se fue una gran persona y he perdido un excelente amigo!" dije para mis adentros. Pepe Hage fue hombre de comercio; como lo fue su padre -don José Hage- que con su esposa doña Labibe Hage formó un matrimonio ejemplar-, como también se dedicaron al comercio sus hermanos Javier y Jorge; Luis tomó el camino del Derecho. Pero todos los hermanos formaron una enraizada piña de afecto y amor fraternal. Con Pepe Hage se nos ha ido un excelente amigo. El tercer amigo que nos deja en los últimos meses. Con gran pesar le decimos adiós desde Tunte, capital del municipio de San Bartolomé de Tirajana, compartiendo el dolor con su viuda, Josefina Santana Peña; hijos José Jorge, Miriam y Leticia; hermanos Jorge y Luis y demás estimada familia, tan apreciada y querida en nuestra ciudad.