Era un secreto a voces desde hace más de un mes: el diseñador grancanario Fernando Méndez se debatía entre la vida y la muerte a consecuencia de la Covid-19. Y ayer, en el Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, a los 63 años de edad, fallecía dejando huérfana unas fiestas de las cuales ostenta el logro de haber sido el creador con más títulos de Reinas de Carnaval de su historia, con trece triunfos en el concurso más emblemático de los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria.

Fernando Méndez fue durante tres décadas sinónimo del mejor Carnaval de la capital grancanaria y, sin lugar a dudas, el recorrido de las fiestas más importantes de la ciudad no se entendería sin su aportación, como destacaban ayer jueves los hombres y mujeres vinculados a las carnestolendas de Gran Canaria y el resto del Archipiélago. Sin ir más lejos, desde Tenerife llegaban también a primera hora de la tarde mensajes de condolencias por parte de sus compañeros -y rivales- de profesión.

Desde que en 1982 se alzara con el título de Príncipe del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en un concurso de disfraces celebrado en el Castillo de la Luz, cuando Fernando tenía 17 años, su participación en las carnestolendas grancanarias como diseñador de las fantasías de Reina se sucedieron en todos los escenarios donde se fueron desarrollando las galas: desde la Plaza de Santa Ana al Teatro Pérez Galdós y de ahí al Parque de Santa Catalina, incluyendo el experimento de La Puntilla, en la Playa de Las Canteras.

El fallecimiento de Fernando Méndez, pese a la gravedad que implica el coronavirus, ha sido “una terrible sorpresa” para sus amigos y familiares, en especial para su única hermana, Esther Méndez. “Siempre bromeaba con él porque jamás se ponía malo”, recuerda el fotógrafo Luis del Rosario, colaborador habitual de Méndez quien ayer, afectado, explicaba que el diseñador estaba ultimando una exposición fotográfica sobre su recorrido profesional antes de caer enfermo.

La vida entre alfileres

Fernando Méndez fue vecino del barrio de Schaman, en Las Palmas de Gran Canaria. Sus padres, ya fallecidos, eran naturales de Betancuria, en Fuerteventura, aunque el diseñador nació en 1958 en la capital grancanaria.

En su juventud estudió en Madrid un curso de diseño pero su curiosidad le empujó a seguir formándose de manera autodidacta. Muy leído y viajado, Méndez siempre apostó por la renovación. Sus fantasías para el Carnaval marcaban tendencia y eran copiadas hasta la saciedad por otros creadores. Primero puso de moda la galleta, que es como se bautizó su uso de grandes y elaborados accesorios redondos detrás de la candidata, cuando los vestidos no llevaban ruedas. Y cuando esa actualización fue admitida en las bases de los concursos optó por fantasías más ligeras, dando otro giro a los diseños. La selección de sus candidatas, siempre mujeres bellísimas y con formación académica que destacaban entre el resto de las ya de por sí impresionantes concursantes, también sentaron precedente entre el resto de diseñadores y firmas comerciales. “Como embajadoras de la ciudad y su Carnaval, Las Palmas de Gran Canaria no se puede permitir una Reina que no se sepa desenvolver en público”, repetía este genial creador.