Un total de 17 personas que habían ocupado un edificio de la calle Triana número 30 fueron ayer desalojados por efectivos del GOIA-UE de la Policía Local, apoyados por los bomberos y una unidad de la Policía Nacional. Los expulsados, que abandonaron la casona sin resistirse, son migrantes magrebíes y entre ellos se encontraba un menor, que se había escapado del centro en el que vivía y cuyos responsables se desplazaron al lugar a recogerlo.

El edificio desalojado, al igual que el número 72 que está al lado, es de propiedad municipal y está protegido. Hace años acogió la histórica dulcería La Madrileña. Desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana, una portavoz aseguró que el desalojo se produjo como una “medida preventiva”, para evitar “cualquier tipo de accidente”. “El inmueble está en ruinas y para evitar peligros se ha intervenido para que abandonaran el inmueble”, añadieron las fuentes.

Los dos edificios de Triana, a los que se puede acceder también desde la parte trasera de la calle Francisco Gourié, han sido vallados y se han puesto vigilantes privados para impedir la entrada. Está previsto también que la próxima semana se proceda al tapiado de las puertas de los dos inmuebles para impedir una nueva ocupación. De hecho, esta no es la primera vez que se produce un desalojo en el edificio. El pasado 17 de marzo, en pleno confinamiento, un grupo de migrantes fue expulsado del edificio por la policía.

El desalojo de ayer se produjo tras la denuncia de los vecinos, que aseguraron que el edificio está ocupado desde hace tiempo. Los comerciantes y residentes consultados aseguran que los chicos, en su inmensa mayoría menores de 20 años, no causaban problemas ni escandaleras o peleas, pero sí generaban “inquietud” en el vecindario ante la posibilidad de robos, de los que ninguno pudo dar constancia.

Fuentes policiales indicaron que el operativo se inició sobre las 8:30 de la mañana y a las 10:30 ya había acabado el desalojo. Añadieron que no fue necesario hacer uso de la fuerza, porque los okupas salieron “motu propio”, tras ser instados a ello. Las fuentes aclararon que sólo estaba ocupado el número 70, aunque en un principio se pensó que también se hallaban en la casa de al lado, ya que ambos inmuebles están conectados. Aunque se desplazaron al lugar operarios del servicio de Limpieza, las fuentes señalaron que no había mucha basura. “Sólo excrementos y algún que otro residuo. Da la impresión de que sólo utilizaban la casa para pasar la noche, porque estaba vacío y ni siquiera había camas ni enseres. El resto del día hacían la vida en la calle”, indicaron. Los vecinos piden al Ayuntamiento que den uso al edificio o lo tapien para que no vuelva a ser ocupado. “Que hagan viviendas o pongan algún servicio que beneficie a los ciudadanos. O que los vendan. Lo que no es de recibo es que en medio de la calle Triana, el Ayuntamiento tenga unos edificios abandonados, con las necesidades que hay”, se quejó una vecina. Justo al lado, en la calle Munguía existe otro solar ocupado desde hace seis años.