La revista Forbes ha formulado una lista alternativa de las 100 mayores fortunas de España. Y en este caso no son los que más poder adquisitivo acumulan, sino lo que procuran a los demás. Entre ellos está Reyes Martel, magistrada titular del Juzgado nº 1 de Menores de Las Palmas. Lleva desde 2013 en el puesto y en 2016 decidió impulsar junto a profesionales de distintos ramos la organización Up2U con el objetivo de ayudar a integrar en la sociedad a jóvenes conflictivos y en riesgo de exclusión social. Llevan ya cuatro años organizando el Camino de los Valores entre Tunte y Gáldar, pero realmente su labor es más amplia.
¿Qué significa para la asociación Up2U y para usted este reconocimiento de Forbes?
Significa una mayor visualización. Up2U es una asociación que ha ido creciendo con un carácter multidisciplinar, personas de distintas profesiones a las que les une el interés y la sensibilidad en relación con los jóvenes. Nos centramos en aquellos adolescentes que han tenido un comienzo de vida complicado; no solo los menores solos migrantes, también los canarios que están acogidos a la administración por diversos motivos; y luego jóvenes de entre 14 y 18 años que ya han cruzado la línea roja y se acercan a la mayoría cometiendo infracciones penales. Esto supone visualizar una realidad que muchos desconocen.
El Camino de los Valores es la acción de la organización que más difusión ha tenido, pero, ¿qué otros proyectos tienen?
Utilizamos herramientas para intentar cambiar las circunstancias de la vida de un chico o una chica. Por un lado, la formación profesional; hemos sacado talleres, formación para el empleo para esos jóvenes que se han quedado fuera de la educación reglada. Utilizamos mucho la responsabilidad social corporativa porque creemos que las empresas y las fundaciones deben incorporar a los jóvenes entre sus intereses. También vamos a comenzar un Pfae que nos ha sido recién adjudicado; Up2U digital, donde la formación homologada les servirá por ejemplo para instalar fibra óptica, habrá talleres de robótica, drones, el trabajo del futuro. En el mundo del deporte, que está parado, tenemos fútbol, baloncesto, deportes náuticos. Aparte, tenemos que tratar en lo terapéutico diferentes problemas como el consumo de sustancias, la adicción a las nuevas tecnologías, determinados problemas de salud mental. Y luego el Camino de los Valores que además compartimos con jóvenes de otras provincias.
¿La pandemia les ha truncado los planes?
Hemos resistido a trompicones. Lo complicado es marcarnos una hoja de ruta, la idea es crearnos diferentes escenarios. El Plan A sería el desastroso en el que no podamos hacer nada porque estemos confinados. Luego otros dos que serán más operativos, el Plan B sería como hemos estado en los últimos meses en los que se han podido hacer algunas actividades, incluido el Camino que tuvimos que reconvertir. Gracias a este hemos dado una visión amable de los jóvenes a los que se les ha tachado de irresponsables. No hubo contagios, disfrutamos de la naturaleza, nos ha servido para ponernos un reto más. En mayo nos preguntamos: ¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos para el 21? No, tenemos que demostrar a los chicos que aún ante la adversidad hay que continuar, que en la vida vamos a tener días complicados en los que hay que seguir caminando. No nos podíamos quedar parados, teníamos que ser ejemplo.
Forbes señala que han logrado un 80% de reinserción de los jóvenes que tratan. ¿Qué ocurre con ese otro 20%?
Es un tema complicado. Estamos hablando de personas en formación con distintos casos. Con o sin familia. Familias que presentan problemas complejos. Si la familia o su entorno no son propicios hay un margen importante de fallo. No es una ciencia exacta. Todos los días nos llegan chicos y chicas a los que les vemos un futuro negro pero que finalmente salen para adelante y nos llegan a sorprender convirtiéndose en adultos maravillosos. Pero también ocurre al revés, jóvenes que vemos que será rápido y no. Nunca puedes pronosticar qué va a pasar. Pero al ser algo tan complejo, hay un montón de gente detrás de cada programa de intervención, técnicos, educadores, psicólogos, entidades colaboradoras.
Cuando habla de reinserción no se refiere solo a que los menores se quitan de encima su carga judicial.
Up2U no solo trabaja con menores infractores. La idea es evitar que se llegue a ese extremo, intenta reconducir la vida de esos chicos antes de. Al final esta organización es para tener menos trabajo en los juzgados.
Es una labor de prevención.
Totalmente. Siempre hablamos de intervenir con los jóvenes en general. Esta es una etapa de la vida muy complicada y cada vez hay más chicos de familias “aparentemente” normales que nos llegan a la Justicia juvenil y cuando lo hacen ya puede ser un poco tarde; pensábamos que su vida era perfecta y no lo era tanto.
¿Tratan a un perfil concreto de adolescentes?
Es un perfil heterogéneo. Aunque es verdad que nos están llegando cada vez más perfiles que hace 10 años no lo hacían; y es bastante más complicado de trabajar con ellos y con sus familias. Chicos tiranos, con familias de poder adquisitivo medio-alto. Los propios padres niegan la mayor muchas veces y en un momento determinado les estalla en las manos. La violencia también ha aumentado en el sentido amplio de la palabra. Física o psíquica.
¿Qué tipo de violencias?
El acoso, que con las nuevas tecnologías tiene unos efectos devastadores. Ya no se queda en el colegio, ahora queda de manera permanente en la red. En eso los mayores estamos a años luz. El desfase generacional es mucho mayor que el que tuvimos con nuestros padres. No controlamos en absoluto su mundo.
Forbes nombra la violencia filioparental.
Esta ha crecido mucho. También la violencia de género. Algo estamos haciendo mal. Hablamos de la violencia de género en adultos todos los días y nos olvidamos de ellos. Los jóvenes repiten conductas, cuando nos detenemos a analizar los expertos vemos que puede ser porque en el seno de su familia ha vivido este tipo de violencia y luego lo que hace es repetir. Por otro lado normalizamos ciertas cosas, a diario presenciamos situaciones cotidianas en las que, si nos detenemos un momento, vemos por todos lados los estereotipos de género. Es algo que también intentamos abordar con los jóvenes en Up2U, con ellos y con sus padres.
¿Estos delitos prevalecen ahora por encima de los pequeños hurtos o el vandalismo?
Los patrimoniales se han mantenido. Aquí en Canarias sigue habiendo un problema importante del consumo de sustancias. Se normaliza muchísimo el consumo de la droga blanda, incluido el alcohol. Está aceptado socialmente, muchas de nuestras fiestas se han transformado en botellones institucionalizados.
¿Cómo trabaja la organización ante las violencias?
Trabajando los valores. Que entiendan la empatía en su propia piel, que sepan ponerse en el lugar del otro. El Camino va de eso. Cuando tienes que aprender todos los valores de golpe en la adolescencia tienes que sufrirlos. Ahí les hacemos luchar por una meta. Por otro lado, les enfrentamos a realidades de adultos que tienen muy complicado cambiar sus vidas. Han venido reclusos que les hablan de una manera muy dura de su experiencia o jóvenes que cuentan su paso por la Justicia de menores y que les destapa que la vida no es como en las películas. Es el caso del boxeador Samuel Carmona; hay que verle decirles que no volverá a pegar a nadie más fuera de un ring.
Up2U es una medida de prevención, pero, ¿qué puede hacer la sociedad para no tener que recurrir a ustedes?
Tendríamos que cambiar todos. Reeducar a las familias, pero eso suena bastante utópico. Entonces, si no podemos intervenir ahí tendremos que empezar por algún sitio, en eso estamos, cambiando a los futuros padres y madres.