Los parques y las zonas al aire libre de Las Palmas de Gran Canaria arrancaron este lunes con más deportistas de lo habitual. Decenas de personas escogieron entrenar en lugares como el parque Romano o la Avenida Marítima en el primer día con los gimnasios y centros deportivos cerrados al entrar la Isla en nivel de alerta 3 del plan de medidas anticovid del Gobierno de Canarias. Tanto los empresarios del sector como los usuarios mostraron ayer un descontento generalizado al considerar la actividad física esencial para la salud; destacaron que el número de contagios en este tipo de establecimientos ha sido “casi nulo” en las Islas, por lo que han solicitado los permisos para poder manifestarse a final de mes.

Durante la tarde del lunes, además, el Ayuntamiento capitalino anunció una serie de medidas que afectan al sector de la actividad física ante la escalada de los contagios. El Instituto Municipal de Deportes (IMD) ha suspendido así todas las actividades que se desarrollaban en instalaciones cerradas, con la única excepción del deporte profesional -Club Voleibol Sayre, CV San Roque, CV Olímpico, Canarias Cludeon y CH Molina Sport-. También clausura los gimnasios y centros de gestión indirecta municipal de Las Rehoyas, Tamaraceite, La Cícer y León y Castillo. Tampoco se permite el uso de las pistas deportivas de Alcaravaneras, ni las zonas de musculación y calistenia del parque Romano y del Juan Pablo II.

El IMD limitara así el uso de las instalaciones deportivas de la capital a la actividad física individual, de intensidad moderada, evitando la interacción social, con distancias de seguridad de al menos de dos metros y sin el uso de materiales compartidos. Los trabajadores del IMD se encargarán de supervisar el buen uso de estas instalaciones, las cuales pasarán a cerrar a las nueve de la noche. Estas medidas estarán vigentes hasta la finalización del nivel de alerta 3 en la Isla, decisión que depende de la Consejería de Sanidad. Todo con el objetivo de “garantizar la salud y el bienestar de los vecinos de la capital”.

Ante esta situación, con todos los gimnasios y centros de la ciudad cerrados, numerosos deportistas cambiaron el suelo de parqué por zonas como el parque Juan Pablo II, El Confital, el paseo de Las Canteras o la Avenida Marítima. Es el caso de Miguel Saavedra, habitual de un centro de crossfit situado en El Sebadal que decidió entrenar ayer en el parque Romano. “Antes aquí solo venía muy de vez en cuando, pero no me queda otra, en marzo tengo una competición y esto me rompe la rutina que tenía”, señaló tras pasar dos horas de cardio.

Varios centros deportivos de la ciudad preparan una manifestación para final de mes

Este joven mostró ayer su descontento con la medida adoptada. “Estoy de acuerdo con todo lo que se ha aprobado menos con el cierre de los gimnasios, porque luego tienes algunas tiendas a reventar; esto es salud”, recalcó Saavedra. “Donde yo voy tienes siempre a un monitor limpiando, desinfectando, vigilando, aquí -en referencia a las máquinas del parque Romano- eso no ocurre”, puntualizó, sin saber que horas más tarde el Ayuntamiento tomaría la decisión de prohibir el uso de estos aparatos junto a los del Juan Pablo II.

Varios gimnasios y centros deportivos de la capital grancanaria se han unido para solicitar a la Delegación del Gobierno los permisos para poder manifestarse a final de mes. “Se ha demostrado que los contagios en los centros no llegan siquiera al 1%”, precisó ayer Salomón Rodríguez, encargado de LPA Crossfit, uno de los establecimientos que está organizando la protesta. “Queremos que se nos reconozca como un sector indispensable para la salud, hay otros que sí están abiertos y no son de primera necesidad pero nosotros cuidamos de la salud física y psicológica”, explicó.

Ante la incertidumbre que tiene el sector por delante -las medidas estarán vigentes hasta que se produzca una mejora en la situación epidemiológica de la Isla-, centros como el que dirige Salomón Rodríguez han tenido que reinventarse. “Estamos ofreciendo clases online y entrenamientos al aire libre en un espacio abierto cerca del gimnasio”, apuntó, un proceso en el que intentan que estos sean “lo más parecidos en la medida de lo que podamos” a las actividades que hasta el fin de semana realizaban bajo techo.

“Los ingresos dependerán ahora de la voluntad de los clientes”, aclaró. Y es que los entrenamientos que comenzaron este lunes al aire libre los están realizando con un aforo muy reducido. “El problema es que no nos dan una salida, una ayuda”, señaló Rodríguez, al tiempo que destacaba la inversión que realizó el pasado verano para adaptar su negocio a la “nueva normalidad” y el gasto extra que ha tenido en relación a los geles hidroalcohólicos y demás materiales para prevenir el virus.

Algunos centros se han reinventado con clases online o al aire libre con aforo reducido

Esta medida también ha afectado a instalaciones como el Centro Coreográfico de Gran Canaria, de Anatol Yanowsky y Carmen Robles. “Los profesores están dando clases online por las tardes, por las mañanas aprovecharé que vivo aquí al lado para venir a correr”, apuntó Teresa Saavedra, bailarina profesional, en sus minutos de descanso en el parque Romano. “Tenía varios proyectos en el aire, pero espero que salgan”, señaló. Algunas de sus compañeras han aprovechado tras la desescalada para montar pequeño estudio en su casa y así no perder práctica aunque prohiban el uso de instalaciones deportivas.

Otros de los centros que ha tenido que cesar su actividad es el que dirige Jon Basauri en la zona Triana. “Nos dejan abrir para tratamientos de fisioterapia pero para los entrenamientos no, cuando nuestra metodología es individualizada, las distancias de seguridad están aseguradas”, explicó. Este empresario, al frente de Masquesport, se posiciona en la misma línea que otros compañeros del sector; el reducido número de contagios en los gimnasios en las Islas “no justifica” el cierre del 100% de la actividad. “Los centros podrían funcionar con un aforo limitado, del 30% por ejemplo, deberían permitir a la gente hacer actividad física para mejorar su salud de manera controlada”, apuntó. “No ha habido focos de transmisión del virus; en la desescalada tuvimos aforos limitados y aquello funcionó”, añadió.

Basauri indicó que, al contrario de lo que ocurre en los centros deportivos, en las zonas de musculación del parque Romano no se estaban respetando normas como el uso obligatorio de mascarilla o el uso compartido de las mismas. Y es que el Ayuntamiento todavía no había precintado los aparatos en la mañana de este lunes. Horas que Shakira Verdecia y Rocío Pérez aprovecharon para entrenar allí. “Si no tienes pesas en casa no te queda otra, aunque algunas máquinas aquí están estropedas”, apuntaron sin saber que este martes ya no podrán usarlas.

Junto a ellas, Richard Zipi entrana espalda; en su caso sí es un asiduo al parque Romano pero reconoce que le fastidia no poder ir a practicar boxeo al centro donde suele ir habitualemente. “Se nota que hay más gente de lo normal”, recalcó. Una frase que repitieron numerosos usuarios de estas instalaciones al aire libre. “Un día cualquiera las máquinas están vacías”, apuntaba Sebastián Velázquez, otro deportista aficionado, y es que ayer lunes -último día que podrán usarse hasta nuevo aviso-, estas estaban llenas.