La concejalía de Urbanismo renovará la deteriorada cancha deportiva de Almatriche Alto. Para ello ha iniciado un expediente de reversión que permitirá recuperar el suelo, cedido a la Diócesis de Canarias en 2008. Se trata de una vieja reivindicación de los vecinos de este barrio de las afueras de Las Palmas de Gran Canaria. Y es que tras años de abandono, las malas hierbas y la desidia se han apoderado de estas instalaciones, situadas en la calle Lentiscos.

Javier Doreste, concejal de Urbanismo, explicó a este diario que la idea del Ayuntamiento capitalino será recuperar este degradado rincón de Almatriche. Para ello tendrán que reconstruir la cancha -apta para jugar al fútbol y al baloncesto- y, además, el futuro proyecto contemplará un espacio libre a modo de plaza para el disfrute de los vecinos del barrio.

“Actualmente en la zona carecen de este tipo de equipamientos, por lo que es necesario llevar a cabo esta actuación”, destacó Doreste. El concejal preció que este tipo de expediente son procedimientos jurídicos “largos”, por lo que los vecinos tardarán en ver cómo se hace realidad la recuperación de este espacio.

“La zona carece de equipamientos así, por lo que la obra es necesaria”, señala Doreste

Según fuentes del Instituto Municipal de Deportes (IMD), la mitad de equipamiento fue cedido a la Diócesis de Canarias en 2008 con el propósito de utilizarlo. “En el momento en el que el Ayuntamiento cede una parcela urbanística el beneficiario, en este caso la Iglesia, tiene cinco años para intervenir”, señaló Doreste, “pero en este caso ha pasado mucho más tiempo, por lo que no habría problema en recuperar este espacio”, puntualizó. Es decir, el Obispado tenía hasta 2013 para poder construir en este terreno, por lo que el plazo legal del que disponían finalizó hace siete años.

Malas hierbas

Mientras tanto, los vecinos de Almatriche Alto han visto cómo la única cancha del barrio iba deteriorándose poco a poco. Hasta tal punto que las malas hierbas han colonizado parte de la desdibujada pista de juego. Hay grietas por todos lados y las canastas ya no tienen aros. Los escombros, excrementos de perro, trastos y demás basura se acumulan en varias de sus esquinas. También ha habido pequeños deslizamientos de tierras desde la ladera superior sin urbanizar. Por lo que presenta un aspecto desolador.

Y es que los jóvenes ya no utilizan este espacio dado su estado, según han denunciado los vecinos en numerosas ocasiones en redes sociales. Actualmente, las instalaciones deportivas más cercanas de las que podrían hacer uso y disfrute se encuentran en la calle Plutón, en Hoya Andrea, a poco más de un kilómetro de distancia -unos 15 minutos andando, según Google Maps-.

El plazo de la Diócesis para utilizar la parcela terminó hace más de siete años

La construcción de un parque en la zona es otra de las viejas reivindicaciones de la zona. De hecho, en los últimos presupuestos participativos, la Asociación de Vecinos Princesa Texeida propuso la construcción de un pequeño parque en un solar de la calle Serventía, en Almatriche Bajo.

Doreste visitó el pasado noviembre esta cancha de Almatriche junto a la edil responsable del distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya, Mercedes Sanz. El objetivo de este encuentro fue atender las demandas de los vecinos y explicarles el proceso de expediente de reversión. “Solicitamos que empiecen limpiando y poniendo carteles de prohibido perros”, señaló ayer a este diario Francisco Javier Martín, uno de los vecinos presentes en la visita. “Insistimos en recuperar un espacio para que nuestros hijos puedan practicar deporte”, recalcó.

Doreste adelantó además que han iniciado los trámites para asumir la titularidad de la carretera de Almatriche, bajo gestión del Cabildo actualmente a modo de travesía urbana. La implantación de las aceras en ambos márgenes de esta vía es una de las principales reivindicaciones de los vecinos desde hace años tanto en la parte baja como en la alta del barrio. De hecho, en el tramo más cercano a Siete Palmas carecen totalmente de este tipo de infraestructura básica para poder caminar de una manera segura.