La pandemia ha provocado la reducción en un 2,9% de los precios de la vivienda en Las Palmas de Gran Canaria, según los datos de la sociedad de tasación inmobiliaria Tinsa, que reflejan también que la bajada en la capital ha sido casi la mitad de la registrada en el Archipiélago Canario, cifrada en un 6,2%. Los datos extraídos de las transacciones realizadas por Tinsa durante el último cuatrimestre de 2020 reflejan que el precio por metro cuadrado en la capital retrocedió ligeramente hasta situarse en 1.467 euros.
Esto supone una caída acumulada de los precios en un 28,8% con respecto a 2008, el año que registró el máximo histórico alcanzado en la ciudad con unos valores que alcanzaron los 2.061 euros el metro cuadrado. Aunque la disminución de los precios el pasado año no ha sido muy alta, la crisis provocada por el Covid-19 sí que ha roto la escalada que se desató en 2019, cuando las casas subió hasta un 7,7%.
Mientras tanto, las promociones de viviendas que estaban iniciadas cuando sobrevino el ataque del virus, que no eran pocas, siguen en marcha y otras que estaban a punto de empezar, esperan para arrancar a que se normalice la situación. La Asociación de Empresarios Promotores e Inversores de Canarias (Aempic) resta importancia a la bajada experimentada durante el pasado año y augura una “rápida recuperación” en cuanto vuelva la normalidad, cuando se logre vacunar contra el Covid-19 a un porcentaje importante de la población. También pinta un panorama similar al de 2012 en relación a la preferencia de la gente por los alquileres.
El presidente de la Aempic, Ramón Pérez, restó importancia a la bajada que, a su juicio, ha sido inferior y consideró que la reducción de precios “es una cosa obvia debido a lo que todos hemos sufrido por la pandemia”.
“Hemos tenido una ligera bajada”, añadió, “que se puede acercar a esa cifra, aunque yo creo que es inferior, que es irrelevante si tenemos en cuenta lo que hemos vivido en 2020”. Dicha reducción tiene que ver, indicó, “con la bajada de precios por parte de algunos promotores, ante la evidencia de que se podía alcanzar una situación económica más grave por la pandemia, porque no fue hasta bien avanzado 2020 cuando la Unión Europea decidió aportar fondos para ayudar a los países europeos a sobrellevar la situación”. Fue esa anterior etapa de incertidumbre, lo que llevó a bajar los precios. “En mi caso, yo bajé los precios de las casas que tenía en venta y las vendí practicamente todas”. Según su análisis, la bajada “es muy pequeña y ha pasado casi inadvertida en comparación con la subida experimentada en 2019, porque la realidad es que las hipotecas han bajado, entre otras cosas”, por los problemas que hubo en un momento determinado para hacer las transacciones. El representante de los promotores se muestra optimista y sostiene que “en cuanto la situación empiece a tranqulizarse, vamos a asumir esa pequeña pérdida en el precio de la vivienda, porque todavía hay promociones en marcha. Calculamos que en un año subirá del orden de un 1%, porque además hay que tener en cuenta que el sector financiero va a empezar a cobrar por los grandes depósitos y el sector inmobiliario es uno de los más seguros” para invertir esos fondos.
A su juicio, el panorama inmobiliario que se vislumbra, una vez superada la pandemia, será “muy parecido” al de 2012, en el que “la gente va a optar por el alquiler. El sector del alquiler va a subir y eso significa que si una persona compra una vivienda para dedicarla al alquiler puede obtener una rentabilidad de entre el 4% y el 5%. Por eso entendemos que, gracias a Dios, el sector inmobiliario no tiene por qué sufrir gravemente esta crisis porque es un refugio del sector para este tipo de situaciones”. El precio de los alquileres, subrayó, se mantuvo en 2020.
Admitió que 2021 “no va a ser un año bueno, porque el comprador de Canarias está vinculado en un 50% al sector turístico, pero en cuanto podamos recuperar la normalidad, esta bajada será anecdótica”. La inmensa mayoría de las promociones de viviendas en marcha cuando se declaró la pandemia han seguido adelante, a excepción de la semana que estuvieron paradas durante el confinamiento. “La única diferencia es que si no hubiera habido pandemia, ahora habría más grúas en marcha, porque muchos proyectos que estaban listos”, no arrancaron y siguen a la espera, dijo.
