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La ciudad promueve el uso de la pirotecnia silenciosa

La corporación acuerda fomentar los fuegos menos ruidosos en fiestas y regular la utilización de los petardos por menores

Fuegos de San Lorenzo en agosto de 2019. Andrés Cruz

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria promoverá la utilización de la pirotecnia silenciosa en las fiestas de la ciudad y regulará la utilización por parte de los menores de tracas, petardos y otros artefactos de pólvora. Esto al menos es lo que aprobó por unanimidad el pleno municipal ordinario del pasado mes de enero tras la propuesta planteada por Ciudadanos (Cs). En realidad no son voladores silenciosos. Se trata de proyectiles que hacen menos ruido que los tradicionales para reducir su impacto acústico y evitar molestias y sufrimiento a colectivos vulnerables.

Desde el sector de los fuegos, el dueño de la Pirotecnia San Miguel, Ramón Martel, se muestra en contra de esta iniciativa que, considera, va en contra de la tradición y de la misma esencia de los fuegos. Sólo los carteles de bengalas luminosas, las lágrimas y pocos artefactos más carecen de ruido, pero a juicio del fueguista “eso no es un espectáculo pirotécnico; para que lo sea tiene que tener ruido”. Otra historia, añadió, es el uso de la pirotecnia recreativa infantil que, a su juicio, hay que regular.

El fueguista Martel afirma que el ruido es inseparable del espectáculo pirotécnico

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En el otro extremo se sitúan las familias de personas con trastornos del espectro autista, quienes se quejan de que el estruendo de los voladores les provoca ansiedad y estrés, llegando a veces a autolesionarse. Lo mismo ocurre con asociaciones animalistas que llevan años denunciando que las tracas y voladores son una verdadera tortura para los perros.

El empleo de la pirotecnia con menor impacto acústico o su regulación se está extendiendo por municipios de la Península, como Puerto Real (Cádiz) o Vitoria (Euskadi), que en fin de año sólo permite tirar petardos, tracas, cohetes y bengalas durante un cuarto de hora a partir de la medianoche. El objetivo en ambos territorios es mantener los ruidos dentro de los “límites que demanda la convivencia ciudadana”. En Canarias, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife apostó por los voladores más silenciosos en enero de 2020 y Agüimes acordó lo mismo el pasado diciembre.

La capital tinerfeña y Agüimes aprobaron iniciativas similares el pasado año

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La moción aprobada en la capital grancanaria, que fue defendida por la portavoz de Cs Lidia Cáceres, plantea también el desarrollo de “campañas de concienciación sobre las consecuencias del uso indebido de los fuegos de artificio y de qué forma se puede disfrutar de ellos “sin generar molestias, dolor y sufrimiento a los colectivos vulnerables”. También plantea la creación de una ordenanza sobre el empleo privado de petardos y fuegos, en la que se regule “el uso indebido que hacen los menores”, así como un régimen sancionador. Finalmente, propone el uso de zonas específicas en la ciudad para el uso de la pirotecnia, “quedando excluidas las zonas residenciales”. La nueva ordenanza municipal sobre el ruido no contempla nada en relación con el impacto acústico de los petardos y cohetes. La edila de Medio Ambiente, Belén Hidalgo, que declinó ayer hablar sobre el tema, manifestó en el pasado pleno que “no se han detectado grandes quejas por ruidos producidos por la pirotecnia. Eso no quiere decir que no se vaya a regular”. A juicio de Cáceres, “el uso de fuegos de bajo ruido no afectaría a la calidad y belleza del espectáculo visual”.

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