CONSULTE AQUÍ EL ATLAS DE MORTALIDAD
Son las 11 de la mañana y Margarita Fernández va camino de casa junto a su esposo después de dar un paseo por el parque Romano. Naturales de Asturias, este matrimonio de jubilados reside en una de las torres de la Avenida Marítima de la capital desde hace más de 40 años. “Cualquiera se va de aquí, el entorno te invita a vivir y disfrutar”, señala ella.
Los vecinos de las manzanas situadas entre la Avenida Marítima, el parque Romano, León y Castillo y Juan XXIII disponen de los mejores índices en cuanto exceso de mortalidad se refiere de Las Palmas de Gran Canaria, según datos extraídos del Atlas de Mortalidad del proyecto Medea-3. Una realidad que se refleja especialmente entre los hombres, aunque las mujeres también gozan de buenos indicadores en este sector.
“La zona invita a tener unos buenos hábitos de vida”, destaca Julia Machado, farmacéutica en la Farmacia Pilar Sanrromán, en la avenida Juan XXIII. Y es que las zonas verdes, la cercanía del Muelle Deportivo o residir en una urbanización con amplias zonas comunes favorece esta tendencia. En este parte de la capital. “La gente hace deporte, según me comentan sigue una buena dieta, principalmente mediterránea, todo eso influye”, añade Machado.
En este farmacia los medicamentos que más se venden están relacionados con las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en la capital grancanaria. “En el caso de la diabetes, está presente, pero los casos no llegan a la obesidad, son más bien de sobrepeso”, señala Machado. Aunque, si hay un tipo de medicamento que ha despuntado en los últimos años son los ansiolíticos y los antidepresivos, añade. “Aparentemente hay un equilibrio con el deporte que hacen”, precisa.
Con una renta media por hogar de 58.469 euros, los habitantes de estas zona de la capital están entre el 6% más rico de la población de toda España, según el último estudio lanzado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos cruzados de Hacienda. Una realidad socioeconómica que está muy lejos de la que viven los vecinos de Las Rehoyas, en el otro lado de la balanza, tanto en este sentido como en el de la salud. Y eso se ha visto reflejado en el proyecto Medea-3 de mortalidad.
En la farmacia de Pilar Sanrromán, por ejemplo, los clientes con enfermedades respiratorias como el cáncer de pulmón o con otras dolencias causadas por malos hábitos -el alcohol- son “muy escasos”. Basta con mirar alrededor para ver una buena cantidad de personas haciendo deporte a media mañana. “Todos los días salgo a caminar con mis niños al parque Romano”, señala Carolina Ojeda antes de entrar a casa con el carrito en el que lleva a sus gemelos.
“Aquí hacemos mucho deporte, es una zona muy abierta, te da el aire cuando sales a la calle, da gusto”, apunta esta vecina de Juan XXIII. “Parece que no, pero si no aprovechas todo lo que tenemos”, añade. De hecho, hay una urbanización con amplias zonas comunes y deportivas en esta misma manzana. Sin duda, pueden disfrutar con pocas limitaciones de los vientos alisios.
La situación en cuanto al riesgo en los aledaños de la Avenida Marítima o Juan XXIII no es muy diferente. La zona de Arenales más cercana a la antigua Clínica del Pino goza de un riesgo de mortalidad también muy por debajo de la media de la capital, especialmente entre las mujeres. Una situación que también se repite, aunque en menor medida por el alto envejecimiento de quienes viven allí, en Ciudad Jardín.
