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Las Rehoyas, barrio enfermo: “Las casas aquí están hechas cartón”

Dos calles de Las Rehoyas encabezan en la capital el riesgo de muertes por múltiples enfermedades | Los malos hábitos y la precariedad del barrio lastran su salud

Vista de la calle Santa Luisa de Marillac, en Las Rehoyas, se trata de la zona de la capital con el mayor riesgo de mortalidad. | | ANDRÉS CRUZ

CONSULTE AQUÍ EL ATLAS DE MORTALIDAD

“Las casas aquí están hechas cartón”, señala Marcelino Hernández poco después de recoger un manojo de colinos que ha cultivado en el pequeño jardín improvisado que ha plantado entre bloque y bloque. Humedades, rajones, sin ascensor y unas dimensiones que apenas superan los 40 metros cuadrados. Así son las viviendas del mayor barrio de promoción pública de las Islas: Las Rehoyas. Los bajos ingresos económicos, los malos hábitos de vida y su entorno, entre otros motivos, lastran la salud de quienes viven allí. Según el Atlas de Mortalidad del proyecto Medea-3, las calles Santa Luisa de Marillac y Santa María de la Cabeza de Las Palmas de Gran Canaria tienen el mayor riesgo de fallecimientos de la ciudad.

Los vecinos de este barrio de la capital llevan años esperando por la reposición de sus viviendas y, al menos, solucionar así parte de sus problemas. Marcelino Hernández afirma sentir “la humedad” en la espalda cada vez que entra a su bloque. Aunque también preocupa la falta de oportunidades laborales para los jóvenes. “Hay que seguir apostando por la educación para que los chiquillos no estén botados en la calle con porros y cervezas”, indica en referencia al Proyecto Educa, destinado a adolescentes de 12 a 17 años que han quedado desescolarizados o con problemas de absentismo.

“Aquí los jóvenes empiezan a fumar desde muy temprano”, apunta José, vecino de la calle Santa Luisa de Marillac, mientras está sentado en la puerta de su bloque cigarrillo en mano. El tabaco lleva con él desde los 14 años y, aunque reconoce que lo ha intentado dejar en varias ocasiones, afirma que es una tarea “imposible”. La bebida, en cambio, sí logró dejarla a un lado. No obstante, padece de diabetes.

“Más de uno se pensaba que la bebida se acababa”, señala José Antonio Segura en referencia a la cantidad de conocidos del barrio que han muerto por cirrosis y otras enfermedades relacionadas con el alcoholismo -los datos arrojan que las muertes por esta causa están un 276% por encima de la media-. A los pocos minutos de conversación llega Rafaela Pérez Casado, también residente en Santa María de la Cabeza. A sus 82 años ha visto cómo su hijo tenía que verse obligado a superar su adicción a las drogas o cómo su vecina se suicidaba tirándose desde el balcón de su edificio.

Esta octogenaria vive en un quinto sin ascensor, al igual que otros tantos vecinos del barrio. “Tengo miedo por mis nietos, el otro día se cayó la mitad del techo de la cocina y se me ven las vigas negras, de la humedad”, destaca Pérez, resignada y desesperada al verse obligada a colocar cacharros para recoger el agua de las goteras cuando llueve. Mientras, a pocos metros de allí jóvenes y no tan jóvenes pasan la mañana acompañados de un par de litronas.

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Las Rehoyas, 'barrio enfermo' Andrés Cruz

“Por aquí pasa muchísimo tráfico, respiramos un humo que va directo a los pulmones”, señala Antonio Eduardo Hernández en su bloque en Santa Luisa de Marillac. Y es que esta es una de las principales arterias que conecta la zona de Miller con Schamann.

La falta de zonas verdes, el parque de Las Rehoyas ni siquiera existía en los primeros años del estudio -el Atlas de Mortalidad tiene en cuenta las defunciones ocurridas entre 1996 y 2015 en el municipio-; la escasa renta de sus vecinos, están entre el 2% más pobre de toda España; la alta densidad de población; o las adicciones; lastran la salud del barrio. En base al mapa, encabezan el riesgo de fallecimientos por cirrosis, cáncer de pulmón o sida, entre otras.

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