Luis Ibarra, presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, ha denunciado que el buque Poong Lim 11 “tenía que estar en una situación de limpieza que entendemos que no era la adecuada” en el momento en el que se produjo su hundimiento en enero de 2016. Tanto la Autoridad Portuaria como la Fiscalía de Medio Ambiente recurrirán ante la Audiencia Provincial la sentencia absolutoria del Juzgado de lo Penal número 2 de la capital grancanaria a favor de los dueños del pesquero al no poder demostrarse que el vertido de hidrocarburos que afectó a la playa de Las Alcaravaneras en fechas coincidentes con el siniestro provenía de dicha embarcación tras hundirse en una de las dársenas del Puerto de La Luz. 

Ibarra ha afirmado que existen “más que argumentos para continuar con un recurso”. La sentencia, emitida el lunes 22 de febrero, sostiene que “no ha podido determinarse ni acreditarse fehacientemente” que los diferentes vertidos de carburantes localizados en los días posteriores al hundimiento procedieran del Poong Lim 11. Ana María L. D., Ezequiel R. S. y la empresa Chárter Marítimo Archipiélago estaban acusados de un posible delito contra el medio ambiente y los recursos naturales; la Abogacía del Estado y la Fiscalía solicitaban para ambos -titulares del buque- una pena de un año y 11 meses de prisión y una multa de tres millones de euros

Chárter Marítimo Archipiélago firmó en 2010 un contrato con la Autoridad Portuaria de Las Palmas para hacerse cargo de los buques que supusieran un riesgo para el recinto capitalino. La entidad se comprometía así a extraer de estos los restos de carburantes que pudieran quedar en su interior. El Poong Lim 11 estaba en esa lista de embarcaciones peligrosas. En este sentido, Ibarra ha dejado entrever en sus declaraciones que esta tarea no se realizó como debía en el caso de este pesquero de bandera coreana.

Pero, según aclara la sentencia, el alcance de este contrato no incluía a la embarcación siniestrada, pues esta llegó al Puerto de La Luz en 2009, un año antes del acuerdo. La magistrada Mónica Oliva Gutiérrez, titular del Juzgado de lo Penal número 2, estipula que en el documento rubricado “no se dice que se vayan a revisar los buques preexistentes dentro del recinto”. Por tanto, indica que “no se considera que [Chárter Marítimo Archipiélago] haya cometido negligencia alguna al respecto”, pues se supone que ya habría sido revisado y supervisado por el contratista anterior del servicio. 

Ibarra, convencido de que el vertido provenía del pesquero hundido, ha señalado que, tras analizar la sentencia, tienen ya preparados una serie de argumentos que ha definido como “sólidos”. “En la sentencia, la jueza se basó en un informe que aportó la otra parte, el cual presentó a escasos días del juicio”, explicó. “Tanto los técnicos de la Autoridad Portuaria, como Salvamento Marítimo y Capitanía Marítima, entienden que hay temas que no son correctos”, aclaró.

La sentencia considera que no hubo “negligencia” en la actuación de Chárter Marítimo

El informe al que hace mención Ibarra fue redactado por los expertos navales Francisco J. Correa y Ernesto Madariaga. Según el mismo, el buque debía tener “muy poco peso” en sus fondos para volcar de la manera en la que lo hizo. En este sentido, la sentencia refleja que no ha podido quedar demostrado que en el interior del barco se almacenara ilegalmente “gran cantidad de combustible”, como argumentó la abogacía del Estado durante la vista oral. 

La magistrada hace hincapié en que el almacenamiento ilegal de combustible son “suposiciones sin base alguna para poder tomarlas como ciertas”. La acusación sostuvo esta hipótesis, pues en el interior de los buques Aurora y Nasos -el Poong Lim 11 estuvo abarloado a este hasta su hundimiento-, tras ser inspeccionados, se encontraron carburantes que no les pertenecían. Los dueños del pesquero recalcaron durante la vista oral, que tuvo lugar a principios de febrero, que son “víctimas” de una persecución por parte de la Autoridad Portuaria.

Oliva Gutiérrez destaca como “relevante” el hecho de que ya existieran manchas apreciables en el muelle y otras zonas del Puerto antes de producirse el hundimiento, según el relato de varios testigos. Uno de los audios que se reprodujeron a modo de prueba desveló que existía “otro vertido” procedente de una arqueta en el muelle León y Castillo, cuando el hundimiento del Poong Lim 11 se produjo en el pantalán de Cory. Otra llamada constató que en Las Alcaravaneras pudo observarse una mancha “desde el día anterior”. 

La “marea contaminante”, tal y como la describe la sentencia, que afectó a Las Alcaravaneras en enero de 2016 es el origen de este proceso judicial. Según los informes, contenía 15 toneladas de lodos de fuel-hidrocarburo, dos toneladas de arena contaminada con hidrocarburos en la playa y entre 0,5 y una tonelada de otros materiales nocivos. La acusación no pudo demostrar que estos vertidos tuvieran su origen en el buque hundido en esas mismas fechas.