Los vecinos de la parte alta de Barrio Atlántico llevan más de 15 años esperando por una rampa de acceso al parque de la Ballena, por la calle Guillermo Santana Rivero, a la altura de Telepizza. Desde Escaleritas se puede entrar el parque por cinco accesos, pero en la zona de la Feria sólo hay uno, situado a la altura del puente, bastante retirado de la entrada. Donde está la zona más poblada del barrio no hay ninguna pese a que los residentes están hartos de pedirla.

Ernesto Ramos Querejeta, un vecino del lugar, presentó en 2018 un proyecto a los presupuestos participativos para instalar una rampa por la que acceder sin problemas al parque. El proyecto de accesibilidad fue elegido por votación en la anualidad de 2019, pero como los 500.000 euros previstos para actuaciones en Ciudad Alta no llegaban para hacer la rampa, la Concejalía de Urbanismo, que dirige Javier Doreste, asumió la obra.

“Desde entonces han pasado casi tres años y el proyecto ni se ha redactado”, señala Ramos Querejeta, que se sabe de memoria hasta el número de código que se le dio a la rampa, cuya construcción necesita una inversión de 380.000 euros.

El concejal de Ciudad Alta, Josué Íñiguez, justificó el retraso por la situación de pandemia, pero Ramos considera que es una excusa sin fundamento porque “el sector de las obras no se ha paralizado y, al contrario, están esperando a que el Ayuntamiento le dé más obras para poder trabajar”.

Los residentes piden que se asfalte la calle Ajedrecista Germán Pírez, todavía de tierra

“Sólo pedimos que cumplan con lo que dicen que van a hacer. No queremos más que eso”, se queja este vecino, que añade que el parque es la única zona de esparcimiento que tienen cerca los vecinos de La Feria. “Es necesario que se facilite el acceso al parque porque la gente va a desahogarse allí. Si existiera, hay un montón de gente mayor y con movilidad reducida que iría a caminar al parque. Por eso es importante que el acceso sea una rampa y que no tenga barreras”, destaca Ramos, quien también presentó a los presupuestos participativos un proyecto de parque para perros en la parte alta de los túneles de La Ballena, que no salió adelante.

Ramos considera que lo que pasa con la rampa es un reflejo del abandono en el que se encuentra el barrio. Habla, por ejemplo, de la calle Ajedrecista Germán Pírez, que sigue siendo de tierra, porque el Gobierno canario no la urbanizó cuando construyó el grupo de 210 viviendas. “El Gobierno ni siquiera la proyectó y el Ayuntamiento lo que hace es almacenar en esta calle los coches que llevan más de dos años aparcados sin moverse en otras calles. Después vienen los yonquis, le pegan una piedra y se quedan a vivir dentro. Los vecinos aparcan y tratan de mantener limpio aquello porque por allí no pasan los servicios municipales; pero eso sí, el Ayuntamiento les exige todos los años el impuesto municipal de 140 euros”.

A su juicio, el barrio “está abandonado de la mano de Dios. Por eso presentamos proyectos para mejorarlo. Me consta que en Ciudad Alta, más del 50% de los proyectos de los presupuestos participativos de 2018 no están ejecutados todavía”.

También se preguntan los vecinos de Barrio Atlántico cuando terminarán el parque de La Ballena. “El alcalde lo ha inaugurado hasta tres veces, pero todavía está sin terminar. El que está en frente de Los Alisios bien que lo han terminado. Sólo falta la siguiente fase y el lagartario que se nos prometió”, indica. Ernesto Ramos intervino en el último pleno municipal para hablar del problema con la rampa, durante una moción presentada por la edila del Partido Popular, Rosa Viera, en la que criticó la falta de ejecución de los proyectos que forman parte de los presupuestos participativos, que calificó de “una gran mentira”.