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Una Semana Santa íntima

Las Cofradías de la capital se preparan para vivir una Pascua atípica, aunque este año sí podrán reunirse para celebrar los actos litúrgicos y reflexionar sobre la fe cristiana

Un nazareno prepara la parroquia de Santo Domingo para Semana Santa. | | J. C. GUERRA

La de 2020 fue una Semana Santa triste, atípica, en la que la comunidad católica tuvo que ver las misas y actos litúrgicos a través de la pantalla de la televisión o del ordenador. La pandemia arrasó en esos momentos iniciales con nuestra forma de vida y costumbres, y nos obligó a confinarnos en casa para evitar que el virus se extendiera sin control. Este 2021, si bien la situación ha mejorado levemente, las medidas restrictivas imposibilitarán celebrar esta festividad religiosa como antaño, pero sí se desarrollarán algunas eucaristías adaptadas a la nueva normalidad: con aforos limitados, uso de mascarilla y dispensadores de gel hidroalcohólico en todas y cada una de las parroquias. Todo ello para convertir en más íntima esta Pascua, en la que, como reza el lema para este año de los Nazarenos, “la túnica va por dentro”.

Así, las Cofradías ultiman los detalles para la Semana Santa, que arranca hoy, Domingo de Ramos, con los primeros actos litúrgicos de estas fechas. No podrá salir, por segundo año consecutivo, la popular procesión de Jesús a lomos del burrito desde la parroquia de San Bernardo, en el parque de San Telmo. Ni tampoco se verán en las calles las imágenes de Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza de Vegueta, en la estación penitenciaria de la hermandad de los Nazarenos desde la parroquia de Santo Domingo de Guzmán y hasta la Catedral de Santa Ana. “Desde que supimos que este año iba a ser como el anterior, es decir, que no iba a haber salida procesional, la cofradía ha hecho lo que ha hecho todos los años, dedicarse a los cultos internos y todos sus actos como si saliera”, afirma el Hermano Mayor de los Nazarenos, Lino Chaparro.

Y es que, para este 2021, los cofrades de es Hermandad han tomado como lema “La túnica va por dentro”, en relación a que les tocará un tiempo de reflexión para esta Semana Santa. Tal y como explica Chaparro, se encuentran “tristes porque la salida a la calle supone un momento espiritual muy grande”, pero que lo han sobrellevado “bastante bien” y han conseguido incrementar los actos internos hasta en un 25% respecto a otros años.

Para mucha gente, en esta Pascua ha tocado vivir la fe de una manera “más intimista y real”, en palabras de Dolores Ojeda, Hermana Mayor de la Cofradía de la Soledad de la Portería, que tiene su sede en la parroquia de San Francisco de Asís. Según aclara, hay veces que se pone el acento “en temas que quizás podamos prescindir de ellos y dejamos lo esencial más apartado”, por lo que la pandemia les ha venido a centrar un poco en lo que realmente es importante en estas fechas, sin grandes traumas por no haber podido salir a procesionar por segundo año consecutivo. Sobre todo porque sí podrán celebrar la Pascua, aunque sea con aforo limitado, cosa que no sucedió en 2020.

Una Semana Santa íntima | JOSÉ CARLOS GUERRA

Una Semana Santa íntima

Otras Pascuas ausentes

A pesar de estos dos años consecutivos sin poder desarrollar la Semana Santa con absoluta normalidad, esta no ha sido la primera vez en la historia que esta situación se ha dado. Las últimas fueron hace relativamente poco, ya en el siglo XX. A finales de la Primera Guerra Mundial y con la posterior epidemia de Gripe Española, la ciudad estuvo una década sin poder sacar a sus imágenes en procesión debido a la pobreza que generaron ambos hechos entre la población y la propia Iglesia. Esta falta de fondos también se dio tras la Guerra Civil Española, que provocó otro lustro sin que los pasos pudieran salir por las calles de Vegueta, hasta 1944. Antes, en el XIX, tres décadas pasaron sin que el casco viviera la salida de los tronos debido a las desamortizaciones que se produjeron.

Por eso, Miguel Rodríguez, Hermano Mayor de la Cofradía del Cristo del Buen Fin, con sede en la ermita del Espíritu Santo, le quita algo de hierro al asunto de no poder volver a celebrar la Semana Santa con normalidad, tal y como ya pasó en 2020. “Comprendemos lo que está sucediendo y nos tenemos que adaptar, lógicamente”, apunta el cofrade, cuya hermandad no podrá celebrar su acto litúrgico del Lunes Santo en su templo por sus reducidas dimensiones, ni tampoco el tradicional viacrucis, que también organizan. En cambio, celebrarán una eucaristía en la parroquia de San Agustín que se trasladará al martes, ya que los lunes los devotos de Santa Rita suelen acudir en masa al templo para honrar a la imagen.

Precisamente, la Cofradía del Cristo del Buen Fin es la que más afectada se verá en esta Semana Santa, puesto que el resto sí podrá realizar con una normalidad entre comillas sus actos litúrgicos. Tal y como enumera el presidente en funciones de la Unión de Hermandades, Cofradías y Patronazgos de Gran Canaria, Juan Ramón García, en este 2021 siguen “erre que erre”, sin perder la ilusión “en ningún momento”. Todas las Cofradías podrán desarrollar sus actos litúrgicos, con la única excepción de las salidas procesionales, que es lo único que ha tenido que suspenderse por las restricciones, pero sí destaca la exposición que se inauguró hace pocas fechas en la parroquia de la Luz, en La Isleta, con tronos a tamaño real y también en miniatura, para que la población pueda verlos aunque sea en esa muestra.

“El año pasado fue cero, pero este año ya hemos desarrollado muchos actos dentro de las posibilidades que permite la ley. Para el viernes tenemos prevista una misa que la dará el obispo de la Diócesis en Santo Domingo de Guzmán”, recuerda Torres, quien resalta que la intención de este año será que no se pierda la Semana Santa típica de las Islas pese a las circunstancias. Según el presidente de todas las cofradías de la isla, estas “siguen estando al pie del cañón durante todo el año, ayudando a los demás como han hecho siempre”, y esa labor no la frenan carros ni carretas. Sobre todo después de la situación en la que la pandemia ha dejado a las personas más desfavorecidas.

Y sobre lo que significa no poder salir a las calles con los tronos, Juan Ramón García lo tiene claro: “Siempre hay gente, familiares y amigos, vecinos, público en general, devotos de cada imagen... Y al no haberlo, se echa de menos, pero la realidad es la que es”. Así, hace suyas también las palabras de Dolores Ojeda, quien reconoce que, tal y como está la situación epidemiológica y con el dolor que está causando la pandemia, lo mejor es que la gente se quede en casa y evitar más contagios y muertes. “Por mucho que queramos hacer, por mucho cariño que yo quiera, le saludaré con una inclinación de cabeza porque no hay de otra”, ejemplifica el presidente en funciones de la Unión de Hermandades, Cofradías y Patronazgos de Gran Canaria.

Así, además de los actos litúrgicos internos de cada una de las hermandades, la Semana Santa en la capital grancanaria se vivirá, con aforo reducido, en las parroquias, con las eucaristías de siempre, salvo la del Cristo del Buen Fin que se traslada al martes y también cambia de sede por esta ocasión. También se desarrollará el triduo pascual entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección. Todas las parroquias en las que se celebren las misas extremando las medidas sanitarias. Todo ello con el objetivo de que en este 2021, la celebración cumbre de la cristiandad pueda desarrollarse con cierta normalidad pese a las circunstancias adversas que la rodean.

En la imagen principal, miembros de la Cofradía de los Nazarenos portan un candelabro mientras preparan la parroquia para este Domingo de Ramos. Sobre estas líneas, el altar que los cofrades han realizado para la Semana Santa de este 2021, con las imágenes de Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza de Vegueta que este año volverán a no poder salir en procesión. |

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