El buque granelero Wadowice II se quedó sin máquina este lunes al llegar a aguas del Puerto de Las Palmas y tuvo que ser auxiliado por varias embarcaciones para evitar que acabara embarrancando contra la escollera de la Avenida Marítima. La operación concluyó con éxito y el barco pudo ser recuperado antes de protagonizar un accidente, por lo que el práctico del puerto que participó en ella y la empresa Remolcadores y Barcazas de Las Palmas, que forma parte de la corporación marítima Boluda, reclaman al armador un total de dos millones de euros como compensación. El mercante permanece retenido en el muelle Santa Catalina por orden de un tribunal marítimo militar, por lo que la Autoridad Portuaria describió ayer la situación como “muy lamentable”, ya que a su juicio de su presidente, Luis Ibarra, pone en entredicho la imagen del Puerto en cuanto a su seguridad jurídica.
El Wadowice II, con bandera de Bahamas y procedente del puerto estadounidense de Nueva Orleans, arribó el lunes por la mañana a la zona de fondeo ubicada frente a la Avenida Marítima a la altura del barrio de Triana -el sistema de información de escalas del Puerto de Las Palmas marca las 9:35 como hora de llegada- y comenzó a mostrar problemas en el ancla, según apuntan varias fuentes portuarias. En las inmediaciones se encontraba una embarcación de servicios portuarios de la empresa Barge and Boat Services, la Maspalomas, que debía suministrar lubricante en fondeo al granelero y que se posicionó a la altura de su proa.
El buque, de 190 metros de eslora y con un calado de 10 metros, comenzó a dirigirse hacia los tetrápodos sin variar el rumbo cuando faltaban seis minutos para las 10:00 horas. El práctico se encontraba a bordo e indicó al Maspalomas que empujara por estribor para desviar la proa en dirección sur y sacar el barco del rumbo a la escollera, según señalan las mismas fuentes, que agregan que en ese momento el Wadowice II estaba a unos 200 metros de las rocas. La profundidad en esta zona no es mucho mayor que el calado del granelero.
Dos remolcadores
El práctico, que notificó el incidente a los barcos que se encontraban en las proximidades para que tuvieran precaución, también reclamó la presencia de dos remolcadores portuarios de mayor potencia que acudieron hasta la zona de fondeo para asistir en la operación. El VB Adriático, primero en llegar a la rada, fue el buque al que el Wadowice II tiró el cabo. La unidad de Boluda cogió el granelero por la popa junto al VB Tamarán para evitar al crucero Europa 2, que en ese momento hacía su salida del Puerto, según se puede observar en varios vídeos publicados en la página de Facebook Con la proa pal marisco, dedicada a cosas y curiosidades de la gente de la mar. A partir de ese momento comenzó el remolque del mercante hasta el muelle Santa Catalina, donde permanece atracado desde entonces.
Tras la operación, el incidente ha pasado a estar en manos del Juzgado Marítimo Permanente número 7, ante el que se han personado tanto el práctico como la filial de Boluda, al considerar que la asistencia al buque fue un rescate marítimo por el que tienen derecho a recibir una compensación por parte del propietario del barco. A raíz de sus solicitudes, el tribunal, de naturaleza militar, dictó el martes sendos acuerdos de retención en puerto y salida a la mar hasta que sean depositadas las fianzas, de un millón de euros en cada caso.
La decisión del tribunal está basada en el reglamento de aplicación de la ley de auxilios, salvamentos, remolques, hallazgos y extracciones marítimas de 1962. La norma faculta a los jueces instructores de este tipo de expedientes a retener los buques de bandera extranjera que se vean involucrados en incidentes de este tipo hasta que se entregue un depósito que garantice “las responsabilidades que puedan corresponder al buque”, según se recoge en su articulado.
Por su parte, la Autoridad Portuaria de Las Palmas sostiene que la asistencia realizada al Wadowice II en la rada sur, dentro de la zona portuaria, está recogida en los pliegos de prescripciones particulares por el que se rigen los dos servicios -remolque y practicaje-, y que en este caso deberían haberse aplicado las tarifas especiales estipuladas en la normativa de los Puertos de Las Palmas sin reclamar compensación. El presidente de la administración portuaria, Luis Ibarra, calificó ayer como “muy lamentable” la situación y alertó de que “pone en entredicho el nombre del puerto desde el punto de vista de la seguridad jurídica”.
Ibarra, que también hizo mención a un posible incumplimiento del pliego por parte de Remolques y Barcazas de Las Palmas, recalcó que el práctico ha presentado la reclamación a título individual y abogó por renovar una normativa “vigente desde los años 60” que deja este tipo de operativas bajo la jurisdicción militar. “Ya se ha comentado en muchas ocasiones que iba a ser objeto de actualización para poner bajo el paraguas de Marina Mercante y esto demuestra que ese cambio legal tiene que producirse ya, con la mayor inmediatez”, subrayó.
