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Un colegio de Miller Bajo al alcalde

José Ramírez Bethencourt da nombre a un centro escolar desde 1971 | Medio siglo se cumple de aquel homenaje y agradecimiento de la ciudad al político nacido en Triana

Un colegio de Miller Bajo al alcalde | | LP/DLP José Luis Yanes

José Ramírez Bethencourt nació el 26 de septiembre de 1910 en la calle Mayor de Triana. Estudio Derecho de forma libre y hace noventa años además se titulaba con 21 años como profesor mercantil.

A los 24 años ocupó la alcaldía de Las Palmas en tiempos de la República representando al Partido Radical de Lerroux; cargo del que lo descabalgó el triunfo del Frente Popular al año siguiente. Fue también vicepresidente del Cabildo Insular desde 1949 a 1953, momento en que volvería o ocupar la alcaldía capitalina para permanecer en ella durante casi dos décadas.

Un colegio de Miller Bajo al alcalde

Pudiera parecer que su vida era una carrera por ocupar cargo tras cargo, pero no fue así. Todas las personas que lo conocieron y supieron de las razones profundas que le animaban a trabajar por la cosa pública, están de acuerdo en destacar su honestidad, su capacidad de trabajo, su austeridad, su permanente implicación en afianzar todo lo que sustentara el bienestar del pueblo que gobernaba y hasta su tacañería en lo que se refería al gasto de los dineros públicos.

Era nieto de comerciante -Francisco Bethencourt López, el teldense que afincado en Teror fue un típico trabajador de mercadería hasta llegar a convertirse en una de las mayores fortunas del archipiélago- y eso se notaba. Ninguno de sus gestos era ni gratuito ni fortuito y respondían a la línea que se marcan los que creen que el tiempo no está para perderlo.

El tres de agosto de 1938 se casó con Dolores Bosch Millares, hija de Agustín Bosch Millares y Encarnación Millares Carlo, la simpar doña Cachona. Un torrente genético de creatividad, canariedad y preparación el que juntaron los Ramírez Bosch: José Agustín, Francisco y Lola. En la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria estuvo hasta marzo de 1970, cuando fue sustituido por Jesús Pérez Alonso.

En los meses siguientes recibió homenajes de colectivos, instituciones, organismos como la Comunidad Indostánica; a la vez que se iba apartando de gran parte de la vida pública que había llevado hasta entonces para dedicarse a su último trabajo en Astican.

El 4 de junio de aquel mismo año, el concejal delegado de Enseñanza, Cristóbal García Blairzy llevó al Pleno una propuesta de la. Junta Municipal de Enseñanza Primaria sobre creación de unidades escolares en los colegios de las barriadas Presidente Zarate y Miller Bajo. Se aprobó que el primero tuviera 34 unidades y llevara el nombre de Colegio Nacional 24 de Junio por la fundación de la ciudad, y el segundo con 34 secciones (32 unidades escolares de régimen ordinario -mitad para cada sexo- y dos de párvulos que llevaría el nombre de Alcalde Ramírez Bethencourt en homenaje y agradecimiento a lo mucho hecho por él durante su mandato y sería construido en un solar de 14 mil metros cuadrados con capacidad para 1500 alumnos.

Las obras procedieron con tal rapidez que al año siguiente, el viernes 16 de julio de 1971 -pronto hará medio siglo-, el gobernador civil Alberto Fernández Galar acompañado del alcalde Pérez Alonso procedía a una maratoniana jornada de inauguraciones que los llevaron desde el colegio ‘Reyes Católicos’ donde se abrieron las canchas deportivas y una vivienda para el vigilante; a la plaza de Las Chumberas; el Grupo Escolar de El Toscón; el Grupo Escolar de La Milagrosa en San Lorenzo; la Urbanización de Lomo Apolinario; la Urbanización de San José, la canalización del Barranquillo Osorio; la Plaza de Zárate; instalaciones deportivas en los colegios nacionales 24 de Junio y Manrique de Lara; la iluminación de los Jardines de Alonso Quesada; la iluminación del barrio de La Isleta o el Paseo de la Cornisa.

Don José esperó pacientemente en las puertas del edificio recién terminado hasta que llegó la comitiva de primeras autoridades a las que recibió en la entrada del nuevo colegio cuyo coste cercano a los 16 millones de pesetas significaron un enorme esfuerzo económico que redundaría en un centro educativo de primera índole. Las crónicas dicen que Ramírez Bethencourt estaba «vivamente emocionado y orgulloso de una obra que lleva su nombre, fruto de sus grandes desvelos durante el tiempo que estuvo al frente del municipio».

Desvelos e intereses por el progreso de la ciudad en cuyos destinos rigió durante muchos años no sólo desde la alcaldía sino también en otros puestos como el de presidente del Patronato de la Fundación de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas.

En ese tiempo, se produjo un gigantesco avance en vías, urbanizaciones e instalaciones que fundamentaron su conversión en la principal ciudad del archipiélago y que se debieron en gran parte a su peculiar y correcta forma de enfocar el gobierno de lo público desde un enfoque realista, práctico, honesto. Obras como el Mercado de Altavista, la Feria del Atlántico, la iluminación del paseo de Las Canteras, el avance de Las Palmas de Gran Canaria sobre el mar y cuya Avenida Marítima lleva también su nombre desde 1972 o el traslado a las instalaciones municipales al Hotel Metropol decidido en sus últimos días de alcaldía, son una mínima parte de lo mucho hecho por él.

José Ramírez Bethencourt acompaña al obispo de Canarias José Antonio Infantes Florido en su llegada a la diócesis, en cochaedescubierto por las calles de Las Palmas de Gran Canaria, en una escena propia del régimen anterior José Luis Yanes

José Ramírez Bethencourt falleció en un hotel de Madrid el 26 de abril de 1978, de forma repentina por una afeción cardiaca,cuando se disponía a participar en una reunión para determinar el futuro de la sociedad Astican; su esposa Dolores Bosch murió el 4 de agosto de 2013. Su estela vital sigue aún presente en la corporación de Las Palmas, que él rigió durante años con acertada mano.

El Colegio que aun lleva su nombre cumple el medio siglo. Al mes siguiente de su inauguración ya tenía nombrado a Carlos Butler como su primer director. En los años siguientes su presencia en el ámbito educativo grancanario fue significativa en su capacidad de adaptación al masivo, imparable y heterogéneo crecimiento social de Las Palmas.

Quede como ejemplo de ello el que a fines de aquel mismo año sus alumnos y alumnas ya construían belenes en el recinto y participaban en actividades novedosas por entonces como el Concurso de Villancicos o el de Postales organizado por la Caja Insular de Ahorros y la representación del Nacimiento o de una “versión modernizada” del auto de los Reyes Magos. Y ya al curso siguiente estaban presentes en las celebraciones del 130 aniversario del nacimiento de Benito Pérez Galdós que organizadas por su Casa-Museo Pérez Caldos tenían lugar en la Plaza de la Feria ante la escultura de Pablo Serrano.

A inicios de 1970, pocos días antes de abandonar la alcaldía, Ramírez Bethencourt proponía en pleno corporativo que como “los presupuestos del municipio se iban saneando era llegado el momento, de acometer con intensidad el embellecimiento de la ciudad”. Ésa era su manera de entender el trabajo. Un paso, afianzarlo, asegurarlo y no parar. El pueblo siempre supo agradece esta forma de trabajar del alcalde que tanto hizo por el crecimiento de Las Palmas de Gran Canaria.

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