La Fiscalía Provincial de Las Palmas pide 23 años de prisión para el hombre que mató a su exmujer en el barrio capitalino de La Matula, para después explotar la vivienda en la que ambos vivían con la finalidad de suicidarse en el verano de 2018. 

La acusación pública sostiene en su escrito de conclusiones provisionales que el procesado Ángel Montesdeoca de 63 años inició una relación sentimental con Soledad Álvarez en el 2001. Ambos se casaron y tuvieron dos hijos -que hoy día tienen 17 y 18 años- por lo que los cuatro hacían vida en el mismo domicilio en la calle Felicidad que, además, era propiedad de los padres de la víctima.

Para 2017 ella decidió culminar su relación con el acusado pese a continuar viviendo con él ya que lo consideraba «más apropiado para los niños» y debido a que Montesdeoca no aceptaba la ruptura. Tras pasar unos meses, la mujer que tenía 49 años al momento de su asesinato retomó la amistad con un viejo amigo que sufría un cáncer terminal por lo que le quería ayudar así que salían muy a menudo y ella «se sentía feliz». Para este punto ya la víctima había tomado la decisión de dormir en otra habitación y divorciarse de su victimario.

Hasta un mes antes de su asesinato, Soledad estuvo cuidando de su madre durante las noches y, según la fiscal María Luisa Ordóñez de Barraicua, el autor confeso «no aceptaba la relación que la víctima tenía con su amigo y sentía celos de él». El 8 de junio de 2018 Soledad se quedó despierta hasta las 5.30 de la mañana aproximadamente mientras que su exmarido dormía en la habitación matrimonial con su hijo mayor. El procesado llevó a sus descendientes al colegio y regresó a casa sobre las 9.20 horas, seguidamente comprobó que la víctima estuviese en la cama y «con el propósito de arrebatarle la vida» entró a la cocina, cogió un cuchillo y se abalanzó a ella «sin que pudiese reaccionar» y le puso el arma blanca en el cuello. «Ella intentó apartarlo pero no pudo», reza el escrito, el imputado trató de clavarle el arma homicida en el pecho en tres ocasiones por lo que le realizó pequeñas incisiones hasta que finalmente le asestó una puñalada mortal.

La víctima intentó repeler el ataque por lo que tenía varias heridas pequeñas en el cuerpo

Tras esto, el investigado «con la intención de quitarse la vida» cogió dos bombonas de gas y a una de ellas le cortó la manguera, seguidamente activó el butano y prendió fuego provocando una explosión que alertó a los vecinos del lugar quienes tumbaron la puerta del domicilio con una patada y sacaron el cadáver de la víctima y a su asesino confeso a quien «las llamas habían alcanzado» y por lo que requirió ser trasladado al hospital Virgen del Rocío de Sevilla debido a sus quemaduras. Ahora se encuentra en prisión provisional acordada desde el 19 de septiembre del 2018 y que comenzó a cumplir en el Hospital Insular al que llegó el 12 del mismo mes.

Para Ordónez de Barraicua, Ángel Montesdeoca acabó con la vida de su expareja al no aceptar la ruptura y al considerar que ella «era suya». Por lo que pide que se le condene a 23 años de cárcel por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y razones de género. 

Una hija

Soledad Álvarez tuvo una hija antes de iniciar su relación con el hombre que le arrebató al vida y que en este procedimiento se encuentra representada por el letrado José Antonio Penichet ya que ejerce la acusación particular. Para ellos, el procesado «percibía como una relación sentimental» la que la víctima tenía con su amigo pese a solo era una «amistad entrañable» y fue por ello que «decidió acabar con su vida». Además, resalta que el asesino intentó «ocultar la verdadera causa de muerte» de su víctima y/o suicidarse por lo que originó el incendio y daños a la vivienda por los que pide que pague una pena de tres años, más 25 por asesinato. 

El Servicio Canario de Igualdad se persona como acusación popular y revela que la víctima le «había pedido el divorcio hasta en tres ocasiones» pero este no sólo no aceptaba la ruptura, sino que ella «tuviese una vida independiente y plena». Mientras que la defensa del acusado representada por Víctor Bofill sostiene que Montesdeoca intentó suicidarse por el «remordimiento de conciencia» de haberla matado tras discutir con ella y que su representado tampoco pensó en las consecuencias emocionales que esto le traería a sus hijos. Además, requiere que se elimine del procedimiento los delitos de incendio y daño pedidos por las acusaciones al estar excluidos de enjuiciamiento ante el Tribunal del Jurado. 

Peticiones de condena

  • La fiscalía: La fiscal pide 23 años de cárcel por asesinato con agravantes de parentesco y género, así como una indemnización de 451.222,5 euros por daños morales (450.000 a la familia), desperfectos y servicio de bomberos.
  • Acusación particular: José A. Penichet exige 28 años de cárcel por asesinato con agravantes de parentesco y razones de género, un delito de incendio y 454275.98 euros a los herederos de Soledad.
  • Acusación popular: El Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias solicita 35 años de prisión por asesinato con agravantes de género y parentesco y un delito de incendio con la medida de libertad vigilada por diez años. También pide 360.000 euros de indemnización para los hijos de la víctima.
  • Defensa: El letrado Víctor Bofill requiere una condena de 20 años por el delito de asesinato con las agravantes de parentesco y género, más la atenuante de trastorno mental de considerarse el delito de incendio.