El Círculo Mercantil de Las Palmas constituyó su primera junta directiva el 18 de agosto de 1879 en el barrio comercial de Triana. Nació con la finalidad de agrupar los intereses de los pequeños empresarios de la zona y pronto pasó a convertirse en actor principal de la vida social y cultural de la ciudad. A finales de los años 80 del siglo XX comenzó un lento declive que en la última semana ha tocado fondo: el Juzgado de Lo Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria anunció el 13 de mayo a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) que la entidad entraba en fase de liquidación después de un largo periodo en concurso de acreedores -iniciado en noviembre de 2018-. El club arrastra una deuda de 700.000 euros, principalmente con la comunidad de vecinos donde tienen la sede, en la calle San Bernardo.
«Era algo que se veía venir», señala Juan José Laforet, cronista oficial de la capital. La histórica entidad tenía a finales de 2017 apenas 500 socios; esta es la última cifra conocida, pues la dirección del club no ha querido aportar datos a este periódico. Todavía imparten clases de teatro y cuenta con otras actividades como el billar, aunque las opciones se han visto mermadas por culpa de la Covid-19. Dispone además de 12 locales en propiedad que dan hacia San Bernardo y Perdomo, además de un pasaje que atraviesa el edificio y une ambas calles.
Pero, la historia del Círculo no siempre ha sido así. En sus inicios, allí se dieron cita pequeños y medianos empresarios, empleados de alto rango y miembros de la pujante comunidad británica. En 1899 levantaron una monumental sede en la plaza Hurtado de Mendoza con una amplia escalinata y un torreón, edificio que hoy acoge la Biblioteca Insular. Por aquel entonces tenían un papel activo en los carnavales, pero también en la vida cultural, con exposiciones de arte y funciones de teatro, explica Laforet. «Eran un centro de debate y desde allí impulsaron muchas cuestiones», precisa; tales como la división provincial o la construcción del palacio militar de San Telmo.
A mitad del siglo XX se trasladaron a una casona de San Bernardo y en 1977 inauguraron su sede actual en un edificio con dos plantas para sus oficinas y siete más de viviendas. Llegaron a tener instalaciones deportivas en Telde y sus fiestas de Fin de Año o Reyes fueron bien conocidas en los años 60 y 70 hasta entrar en declive.
