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El jardín de Dios está en Jinámar

Jesús Pérez Jiménez, nacido un día de Navidad, cuida los parterres de un bloque de la Fase III

Jesús Pérez Jiménez enseña el tatuaje que lleva en el pecho junto al jardín que cuida en la fase III de Jinámar. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

«Dios existe porque nací en Navidad». Jesús Pérez Jiménez tiene esta frase tatuada en el pecho junto a una rosa roja. Nació un 25 de diciembre, aunque no dice de hace cuántos años. Él mismo se reconoce como indigente, vive en una furgoneta aparcada en las inmediaciones de la Fase III del valle de Jinámar. ¿Su día a día? Cuidar las zonas verdes que rodean uno de los bloques de la urbanización a cambio de unos euros o de una cajetilla de cigarrillos. La voluntad.

«Me gusta la jardinería», repite varias veces entusiasmado mientras enseña la zona que ha arreglado en los últimos días. Las zonas verdes que rodean los bloques de viviendas de esta fase del Polígono de Jinámar están, en su mayoría, repletas de basura y muy mal cuidadas, pero la del bloque que guarda Jesús es otro rollo. «Hasta el otro día estaba todo esto que no se podía pasar, las ramas eran tan grandes que una persona no podía subir con un carrito», comenta. «Aquí también tuve que cortar la planta, el paso era muy estrecho», añade.

Y es que el jardín de Dios está en Jinámar. A la entrada del bloque, un gran cartel da la bienvenida con un mensaje positivo después del largo último año en pandemia: «Feliz año 2020, que el 21 sea mucho mejor, mi mundo». Nada más subir los pocos escalones, el parterre está decorado con círculos de piedras pintadas de blanco, maceteros improvisados con piezas recicladas de la basura y varias plantas. «Por las noches el rojo de las dos flores resalta, da vida al sitio», apunta Jesús, orgulloso y con entusiasmo. Es más, en uno de esos maceteros ha escrito la frase «vive y deja vivir». Todo un lema a seguir.

"Lo hago por mi gente"

«Al final todo esto lo hago por mi gente», señala entusiasmado. «Hay que tenerlo bonito», explica, «aquí siempre me ayudan con algo», añade, al tiempo que recalca que en otros bloques no hace lo mismo porque «no quieren darme nada». Y lo cierto es que salta a la vista. Mientras en el jardín que cuida Jesús los desperdicios están contados, delante de otros edificios la basura -los restos de latas, paquetes de papas, botellas y demás desperdicios- se multiplica.

«Nos tienen abandonados», repiten Jesús y otros vecinos a su alrededor. «De aquí salieron las ratas el otro día, vivas y muertas», señala con el dedo una tapa de alcantarilla. José Antonio Medina Alemán es uno de esos vecinos que reconoce la labor de este indigente. «La zona más o menos está bien porque lo limpiamos, pero ni aún así», comenta, en relación al abandono en el que están sumidos los espacios libres de la fase III de Jinámar.

El plan de rehabilitación de nueve barrios de la ciudad que ha ideado el Ayuntamiento prevé mejoras en esta fase del polígono de Jinámar. Unos trabajos que se centrarán en unos espacios verdes que han estado durante décadas descuidados, salvo en ocasiones muy concretas, como es el caso del jardín de Dios o, mejor dicho, Jesús Pérez Jiménez.

Jinámar en cifras


Viviendas: 1.200 de la Fase III

  • El Ayuntamiento capitalino prevé rehabilitar los edificios y zonas comunes de la Fase III de Jinámar, compuesta por 1.200 viviendas repartidas a ambos lados de la rambla del barrio, ya pegados al pueblo y en el límite de Las Palmas de Gran Canaria. Forma el mayor polígono residencial de Canarias junto con las restantes fases situadas en el vecino municipio de Telde. 

Población: 3.880 personas

  • La zona capitalina del valle de Jinámar tiene 3.880 habitantes, según datos del Observatorio Socieconómico Urbano. El área engloba las Ramblas y la Fase III del Polígono. El porcentaje de mayores de 65 años es de solo el 13%, una cifra claramente por debajo de la media de la ciudad, que es del 18,6%.

Inversión: Cuatro millones

  • Urbanismo prevé invertir en la Fase III de Jinámar cuatro millones de euros, que irán destinados a la rehabilitación de los edificios y a los espacios libres. El Ayuntamiento amplió el parque de la urbanización en 2019, al ocupar el solar donde estaba el CEIP Europa; este llevaba cerrado desde 2015, después de que sufriera serios desperfectos por culpa de unas lluvias. Cerca tienen el campo de fútbol del Mundial 82 y un instituto.

Renta: 18.270 euros

  • La renta anual de las familias en la zona capitalina de Jinámar es de 18.270 euros, cifra que convierte al barrio en el más pobre de Las Palmas de Gran Canaria y en uno de los más precarios del Archipiélago. Además, este indicador ha caido casi un 32% en el último año. La renta individual es de 6.186 euros anuales. Cifras muy por debajo de la media de la ciudad, que en este caso serían de 32.359 y 11.904, respectivamente.

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