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Honores y distinciones

Angélica Castellano, un reconocimiento a la cultura y la educación como forma de progreso

Angélica Castellano, nombrada Hija Predilecta por su legado al frente del Museo Canario

Angélica Castellano Suárez durante su etapa como directora de El Museo Canario. | | LP/DLP

Ya sea en su faceta como madre, o en su trayectoria profesional, Angélica Castellano Suárez era conocida por su valentía y carácter responsable, a la par que afable, entre quienes le conocían. En los casi tres años que fue directora de El Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, entre 2016 y hasta su repentina muerte en marzo de 2019, Castellano destacó por aportar novedades a la centenaria institución en cuanto al uso de redes sociales y dotando de una mayor proyección pública del museo a través de actividades complementarias y en la prensa. Es por ello que el Ayuntamiento capitalino le ha concedido el título de Hija Predilecta de la Ciudad a título póstumo, como un reconocimiento al «imprescindible legado» que dejó en la cultura a través de su trabajo en el espacio cultural y de divulgación.

En el pensamiento de Angélica Castellano, conocida cariñosamente como Chiqui, siempre estuvo presente la importancia de la cultura y la educación en la juventud canaria como principales armas de progreso para el Archipiélago. Por ello, en su breve etapa al frente de El Museo Canario, abrió las puertas de la institución a los colegios e institutos para divulgar el conocimiento de los ancestros isleños y de la historia de Canarias, muchas veces desconocida para la mayoría de la población.

Para su madre, Angélica Suárez Lorenzo, más conocida como Keka, este reconocimiento a su hija supone un motivo para que la familia se sienta «muy orgullosa y satisfecha», ya que supone un espaldarazo desde las instituciones de la ciudad al «trabajo y el esfuerzo tan grande» que Castellano Suárez dedicó a todo aquello en lo que tomó parte en sus 48 años de vida. Y es que, antes de dirigir El Museo Canario desde 2016 y hasta su fallecimiento en 2019, ya lo hizo otros tres años en el Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico. En ambas instituciones, mostró su sobrada responsabilidad y su creatividad, que no dudaba en usar para proponer siempre ideas y planteando iniciativas que ayudaran a avanzar.

En palabras de su madre, no esperaban este reconocimiento a título póstumo «porque ella además era tan sencilla, nunca hizo alarde de su trabajo ni se manifestó en nada». Lo que hacía, en cambio, era trabajar como una hormiga, siempre «corriendo para todos lados, haciendo cosas y escribiendo». Al mismo tiempo, Angélica Suárez comentó, orgullosa, cómo siempre inculcó a sus dos hijas «tres mandamientos», a saber: «seriedad, honradez y trabajo», algo que han llevado por bandera en sus vidas, y que ayudó a Chiqui Castellano a tener éxitos en su carrera profesional.

Licenciada en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Saint Louis, en el estado norteamericano de Missouri, para posteriormente especializarse en Economía Internacional y Marketing. Además, profundizó en la sociedad del conocimiento, motivo por el cual le llamó el empresario Ángel Ferrera para dirigir el Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico. Un curriculum potenciado desde su seno familiar, muy vinculado con el mundo de la empresa. «Sobre todo su padre, Pedro Castellano, tenía muchas inquietudes con las dos hermanas, tenían que saber alemán, inglés... Trabajamos mucho para que estudiaran fuera, para que conocieran mundo, para que se convirtieran en mujeres muy independientes», ensalzó su madre. Y es que, para que consiguieran sacarse las castañas del fuego, no había nada mejor que «soltarlas» en un terreno inhóspito y que ellas mismas consiguieran los métodos necesarios para salir adelante, en opinión de quien les dio el ser.

Angélica Castellano ayudó a sus padres, propietarios de almacenes Caspe, en el negocio familiar durante un tiempo, antes de especializarse en la sociedad del conocimiento y mirar más lejos. Su abuelo, Alfonso Suárez, era dueño de una famosa ferretería en la calle Mayor de Triana, Las Columnas, por lo que la vena empresarial corría por sus venas desde una temprana edad. Pero lo que la hacía destacar en su trabajo era su preparación, que se trataba de una persona muy dispuesta y analítica en sus conclusiones y estudios, uno de los cuales ponía en valor la necesidad de avanzar en la educación en las Islas.

Ese amor por Canarias lo trasladó, precisamente, a su desempeño como directora de El Museo Canario desde octubre de 2016. En un artículo que firmó en 2018 aseguraba sentirse «tremendamente orgullosa» de la institución que dirigía, que a su vez tuvo a «un elenco de personas que han sido y son referentes del mundo intelectual y de la sociedad civil grancanaria» al frente antes que ella. En ese escrito, Angélica Castellano ensalzó que esta gente «atesoraron y atesoran parte de nuestro patrimonio histórico como se protegen las cosas precisas y preciosas». Ese amor por la divulgación y esa pasión por su trabajo al frente de la sociedad bien le hacen merecedora del título de Hija Predilecta de Las Palmas de Gran Canaria.

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