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Barrios.

Doreste pondrá aceras en Almatriche y conectará el barrio con Siete Palmas

El edil anuncia un estudio de movilidad de la zona y una reunión con el Cabildo para firmar el acta de cesión de la vía | Los vecinos mantienen las movilizaciones

Reunión del concejal Doreste con los vecinos de Almatriche bajo.

El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, se ha comprometido con los vecinos de Almatriche bajo a iniciar los trabajos de colocación de aceras en la GC-310, antes de que finalice este año. Doreste prometió también a abrir la conexión entre Juan Hidalgo y Siete Palmas, que sólo requiere quitar una valla quitamiedo y poner un paso de peatones o un semáforo, así como la ampliación de la rotonda y también habló de vallar los solares que están sin urbanizar y de la realización de un estudio previo de movilidad en el que se establecerá como quedará la carretera de Almatriche y la avenida Juan Hidalgo, tras su conexión con la avenida Felo Monzón. El objetivo es garantizar la seguridad de los vecinos que tienen que circular por los arcenes de una calzada sin aceras y acabar con el aislamiento de la zona que provocó la urbanización de Siete Palmas.

Los vecinos se manifestaron satisfechos por los resultados obtenidos gracias a las movilizaciones que han protagonizado durante las últimas dos semanas y advierten que mantendrán las otras dos concentraciones previstas este mes, hasta que vean «el acta de cesión de la carretera firmada»

De momento, el responsable de Urbanismo los emplazó al próximo 23 de junio, víspera de San Juan, en el que está prevista una reunión con el consejero de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Pérez, para firmar el acta de cesión de la carretera. Ambas instituciones firmaron en 2003 un convenio por el que el Cabildo cedía al Ayuntamiento la carretera de Almatriche, una cesión que estaba condicionada a unas obras de arreglo del firme de la carretera general que, según el Cabildo se llevaron a cabo en 2007.

Desde ese momento, la carretera pasó a ser competencia del Ayuntamiento, asegura el Cabildo, pero los responsables municipales se escudan, para justificar ante los vecinos su inacción en la zona, que falta la firma del acta de cesión. Es en el momento en el que los vecinos salen a la calle cuando, en palabras de la plataforma, «empieza la guerra entre el Cabildo y el Ayuntamiento. El pasado viernes subió la concejala Inmaculada Medina con los papeles para asegurarnos que ellos quisieran hacer las obras, pero que no pueden porque el Cabildo no los ha citado para firmar ese papel. Por su parte, Miguel Ángel Pérez nos llamó para que le pidiéramos explicaciones al Ayuntamiento. Y le preguntamos: ¿por qué no llama a Doreste y cierran esto ya?», explica Fernando Miguel Gabo, portavoz de la plataforma @almatriche bajo.

La movilización de los vecinos ha conseguido en solo dos semanas arrancar del Ayuntamiento un compromiso para urbanizar la carretera de Almatriche, una obra que se calcula costará no menos de 400.000 euros, según las estimaciones realizadas hace cuatro años y que los residentes llevan reclamando desde hace cuarenta años. En la reunión celebrada el pasado viernes con los representantes vecinales, Doreste se comprometió a iniciar antes de que acabe el año la obra de colocación de aceras en la zona más cercana a la gasolinera de Disa, donde están los comercios, según informó Fernando Miguel.

Lo más probable, indicó Miguel, es que la carretera de Almatriche se quede con un solo carril de subida, tras la urbanización, porque habrá que buscar hueco para los aparcamientos, las aceras, las farolas y las paradas de guaguas con su marquesina, en lugar del «palo espichado en el suelo que hay ahora». Además, habrá que poner pasos de peatones e instalar una red de alcantarillado para que el agua no arrastre carretera abajo la tierra y las piedras cuando llueve.

«La idea es que la carretera general sea una avenida que suba y que la prolongación de Juan Hidalgo sea la subida y bajada hacia Almatriche. El objetivo es abrir la prolongación de Juan Hidalgo lo antes posible. Según Doreste, para final de año eso tiene que estar ya liberado para poder conectar» con la avenida Felo Monzón.

El responsable de Urbanismo se comprometió a «conseguir las perras necesarias para hacer el proyecto y nos aseguró que acabará con el problema al golpito».

Para los vecinos es tan importante la colocación de aceras como la conexión con Siete Palmas, una actuación esta última que «no depende del dinero sino de la voluntad política. Tienen que poner un paso de peatón, un semáforo, un paso elevado o lo que sea, cualquier cosa antes que seguir permitiendo que la gente siga saltando las vallas quitamiedos para acceder a Siete Palmas. No sé como no ha pasado todavía nada. No tenemos forma de salir del barrio, sólo en coche, la gente se juega la vida. Los niños van al colegio saltando la valla. ¿Tenemos que esperar a que atropellen a un niño para hacer la conexión con Siete Palmas?».

Fernando Miguel valoró como muy «positiva» la reunión con el concejal Doreste en la que también estuvo presente la edila de Servicios Públicos, Inmaculada Medina, «aunque no hay que contar los pollos antes de que nazcan. Pero el balance es bueno, porque se han comprometido a empezar las obras de Almatriche a final de año. Si a final de septiembre no vemos movimiento, volvemos a la calle. No vamos a parar hasta que urbanicen la carretera porque es la única manera de que se den cuenta de que existimos». El dirigente vecinal llamó la atención sobre los múltiples declaraciones contradictorias entre los responsables municipales e insulares para evitar solucionar un problema que se remonta a 40 años atrás. «Doreste nos prometió de todo hace ocho meses, sabiendo que no podía hacer nada en la vía porque no había un acta de cesión del Cabildo y hace tres meses el alcalde Augusto Hidalgo nos dijo que no podía hacer nada porque no había manera de que el Cabildo cediera la carretera y que la conexión con Siete Palmas está en juicio», señaló. Este periódico intentó, sin éxito, hablar con Javier Doreste para conocer su versión de la reunión.

La papa caliente


«Nos sentimos como una papa caliente que nadie quiere coger porque el que la coge se quema. Almatriche es esa papa caliente que nadie quiere coger. Es un barrio obrero, como muchos de Las Palmas, que no tiene ningún interés comercial. No tiene ni un Hipercor ni un Alcampo y eso explica la desidia que ha sufrido durante los últimos cuarenta años», señaló ayer Fernando Miguel, portavoz de la plataforma @almatriche bajo.

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