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Tribunales

Una de las víctimas del fotógrafo: "Me dijo que yo tenía que tocarme bajo las sábanas"

Dos menores dicen que las retrató con plátanos y chupa chups - Una de las víctimas hace énfasis en que el acusado le aplicó aceite en sus partes íntimas

A la izquierda, el acusado Luis Jorge M. E. en el juicio en su contra. | | QUIQUE CURBELO

Dos víctimas afirmaron ayer ante el Tribunal que el fotógrafo acusado de 36 delitos de pornografía infantil y cinco de corrupción de menores las retrató con plátanos y chupa chups, mientras que otra aseguró que le había untado aceite en sus partes íntimas.

En la tercera sesión del juicio contra Luis Jorge M.E., de 55 años, depusieron seis de las 41 jóvenes afectadas. La primera de ellas narró ante la Sala que el acusado les prometía que las haría «grandes modelos» al alegar que trabajaba para revistas importantes. Su primera sesión fotográfica fue «normal», pero la segunda «fue más íntima». «Me pidió que me quitase el sujetador», sostuvo. Después explicó que el fotógrafo comenzó a tocarle el tanga al tiempo que le decía que «fuéramos a algo más erótico porque decía que veía que me gustaba». La tercera de las sesiones «ya era en bikini y ropa interior» pero cuando acudió por cuarta vez se encontró con que había otra chica, por lo que el acusado le pidió que hicieran imágenes con un tono lésbico en las que, aunque no llegaron a tocarse, sí se retrataron enseñando los pechos.

«No nos llegamos a besar porque ella y yo nos sentíamos incómodas pero él nos decía que eso era lo que vendía y lo que hacían las modelos», resaltó la joven, a la vez que agregó que les hizo posar tocándose los pechos, la boca y el cuello «como si nos fuéramos a besar». La denunciante manifestó también que en una ocasión le tomó fotografías en un hotel en las que estuvo desnuda y, pese a que él le dijo que no se le vería nada, le pidió que sus poses fueran sexuales. Explicó también que él «nunca» le entregó esos retratos pero sí se los enseñó a unas amigas de ella que estaban en el mundo del modelaje, además, le comentó que ella «valía para ser actriz porno».

A otra de las víctimas a la que contactó, según su testimonio, por Instagram apuntó que en la primera sesión «todo era normal y con ropa». «En la segunda empezó a pedir cosas subidas de tono, pero debo reconocer que accedí voluntariamente y no me sentía tan mal porque habían otras chicas, tampoco me sentí obligada porque no estaba sola», añadió a la vez que sentenció que ella vio como él le pedía este estilo de fotos tanto a chicas menores como a mayores.

De igual forma, detalló que el fotógrafo le pedía que se aplicara aceite en el cuerpo para las sesiones en las que estaba desnuda, también le pedía que se aplicara hielo alegando que los retratos eran desnudos artísticos «Él me aplico el aceite por mis pechos y en mi zona intima», expresó la joven mientras narraba que el acusado le decía que pensara en un chico que le gustase cuando viera a la cámara y que pusiera «cara de cachonda». Al igual que a otras de las denunciantes, le pidió que se tomase fotos sin ropa y con otra de las afectadas. «Estábamos desnudas así que nos teníamos que tapar los pechos una a las otra», especificó. Esta menor dejó de acudir al estudio de Luis Jorge M. E. cuando ya ella era mayor de edad y después de que él le pidiese que se hiciera una sesión sola en la que no tuviese ropa.

«Me dijo que yo tenía que tocarme bajo las sábanas y que solo tomaría fotos de mis nalgas», contó ante la Sala y respondió a preguntas de la acusación particular que ella no pagaba por hacerse las imágenes, sino que él le entregaba dinero a ella por acceder a hacerlas. «Que rica estás» fue una de las frases que supuestamente le dijo el acusado cuando la retrataba.

Ayer también depuso una adolescente que acudió al garaje del Batán, dónde funcionaba el estudio del procesado, después de que se conocieran a través de las redes sociales y concertaran una sesión de modelaje. «Mi padre firmó un contrato y él le dijo que se fuera, que estuviera tranquilo que yo le avisaba cuando terminara», aclaró. Según esta víctima, al principio fue «todo muy normal y yo estaba con otra chica. Llegó un momento donde ella se quito la ropa y yo no quería, él me dijo que para soltarme en el mundo de la moda tenía que perder la vergüenza», narró.

La chica declaró que ese día tenía la menstruación e intentó excusarse con eso para no hacerse las fotografías pero Luis Jorge M. E. le «insistió» en que eso era «normal» por lo que terminó accediendo a sus peticiones. «Yo estaba completamente desnuda con la otra chica en posiciones lésbicas y siguiendo las instrucciones de él. Nos decía que nos soltáramos y que era normal que perdiéramos la vergüenza. Me hizo tocarla y ella a mí en los pechos de frente y con las piernas abiertas pero no llegamos a nada más. «Yo no quería, ella (otra víctima) sí lo hizo con la misma porque no era su primera vez, pero yo estaba engatusada. No me sentía nada cómoda», reiteró a la vez que manifestó que no le comentó nada a su padre por «miedo».

La cuarta denunciante que depuso en acto de juicio ayer dijo que contactó con el fotógrafo porque se lo recomendó una amiga. «Yo llegué y él estaba con revistas, era todo creíble, echó a mi madre de ahí», todo esto, explicó, tras especificarle a su progenitora que no debía quedarse porque pondría nerviosa al resto de las chicas y que no le haría imágenes desnudas. «Empezó a sacarme fotos y mando a la chica que maquillaba a comprar comida», en ese momento, sostuvo la joven, comenzó a pedirles que se quitasen la ropa para poder retratarlas y ella accedió a hacerlo. La menor tuvo que parar de declarar por un momento ya que se fue en llanto mientras decía que ella «era una niña» y creyó que todo era verdad y que él era un profesional.

«Me avergüenzo», apostilló entre lágrimas para después explicar que él se acercó a ella y la tocaba para decirle como debía posar ante la cámara. Además, le dio un plátano para que saliera en las fotografías con este en la mano y sugiriendo que era un pene. Le decía, asimismo, «que pusiera caras de cachonda. Quería llevarme a mi casa y yo le dije que no».

A ella también le tomó fotos con otra chica, según su testimonio, las dos estaban desnudas y se agarraban el pecho y los glúteos «con cara de satisfacción sexual. Me arrepiento de todo porque era una niña y no sabía», reveló con tristeza. «Me sentí intimidada por él y me decía que tenía que tomarme fotos desnudas para cogerme y yo estaba ilusionada, quería ser modelo. Era la primera vez que lo hacía», recalcó e indicó que Luis Jorge M. E. le dijo que no dijera nada a su madre. La joven tuvo que insistir, a preguntas del abogado de la defensa, en que las imágenes en las que sale agarrándose los pechos no eran sólo para taparse como el letrado insinuaba, sino con connotaciones sexuales.

La última menor citada para declarar ayer aseveró que contactó con él tras ser rechazada por varias agencias debido a su baja estatura, a la madre de ella, siempre según su relato, le enseñó las supuestas revistas con las que colaboraba y alegó ser «buena persona» por lo que no le tomaría fotos a su hija desnuda. Empezó tomándose retratos con ropa de invierno y después pasaron a usar unas más al estilo del verano pero su camiseta era transparente así que el acusado le expresó que debía quitarse el sujetador ya que «odiaba» que se notasen las marcas pero después le pidió que se quitase toda la ropa, no sin antes decirle que estaba gorda y debía perder ocho kilos pese a tener 17 años y pesar 49 kilogramos. Además de hacerla «sentir fea mientras halagaba a las demás», le hizo retratos a ella y otras tres chicas en las que una se tenía que colocar un chupa chups en el pezón mientras la otra besaba el caramelo. Todas las afectadas que declararon ayer concordaron con el resto de las menores que depusieron los dos días anteriores en que Luis Jorge M. E., para el que la Fiscalía pide 187 años de cárcel, les prometió entregarles los retratos en los que salían desnudas cuando cumplieran 18 años, cosa que nunca ocurrió. El juicio continua el próximo lunes.

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