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El poco sol en las playas le gana al preludio de las restricciones

Las costas capitalinas reciben menos bañistas que el fin de semana anterior a pesar de que hoy entra en vigor el limite de aforo del 50%

Una postal de la playa de Las Alcaravaneras de este domingo 25 de julio de 2021 Juan Castro

Este lunes cambian de nuevo las restricciones en la Isla y en la capital tras la decisión tomada el pasado jueves por parte del Consejo de Gobierno de pasar de nivel de alerta 2 a 3 en el Archipiélago. Por lo que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria decidió, entre otras cosas, reducir el aforo del 50% en las playas de la ciudad para paliar así la crisis sanitaria. Sin embargo, esto no fue decisivo para que las costas se llenasen de bañistas ayer y esto se debió a que el clima no era favorecedor.

Cuando eran las 12.30 horas en las piscinas de La Laja, el sol aún no resplandecía. Eran escasas las personas que disfrutaban de este espacio natural, aunque, según una de las bañistas, esta es una escena que se lleva reproduciendo desde que el coronavirus navegó hasta la Isla. «Hoy (ayer para el lector) hay poquísima gente para ser domingo», explica Mari Carmen Cabrera al tiempo que añade que durante la semana ve que «como mucho» acuden unas 15 personas de las que en su «mayoría son jubilados, como yo», asegura mientras lanza una sonrisa al aire. «El día está un poco extraño, si el clima estuviese mejor aquí estarían unos 30» bañistas probablemente, pero también destaca que La Laja no es de «petar mucho su aforo» ya que «es grande y espaciosa» y quienes acuden a echarse un chapuzón o simplemente tumbarse a tomar el sol, respetan las distancias de seguridad.

Vacunación

La jubilada no sólo le achaca la falta de visitantes a las piscinas naturales el hecho de que el sol no se asomase por completo sobre la capital y entiende que las colas para la vacunación de los menores en el Terrero de Lucha de Pedro Hidalgo se han llevado todo el protagonismo ayer por la prioridad que significa para muchos estar inmunizados ante este virus que ha apagado la vida de más de 81.000 personas en España. «Me quedé asombrada porque no sabía de dónde había salido tantos jóvenes, por lo que supongo que ellos están aprovechando la vacuna» y por eso no acudieron durante la mañana a la playa.

«Yo vengo todos los días y siempre estamos las mismas personas, excepto los domingos que vienen más bañistas» y por eso supone que el paso a nivel 3 en la Isla ha generado que algunos prefieran quedarse en casa por recelo. A pesar de eso, Cabrera cree que no va a afectar el limite de aforo en La Laja porque sostiene que no fue así tras la salida del confinamiento y porque no suelen acudir multitudes a las piscinas naturales.

Una opinión con la que concuerdan Desireé Delgado, su madre Fela Henríquez y su tía Toñi Afonso quienes también son asiduas los domingos y suelen ver a las mismas personas siempre. «No hemos venido porque cambien las restricciones, yo creo que ya estamos habituados a que estamos en un nivel, subimos al otro y ya estos cambios forman parte de nuestra vida diaria», reseña Delgado, quien a su juicio, estima que ayer no acudieron más personas por ser el preludio de las restricciones respecto al aforo en las playas capitalinas.

«Yo creo que no nos va a afectar porque solemos venir a primera hora y nos vamos en nada. Siempre temprano desde las 10.00 hasta las 13.00 horas aproximadamente y según lo que vemos, los demás empiezan a venir más tarde cuando ya nos estamos yendo», relata la bañista quien apunta que ni siquiera se consigue con problemas para aparcar aunque admite que puede que con la normativa que entra en vigor hoy, quizás algunos se decanten por acudir más temprano para poder disfrutar de las piscinas naturales y evitar pasar el mal rato de no poder entrar a la playa, aunque el Ayuntamiento ya ha puesto a disposición de los capitalinos y demás usuarios de las costas de la ciudad las páginas web www.laspalmasgc.es y www.lpamar.com en las que se muestra en tiempo real si ya se ha cumplido el límite, si está por cumplirse o si aún hay suficiente espacio para más personas, todo señalizado como una especia de semáforo que cuando está verde señaliza que está libre, si pasa amarillo indica que está medianamente completo y en rojo que ya está ocupado.

Imagen de las piscinas naturales de La Laja de este domingo 25 de julio de 2021 Juan Castro

La joven y su madre explican que la policía acudió un par de veces durante las horas en las que ellas estuvieron tomando el sol y se percataron de que le llamaron la atención a un surfista que no utilizaba mascarilla pese a que no es obligatoria en los espacios públicos siempre que se respeten las medidas de distanciamiento social, algo que según las mujeres, este no incumplía. «No lo entiendo, creo que los agentes no controlan tampoco las restricciones que se imponen porque ni siquiera con la pasada al nivel tres exigen el tapa bocas al aire libre por lo que ni ellos mismos se enteran. Él no tenía obligación de llevarla siempre que esté a más de un metro y medio de otras personas», se queja Delgado al tiempo que reconoce que «estamos un poco perdidos ya por tantos cambios. La población está alterada con todo esto porque no saben a qué atenerse» añade la joven que además trabaja en un centro de salud y entiende que esto será así por mucho tiempo y «nos queda acostumbrarnos hasta que se normalice», concluye la bañista.

En la playa de Las Alcaravaneras la situación era similar a La Laja con poca afluencia de personas pese a que incluso se celebraba el Net 7 Summer Cup 2021 del Club Voleyplaya Net 7 Gran Canaria. Esmeralda Navarro y Antonio Delgado acudieron desde las 10.00 horas a la costa y se la encontraron «completamente vacía» y, aunque la situación fue cambiando con el pasar de las horas, el litoral no llegó a acumular muchas visitas, algo que creen pueda deberse tanto a la pandemia por coronavirus como al tiempo que no era muy favorecedor para tumbarse a tomar el sol. «La gente no está saliendo y respeta las normas, por lo menos los que vienen aquí, porque en los centros comerciales la escena es diferente», apunta Navarro mientras que Delgado reseña que «se ve que se respetan las distancias de seguridad» y es que mientras estuvieron en la arena, la distancia con el resto de los bañistas era de unos «cuatro o cinco metros».

Agradece además que no haya mucha afluencia de personas porque se respetan mejor las normas porque está vacía a diferencia del fin de semana anterior en el que hacía «muy buen tiempo» lo que ocasionó que acudiera mucha gente a la paya capitalina.

Clara Vega, por su parte, que acudió junto a su familia, vio el panorama bien pero con poca gente «debido al coronavirus». «Estamos vacunados y esto va a peor, no lo entiendo. Si hay un límite de aforo en un lugar por qué no sacan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que velen por el cumplimiento de las normas», se pregunta la mujer y es que en el tiempo en el que han estado en el litoral no han visto a un policía pasar para verificar que se cumplan las restricciones. Vega también apunta a que se rebaja a la mitad el límite de visitantes en las costas pero «en las guaguas no se respetan», a su juicio, porque asegura que «van las unidades tan llenas que no cabe nadie más», algo que para ella no es normal «porque es un sitio cerrado y es peor». «¿Hay que tener limitaciones? Vale, pero con una autoridad vigilando que sea así» destaca.

En Las Canteras el sol resplandecía un poco más y la afluencia era superior al resto de los litorales pero tampoco como el fin de semana anterior cuando el clima estival se apoderó de la capital. «Creo que la gente está consciente de que hay que cumplir las normas porque de lo contrario no saldremos de esto y considero que las restricciones deben ser más estrictas y con multas más elevadas para que les duela a los infractores», sostiene José Castro quien concuerda con la bañista de Las Alcaravaneras Clara Vega en que en el transporte público no se respeta el aforo y «van todos apretados en la guagua». Sin embargo, apoya que en las playas haya una limitación que prohiba superar el 50% de sus capacidades porque entiende que cualquier medida para frenar la propagación del coronavirus es positiva y que «la gente debe adaptarse», pero hace hincapié en que debe existir «mano dura para que la población respete las medidas sanitarias». En las dos horas que llevaba el bañista, extrañó la presencia policial aunque aceptó que «no puede haber un guardia por persona».

Juan Bosco, por su parte, ha visto desde su casa situada en las cercanías de playa Chica que en toda la extensión de Las Canteras la situación varia pero, sin duda, no es igual al fin de semana anterior cuando el sol sonrió a la ciudad. «Ha sido atípico por el clima, pero no me puedo quejar porque hay que disfrutar igual», afirma al tiempo que se muestra sorprendido de que se haya tomado la decisión de limitar el aforo en los litorales, en especial, porque comenta que tras el confinamiento «no hubo problema ninguno». Lo que si matiza, al igual que otros bañistas, es que la policía «debería pasearse por la arena» para verificar que se cumplan las normas porque entiende que igual se suelen respetar las distancias entre los usuarios de la joya capitalina. «Creo que es un paripé que se va a respetar al principio y después la gente va a pasar de ello ya que al final esto va más de responsabilidad individual que de otra cosa. Tampoco puede haber un agente para cada persona», señala e insiste en que la gente suele respetar, de momento, el distanciamiento porque, además, hay partes de Las Canteras que son más amplias mientras que en otras sí reconoce que están «a tope».

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Domingo en playas de la capital grancanaria Juan Carlos Castro

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