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La Esfinge se pone a punto para el sector eólico con un alargue de 240 metros

La obra busca calmar las aguas de la dársena destinada al montaje de estructuras ‘offshore’

Extremo sur del muelle Nelson Mandela a partir del que crecerá 240 metros. JUAN CASTRO

La industria eólica en alta mar tiene en la dársena de África del Puerto de Las Palmas uno de sus principales enclaves de futuro, no solo en Canarias sino en toda su área de influencia. Las explanadas emergidas en los últimos años junto a sus muelles interiores ya han sido señaladas como una de las mejores ubicaciones para el ensamblaje de las grandes estructuras que soportan los aerogeneradores offshore, y los contactos entre empresas de La Luz y los astilleros que construyen estos artefactos se han acelerado en las últimas semanas. En este contexto de impulso al sector, la Autoridad Portuaria tiene previsto acometer a partir del próximo año una obra crucial para rematar la dársena y facilitar en ella las operaciones portuarias: el muelle Nelson Mandela ganará 240 metros con una cuarta fase concebida como solución a los problemas de agitación que presentan sus aguas.

La ejecución del alargue supondrá una inversión de 29 millones de euros hasta 2025, para cuando se prevé que la obra pueda estar concluida. Aunque el primer desembolso, de 375.000 euros, está previsto este mismo año para trabajos previos, las cantidades aumentarán a partir del próximo, cuando arrancará el expediente: para 2022 hay reservados 4,6 millones, cantidad que ascenderá a 14,2 en 2023. Un año después serán 8,3 millones y en el último ejercicio previsto, 1,3. La Autoridad Portuaria y Puertos del Estado ya han consensuado el presupuesto por anualidades, que forma parte del plan de empresa de La Luz para los próximos años. 

Complejidad técnica

Su abultado coste, similar al que tienen otras ampliaciones portuarias con más longitud de atraque, es consecuencia de su complejidad técnica. La profundidad a la que se tendrán que llevar a cabo los trabajos submarinos, como la colocación de la banqueta o el fondeo de los cajones, se aproxima a cotas de 40 metros bajo el nivel del mar, lo que llevará al Nelson Mandela a situarse al límite de su capacidad de crecimiento. En cualquier caso, los modelos realizados por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) que maneja la Autoridad Portuaria indican que esta obra puede resultar definitiva para acabar con la agitación, algo que de cumplirse permitirá a la administración liberar otras partidas que tiene destinadas a obras de calmado de las aguas a partir de 2025. 

Los trabajos de la cuarta fase se extenderán entre 2022 y 2025

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El alargue definitivo del muelle Nelson Mandela estará compuesto por siete cajones. De ellos, tres -los mismos que componen el actual cierre- serán reutilizados cambiando su orientación. Para ello será preciso reflotarlos tras retirar los materiales de relleno con los que fueron fondeados en su día, posicionándolos ahora en sentido norte-sur. A diferencia del diseño actual del muelle, el alargue no tendrá contradique: los mismos modelos analizados por los Puertos de Las Palmas indican que resulta más conveniente dejar abierto el muelle para que la ola pueda salir de la dársena de forma natural.  

La reducción de la agitación de la dársena de África no solo facilitará las operaciones en las aguas profundas de los muelles interiores donde tendrá lugar la botadura de las grandes estructuras de la eólica; también beneficiará a toda la actividad de la zona. Para Oryx supondrá un nuevo punto de atraque desde el que realizar operaciones de trasiego de combustible con origen o destino en su terminal, a punto de ser ampliada. Favorecerá asimismo las operaciones del grupo Armas Trasmediterránea, cuyos ferris fueron los primeros que utilizaron esta zona del Puerto.  

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