El nuevo reglamento que dota a los mercados de abasto de Las Palmas de Gran Canaria de una nuevas reglas de juego pasó el pasado viernes el primer filtro del pleno de municipal, que fue unánime al dar el visto bueno a la aprobación inicial del documento.

El nuevo reglamento amplía la autonomía de la empresa concesionaria del servicio, para dotar de mayor flexibilidad a la gestión, elimina las subastas como medio de adjudicación de los puestos y permite que los mercados sean gestionados de manera indirecta. A partir de ahora, los puestos podrán ser cedidos a terceros mediante un contrato, garantizando la concurrencia pública.

El nuevo documento amplía los usos admisibles en los mercados, siempre y cuando el 51% de la superficie se destine a actividades tradicionales. Entre los nuevos usos admisibles, se incluye la posibilidad de áreas destinadas a actividades culturales, educativas, deportivas, de salud y bienestar social, que contribuyan a la mejora de la oferta de servicios del consumidor.

También se autoriza aquellas áreas destinadas a servicios terciarios «que contribuyan al desarrollo y correcto funcionamiento de los mercados o que lo complementen permitiendo prolongar la vida y el uso de estas instalaciones, como servicios de restauración, hostelería, unidad alimentaria, actividades de degustación, u otros como elemento dinamizador».

Según indicó el concejal de Mercados, Pedro Quevedo, durante su intervención en el pasado pleno, se trata de un documento de 712 páginas que viene a actualizar el anterior reglamento de 2006 y adaptarlo a la nueva ley de 2013, que elimina el servicio de obligada prestación que correspondía a los mercados de abasto.

«Se trata», señaló Quevedo, «de adaptarlo a la legislación vigente» y conseguir que los procedimientos de gestión se ajusten a las necesidades actuales. Como señala la memoria del reglamento, el objetivo en definitiva es adecuar la actividad de las plazas de abasto a los escenarios socio económicos y conseguir al mismo tiempo dar respuesta a los problemas detectados en la interpretación y aplicación de las viejas normas.

Según el nuevo documento, las reparaciones de los mercados pueden ser financiadas o cofinanciadas por las administraciones públicas. «Creemos que con este reglamento, el funcionamiento de los mercados será más diligente», señaló el concejal, que añadió que el Ayuntamiento se reserva la imposición de sanciones y el control para que los términos de las concesiones se cumplan. La función inspectora vuelve de esta manera al Ayuntamiento.