Otra palmera canaria, la segunda en menos de un mes, se desplomó ayer en la capital grancanaria, en esta ocasión en la calle Bravo Murillo, en frente del parque San Telmo. Desde la Concejalía de Servicios Públicos, que dirige Inmaculada Medina, informaron de que por el aspecto que presentaba, con el interior del tronco podrido, se maneja la hipótesis de que el ejemplar había sido atacado por el hongo denominado Thielaviopsis Paradoxa, enfermedad también conocida como cabeza doblada, porque las destroza por dentro y hace que las palmas afectadas terminen cayéndose.
Las fuentes de Servicios Públicos, añadieron que «no hay forma de detectar el hongo de manera precoz», por lo que «se suele descubrir cuando está muy avanzado. En cualquier caso», indicaron, «se ha llevado una muestra al laboratorio agroalimentario y fitopatólogico del Cabildo para confirmar» la enfermedad.
El ataque de este hongo suele ser una de las consecuencias de la plaga Diocalandra Frumenti, conocido como picudín, que se ha extendido por buena parte de las palmeras del municipio y es un vector de enfermedades mortíferas como la Thielaviopsis Paradoxa. El ejemplar de ayer cayó poco después de la tres de la tarde y hubo que cortar un carril hasta que se logró retirar la palma.
El pasado 22 de julio cayó otra palmera en el intercambiador de Santa Catalina. En aquella ocasión, el Ayuntamiento achacó al viento la causa del desplome.
A principios de febrero de este año se perdió un histórico ejemplar de palmera canaria de más de 125 años en la plaza de San Francisco, frente a la Alameda de Colón. Al menos cuatro ejemplares de palmeras han desaparecido este año en la ciudad, a lo que hay que añadir el árbol que derribó un tractor en la calle Luis Doreste Silva el pasado mes de julio, en las obras de la metroguagua.
Según los últimos datos facilitados por el Ayuntamiento, en 2019 se perdieron un total de 65 palmeras, de las cuales 45 fueron taladas y 20 se cayeron. Según Parques y Jardines. ese año se plantaron 176.
