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El Jardín Canario avanza hacia la total accesibilidad de sus instalaciones

Un ambicioso proyecto plantea la nivelación de pendientes, la creación de áreas de descanso y el diseño de nueva señalética | La inversión es de 823.777 euros

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Mejoras en la accesibilidad del Jardín Canario Andrés Cruz

Un ambicioso proyecto plantea una serie de actuaciones en el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo encaminadas hacia la meta de la accesibilidad universal de sus instalaciones en el barranco de Guiniguada. Se persigue el objetivo de conseguir que la visita a este recinto -el mayor botánico de España en extensión- cumpla las condiciones para ser comprensible, utilizable y practicable por todas las personas con seguridad y comodidad, y de la forma más autónoma y natural posible. La iniciativa, que está redactada desde hace varios meses, está a la espera de encontrar la financiación por parte del Cabildo insular para intentar ponerla en marcha el próximo año.

Para alcanzar ese objetivo de accesibilidad universal, entendiendo como tal no solo la mejora de las condiciones en las que visitan el Jardín personas con movilidad reducida sino también personas con déficit visuales, auditivos o cognitivos, se han diseñado una serie de intervenciones que se prevén ejecutar en un plazo de 10 meses desde que se inicien los trabajos. De esta manera, se igualarán zonas de pendiente más acusadas para facilitar el tránsito a pie o en silla de ruedas, para lo cual se construirá un nuevo puente que cruce los dos cauces de barranco y que sea llano y lo suficientemente ancho para que quepan dos sillas de ruedas, una para cada sentido de circulación. Asimismo, se corregirán los cambios de firme que hay a lo largo de los itinerarios peatonales del recinto para unificar y mejorar el agarre de estos vehículos para quienes tengan movilidad reducida o de carritos de bebés. Una tercera pata consistirá en la creación de una serie de áreas de descanso a lo largo de las rutas para que la población de avanzada edad o que se cansan más rápido por cualquier tipo de motivo puedan hacer un alto y reposar o tomar un refrigerio, para lo que contará con marquesinas que den sombra, unas mesas y varios bancos. Finalmente, el proyecto incorpora un boceto de señalética totalmente accesible con el que se adaptará el contenido de la información que se ofrece en los paneles para que lo pueda entender cualquier persona.

En este último aspecto, se diseñarán tablones informativos nuevos para acompañar los itinerarios del Jardín Botánico Canario en los que se tendrá en cuenta la accesibilidad cognitiva que, en palabras del director del recinto, Juli Caujapé, busca «llegar a todos los segmentos de la población y a todas las nacionalidades posibles». Independientemente del idioma que se hable, cualquiera podría ser capaz de seguir su ruta por este centro de conocimiento. Asimismo, se están sondeando otras señaléticas inteligentes para acompañar ese camino por las colecciones vivas que se exhiben más allá de los códigos QR que ya existen en referencia a muchas de las especies. Un ejemplo de ello es la app de rutas autoguiadas que se encuentra pendiente de presentación, tras retrasarse su puesta en marcha por la pandemia. Pero también lo es la idea de visita virtual que se está pensando para que quien quiera pueda recorrer el Jardín desde su propio hogar, bien para conocerlo desde ahí o para familiarizarse antes de su periplo por el lugar.

«La idea es que todo el mundo pueda disfrutar el espacio de forma natural», según Juli Caujapé

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El proyecto nace al poco de llegar Caujapé a la dirección de este centro de investigación adscrito al CSIC, cuando se encargó una auditoría para detectar las necesidades en materia de accesibilidad que tenía el recinto. Ese informe detectó problemas de deambulación (tránsito por los itinerarios), aprehensión (alcance, accionamiento y agarre en el recorrido y en los aseos), localización (señalización accesible, orientación), cognitivos (comprensión de los paneles informativos) y de comunicación, tanto interactiva como no interactiva (ausencia de puntos de información que resuelvan dudas, por poner un ejemplo). A raíz de ello, se contrató la redacción de este proyecto de adaptación, que cuenta con un presupuesto de ejecución de 823.777 euros, que esperan ser incluidos en los presupuestos insulares para el próximo año, según adelantó ayer la consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Inés Jiménez, quien resaltó que se trata de una «necesidad imperiosa» el poder adaptar el Jardín a los nuevos tiempos en materia de accesibilidad universal.

«Es un plus más para el Jardín Botánico, que ya es un referente a nivel internacional, un espacio señero», señaló la consejera para luego destacar que se trata de «una apuesta para poner a disposición de la ciudadanía en general una infraestructura con todas las garantías de accesibilidad posible». Precisamente por la importancia que tiene este proyecto para el devenir de las instalaciones, el equipo redactor del plan realizó viajes a otros jardines del país e incluso al de Londres para conocer cómo enfocaban ellos el tema de accesibilidad. De ahí, apuntó Caujapé, «salieron varias ideas» que se quieren implementar ahora en Gran Canaria.

En todo este trabajo, se quiere cumplir con todas las normas ISO y UNE sobre accesibilidad universal, y alcanzar el Símbolo Internacional de Accesibilidad que se otorga a aquellos espacios que cumplen con una serie de requisitos encaminados a evitar que haya personas que, por cualquier motivo, no puedan disfrutar en las mismas condiciones que el resto una visita a los mismos. «La idea es ir mejorando en la medida de nuestras posibilidades para que todo el mundo pueda disfrutar de forma autónoma, natural», indicó Caujapé. Al final, como él mismo admitió, el Jardín Canario «está vivo», siempre cambiando para adaptarse a las nuevas realidades.

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