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Microáreas marinas, un mar gestionado entre todos

La iniciativa en la playa de Las Canteras muestra lo que la unión social puede hacer por el ambiente

Uno de los fotogramas del documental de las microáreas marinas de Gran Canaria Oceanográfica

La microárea marina de Las Canteras reúne en torno a un foro de participación ciudadana a numerosas entidades, colectivos y administraciones que buscan una mejor conservación del mar.

La playa de Las Canteras es un paraíso natural. Eso ya se conocía de sobra. Pero también aglutina a numerosos colectivos y entidades sociales con intereses muy dispares, desde deportivos a científicos, pero a los que les une un mismo sentimiento de pertenencia y amor hacia el arenal capitalino que les lleva a tratar de conservarlo lo mejor posible para que siga siendo ese vergel que ha sido hasta la fecha. Por eso, han aunado esfuerzos en pos de un objetivo común a través de lo que se denomina microárea marina, impulsada por Oceanográfica, y que nació hace aproximadamente una década para tratar de lograr una mejor gestión del entorno marino en este enclave de Las Palmas de Gran Canaria.

Precisamente, para conmemorar esa primera década de existencia de las microáreas marinas de Gran Canaria -la primera se conformó en La Aldea de San Nicolás en torno al 2011- se estrenó hace alrededor de un mes un documental con el que los promotores de la iniciativa quieren dar a conocer que es posible llegar a acuerdos en la sociedad y que la participación ciudadana no es una utopía. A lo largo de 25 minutos, muchas de las caras que han participado en el proyecto explican su visión y funcionamiento, así como el valor ambiental que lleva aparejado.

Según el director de Oceanográfica, Arturo Boyra, esta idea surge de la necesidad que tienen las entidades y colectivos sociales que desarrollan su actividad en el entorno marino de impulsar mejoras en ese espacio y, de paso, animar a las administraciones a incluirlos en sus catálogos de protección especial. "El reto es que, en lugar de ser la administración la que diga qué debe hacerse, sea la ciudadanía la que se ponga de acuerdo para saber qué quiere hacer en sus espacios", explica. Un trabajo que les ha costado mucho esfuerzo porque la población no está "acostumbrada a trabajar en colaboración y cooperando", y que pese a las diferencias que puedan haber entre los colectivos, se den cuenta que tienen muchos intereses en común.

Una de las reuniones celebradas por el proyecto Arturo Boyra

Pese a que esta iniciativa comenzó en La Aldea de San Nicolás, pronto se exportó a Las Palmas de Gran Canaria, sobre todo por el interés que mostró la concejala de Ciudad de Mar en la época de Juan José Cardona como alcalde, Mimi González, que supo ver el valor que podía tener desarrollar una microárea marina en Las Canteras. Casi una década después, esta suerte de experimento se ha consolidado en el tiempo y sirve como modelo para el resto del país, hasta el punto que la Fundación Biodiversidad, perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica, la destaca en su sexto inventario de custodia del territorio, que en la página 85 reza: "En la mar y tierra de dominio público destaca una de las dos microáreas ecoturísticas de la Isla de Gran Canaria, concretamente la impulsada por la Concejalía de Gobierno de Ciudad de Mar en la playa urbana y la marina de Las Canteras, donde se están realizando acciones de gestión, conservación y divulgación basadas en un proceso de participación ciudadana considerado ejemplar".

Durante este tiempo, y pese a que el propio Arturo Boyra reconoce que todavía se puede hacer mucho más para obtener resultados óptimos, ya se han alcanzado algunos hitos que partieron en un primer momento de este foro de participación ciudadana. Uno de ellos fue la prohibición de fumar en la playa capitalina, que se trató en el microárea marina antes de presentarlo el Ayuntamiento de la ciudad al escrutinio popular. Si bien todavía no es un hecho porque se está a la espera de que se apruebe la nueva ordenanza de playas. Asimismo, el contenido de los paneles informativos que acompañan al sendero azul por El Confital también se decidió entre los colectivos participantes. Todo ello además de las pequeñas decisiones del día a día del arenal y su gestión.

Además de todo este trabajo de administración diaria, la microárea marina de Las Canteras también ha desarrollado su propio matriz para evaluar la sostenibilidad del espacio desde el punto de vista social, económico y de gestión, que realiza un seguimiento de la evolución de la actividad que se está desarrollando sobre el terreno. Un modelo sobre el que ya ha puesto la vista la plataforma de custodia nacional del Ministerio para la Transición Ecológica, que lo incorporó para su análisis. Y es que el potencial de este proyecto es tal que ya se han interesado por él colectivos de Colombia o Croacia. "Está claro que estamos haciendo algo que interesa, que es innovación aunque también hemos tenido experiencias no tan agradables", señala Boyra.

Problemas con Turismo

Según relata el director de Oceanográfica, el Gobierno de Canarias se interesó por el proyecto y quiso trasladarlo al resto de islas del Archipiélago, algo de lo que se congratularon todos dentro del proyecto de microáreas. Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que todos ellos abandonaron la propuesta del Ejecutivo regional puesto que "utilizaba el discurso, pero quería seguir utilizando el mismo método totalitario" a la hora de tomar las decisiones. Boyra destaca que esta es una iniciativa de participación y biodiversidad que se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU, por lo que, "por deontología profesional", los técnicos que se sumaron a la Consejería de Turismo regional, la que se interesó más por la idea, fueron dejándolo porque no estaban de acuerdo con algunas medidas.

"Estamos en un momento importante, porque se ha demostrado que se puede, y que se puede ser punta de lanza a nivel nacional e internacional", afirma Arturo Boyra, quien lamenta que sea el propio Gobierno regional el que se lo quiera "cargar" con decisiones como la de urbanizar 117 charcos de mar con fines turísticos, "sin contar con quienes usan esos espacios, de forma unilateral".

Foto de grupo de varios representantes de colectivos tras una reunión de la microárea en Las Canteras Arturo Boyra

En cualquier caso, el gran éxito de este proyecto ha sido su carácter interadministrativo, sumando a las cinco principales entidades de toma de decisiones en esta materia a los foros de participación y debate: la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Ministerio, el Gobierno regional, el Cabildo insular y el Ayuntamiento capitalino. "De abajo arriba también se pueden hacer buenos proyectos, generando una sinergia entre quien administra, quien usa y disfruta y quien tiene el conocimiento. Si conseguimos unir a esos tres sectores podemos tener decisiones coherentes, y eso es lo que hace microáreas", concluye Boyra. Y todo ello, sin que importe el color político de quien se siente a la mesa.

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