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ANÁLISIS

Tamaraceite, barrio de cine

La primera sala con pantalla grande abrió en 1920 y las películas se anunciaban con voladores porque la mayoría de la gente no tenía reloj

Del brazo, por Tamaraceite. La Provincia

El 28 de diciembre de 1895 en el salón del Boulevard des Capucines en París se proyectó la primera película de la historia gracias a los hermanos August y Louis Lumière. No tardó mucho tiempo en llegar a Tamaraceite el género cinematográfico, ya que solo 25 años después se proyectaba la primera película para nuestros vecinos. Lo que nunca podían imaginar aquellos que vieron el primer filme en nuestro pueblo es que el Séptimo Arte llegara a tener la importancia que ha tenido a lo largo de la historia y la relación tan estrecha con algunos de nuestros paisanos como iremos descubriendo a continuación.

El cine llegó a Tamaraceite gracias a Don José Cruz, del Puente. Primero estuvo en la Carretera General, en el número 92, en donde estuvo la Sociedad de Recreo y debido al éxito, tuvo posteriormente que trasladarse a un edificio mayor en la denominada por entonces Calle Perojo. En una época en la que la mayoría de la gente no tenía reloj, para dar comienzo a las sesiones se avisaba con voladores, al tercero comenzaba la película. Tamaraceite tuvo su sala de cine a finales de los años 20, perteneciendo aún al Ayuntamiento de San Lorenzo, que denominaron “Cine Galdós” en honor al insigne escritor canario, derribando unas casas y caballerizas que se encontraban en lo que ahora es el Centro Cívico de Tamaraceite, en la calle Doctor Juan Medina Nebot, quien fue el que construyó el cine, pasando posteriormente a manos de Don Manuel Marrero Barrera, propietario de la mayoría de los cines de la capital, entre ellos el Cuyás. Esa calle los vecinos la conocen hasta en la actualidad como “La subida del Cine”.

Las entradas tenían varias categorías de asiento, en las primeras filas estaban los grandes bancos comunes y a los cuales se accedía por el callejón lateral, eran los más baratos. En la parte de atrás estaban las butacas de asiento individual con reposabrazos. En la planta alta había dos palcos con capacidad limitada al que accedían los más pudientes, autoridades y los amigos del acomodador de turno o de los que “echaban” la película, Miguelito García o Santiago Diepa conocido por Santiago Satán.

La primera película sonora que se estrenó en Tamaraceite fue El último de los Vargas. Las películas de más éxito para el público tamaraceitero eran las de Jorge Negrete, formándose grandes colas para conseguir una entrada. En sus primeros tiempos había función los viernes, sábados y domingos con pases a las 7 y a las 10 de la noche. Para los niños había una sesión a las 3:30 con películas de Tarzán, de romanos o del oeste americano que luego poníamos en práctica al terminar la película por las calles del pueblo.

Pero el Cine Galdós creció al amparo de la Sociedad de Recreo ya que se utilizaba en muchos casos para hacer representaciones musicales o teatrales. En los años 60 siendo presidente de la misma Antonio Cabrera, Tiburcio Molina secretario, Lorenzo Martel vicepresidente y Fernando Arencibia bibliotecario, y dadas las grandes inquietudes culturales de esta Junta, se hizo que se viviera una época de gran actividad cultural: obras de teatro, conferencias, diálogos y la edición de la revista Habla palabras creada por un grupo de seis o siete personas. A raíz del interés creado por la revista y patrocinado por la Sociedad vinieron a Tamaraceite destacadas personalidades del mundo cultural de la isla como Pinito del Oro, el escritor Orlando Hernández, Mary Sánchez y los Bandama, el cantante Miguel Ronda y otros.

También el cine se transformaba en teatro con Mariquita González y posteriormente con Don Raimundo donde se pudieron ver zarzuelas como La Dolorosa, Los Claveles, La Rosa del Azafrán y Los Gavilanes, entre otras muchas de las más famosas del género lírico español. Según me cuenta uno de esos actores de la época, el artista Juan Alberto Díaz, para representar actos culturales en el cine, las comedias, teatro y demás, tenía que ser siempre los lunes porque es cuando no había función cinematográfica y aprovechaban que Circuitos Marrero, propietario del Cine Galdós y de otras salas en Las Palmas como el Cuyás o el Sol, les autorizaba.

Las tiendas y los bares eran lugar de paso obligado a la salida del cine o en el descanso, que se aprovechaba para recargar energías mientras se cambiaba de carrete. Una de las tiendas era la de Mariquita Serapita en la misma subida del cine, donde se podía comprar embutidos, chorizos, arroz, pan, golosinas, chufas y chochos. Posteriormente la tienda de referencia era la de “Santiaguito el del helado”. Siempre llevábamos algo para gastar en algún polo o golosinas, nunca más de medio duro. Mientras los pequeños iban a las tiendas los mayores lo hacían a los bares como el de Cristóbal o el de Vicentito, porque había sesiones para los más pequeños a las 4 y a las 7 y a las 10 las de los mayores.

El Cine Galdós desapareció a principios de los años 80 cuando comienza a hacer furor la televisión en color, las grandes salas en Las Palmas y el uso del coche privado y la guagua que facilitan que este lugar emblemático vaya teniendo cada vez menos seguidores, desplazando al público a otras salas capitalinas sobre todo con la creación de los Multicines Royal y Galaxy.

Al margen del Cine Galdós, me gustaría destacar a tres personas que nos pillan muy de cerca y que están muy relacionadas con el Séptimo Arte y les une Tamaraceite de una u otra manera.

Voy a empezar por la más célebre de nuestras paisanas, Patricia Medina, que logró saborear las mieles del cine más auténtico como actriz en Hollywood. Su padre, Ramón Medina Nebot, que vivía en una gran casona en El Puente, a principios del S XX se fue a Sevilla a estudiar Derecho y al terminar sus estudios se trasladó a Inglaterra donde contrae matrimonio y tiene tres hijas. Una de ellas, Patricia Medina, se dedicó a la dramatización e inició su carrera cinematográfica en Inglaterra en 1937 desarrollando un papel al lado de David Niven y Annabella, marchándose en 1947 a Estados Unidos donde tuvo la oportunidad de trabajar con directores de la talla de Orson Welles en Confidential report (1955), y de realizar películas como El Mitchell (1942), They met in the dark (1943), Débil es la carne (1947), El capitán O’Flynn (1949), Mi mula Francis (1950), Fortunes of captain Blood (1950); la secuela Bandera pirata (1952), Las aventuras de Dick Turpin (1951) y Lady in the iron mask (1952), Las Mil y una noches con La alfombra mágica (1951), Aladdin and his lamp (1952) y Siren of Bagdad (1953) y El fantasma de la calle Morgue (1954) entre otras.

De pequeña venía con su padre a la casa de su abuelo al Puente, donde se reunían todos los tíos y primos.

Otra de nuestras paisanas de las que les quiero hablar es de Paola Torres, hija de Federico Torres, muy conocido en el distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya.

Estudió bachillerato en el IES Cairasco de Figueroa de Tamaraceite, donde fui compañero de clase, y luego se trasladó a Madrid a cursar estudios superiores. Comenzó su carrera en el mundo de la moda de la mano del equipo de Sybilla pero llegó al cine gracias a Pedro Almodóvar con La mala educación. Ha trabajado con directores de la talla de Álex de la Iglesia, que le brindó su primera nominación al Goya, por Mi gran noche.

Paola Torres ganó el premio Goya al mejor diseño de vestuario por su trabajo en la película 1898. Los últimos de Filipinas, dirigida por Salvador Calvo, en su segunda nominación a los premios de la Academia Española, tras su concurso con Mi gran noche, de Alex de la Iglesia.

Por último, y lo dejo para el final por su juventud, les quiero hablar de Joan Romero, natural de Tamaraceite, publicista, guionista y director de la webserie SHARIF, entre otras, que estuvo escribiendo esta historia durante casi cuatro años.

Él perteneció durante varios años al Grupo Cuenta Conmigo Animación que surgiera del IES Tamaraceite de la época, y que animados por Conchi Moreno, se iniciaron en el mundo del espectáculo. Joan realizó una incursión en labores cinematográficas con el trabajo SHARIF y cosechó algunos éxitos en diversos festivales como el MLC Awards (Wisconsin, EE.UU.), donde fueron semi-finalistas, en Prisma Independent Film Awards (Roma) donde fueron finalistas, en el Independent Shorts Awards(Los Ángeles, California) donde no solo llegaron a la final, sino que les concedieron una Mención de Honor.

SHARIF es una webserie atípica, fuera de lo común, realizada por Joan Romero, director y guionista. Junto a Juanfra Domínguez, director de actores y su mano derecha, lograron una mezcla de géneros cinematográficos, de épocas históricas, de tiempos, de espacios, de personas reales y seres fantásticos.

Esto es solo una muestra de que Tamaraceite ha sido y es un barrio de cine. Hoy en día podemos disfrutar de unas magníficas instalaciones cinematográficas en el Centro Comercial Alisios que hacen la delicia de los más pequeños y muchos mayores y nos permiten trasladarnos a los lugares más insospechados sin movernos del sillón.

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