El vertido de combustible causado el miércoles en el Reina Sofía por un camión cisterna cuya cabeza tractora quedó suspendida sobre el cantil del muelle no requirió barreras anticontaminación pese a que en un principio se planteó su utilización. El vehículo de Charter Marítimo Archipiélago no cayó al agua gracias a la sujeción del cabo de un buque atracado en la zona y al propio peso del semirremolque que transportaba, aunque generó un pequeño vertido de gasoil hasta la popa del barco, según recogió la Policía Portuaria en el informe del incidente.

Para proceder a la limpieza de la mancha, el Centro de Control avisó al servicio de amarre y no a la empresa Sertego, como en un primer momento publicó este diario. Una vez en el lugar, los amarradores consultaron con los agentes y consensuaron que la barrera contaminación no era necesaria, ya que la cantidad de combustible era poca y tanto la corriente del mar como el efecto calorífico del sol facilitarían su desplazamiento hasta la evaporación.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 7:30 horas del miércoles, cuando el conductor abandonó el vehículo mientras permanecía encendido sin percatarse de que el freno de mano se encontraba quitado. Tras ver lo sucedido y que el vehículo vertía gasoil colocó sepiolita y paños sobre el cantil para evitar que cayera al mar. El depósito de combustible del camión fue desmontado para evitar un derrame mayor.

La cabeza tractora pudo ser elevada gracias a la intervención de una grúa de Transportes Carballo avisada por Charter Marítimo, mientras otro camión de la empresa remolcaba tanto la cabina como la cisterna. En torno a las 8.40 horas se pudo retirar el camión por completo y los mismos trabajadores de la compañía procedieron a limpiar el cantil, que no sufrió daños. Durante su asistencia a los hechos, los agentes advirtieron que en la zona había varios vehículos de la misma firma sin calzos de seguridad en las ruedas y se lo comunicaron a los empleados presentes para evitar sucesos similares.