La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria vigila las redes sociales para evitar las quedadas juveniles y botellones en la capital. Para ello, el Grupo Operativo de Intervención y Apoyo (GOIA); la Unidad Especial (UE) y la Unidad de Protección y Acompañamiento Local (UPAL) trabajan en conjunto con la Concejalía de Seguridad y Emergencias y los centros educativos de la ciudad con el fin de hacer un seguimiento y revisión permanente para detectar quedadas masivas de jóvenes y «actuar con la suficiente previsión».

La Unión Vecinal del casco histórico denuncia un «nuevo brote de violencia callejera» en la zona

Así lo han informado desde la Concejalía al tiempo que matizan que todos los fines de semana -fundamentalmente en horario nocturno de los días jueves, viernes y sábados- «despliegan un dispositivo especial y permanente en la zona de Vegueta» con la participación de la Policía Local, Canaria y Nacional. De igual forma, han indicado que han detectado momentos llanos y momentos de pico, «la mayor parte de ellos motivados por el retorno de las clases». Resaltan a su vez, que han mantenido «reuniones frecuentes con la asociación de comerciantes de la zona para evaluar e intentar atajar las concentraciones masivas». Por lo que adelantaron que ya están haciendo un «diagnóstico preventivo» para el día de Halloween.

La Unión Vecinal en Defensa del Patrimonio Histórico de Vegueta denunció que existía un «nuevo brote de violencia callejera» en el sector «que sembró alarma entre los vecinos». La asociación vecinal aseguró que el pasado fin de semana se produjo en el barrio un intento de agresión a un vecino, se destrozaron puertas de viviendas, rotura de cristales de casas y de despachos profesionales, orines, gritos y peleas. También acusaron a los bares y restaurantes de las calles Mendizábal y La Pelota de convertirse en «barras de bebidas callejeras sin control y sin escrúpulos, en donde últimamente se concentran más jóvenes que luego ocupan la plaza de las Academias Municipales que se utiliza como territorio de botellón».  

Sin embargo, desde la Asociación Vegueta de Ocio y Restauración (AVOR) han informado a LA PROVINCIA / DLP que no existen barras en la calle y «nadie tiene autorización para ello». «Los empresarios llevamos más de dos años manteniendo reuniones con el concejal del distrito Vegueta-Cono Sur-Tafira, Prisco Navarro, para que no se den estas circunstancias», explicó la gerente de AVOR, Olga Palacios Pérez. «Somos la única organización de la zona que está luchando de una manera muy activa, en especial desde la desescalada, para que esto no suceda y también defender los intereses de los empresarios del barrio que quieren trabajar y convivir porque son personas totalmente decente, así como de los vecinos», apostilló Palacios.

La gerente de AVOR reseñó asimismo que «hay unas pocas voces que cuentan cosas que no están ajustadas a la realidad y no representan para nada al 95% de los vecinos». «Los empresarios de la zona son víctimas de una falta de convivencia ciudadana y de comportamiento cívico por parte de una fracción de la ciudadanía que, sin ningún tipo de escrúpulos, está ocupando una parte de la calle Mendizábal exclusivamente y desde la altura de la calle Montesdeoca hacía la calle de los Balcones. Esto está provocado por un señor que está siendo el foco para atraer a jóvenes que no respetan», apuntó al tiempo que añadió que han intentado evitar esa situación sin éxito. «Los empresarios están desolados», recalcó la gerente de AVOR a la vez que enfatizó en que no se puede atacar a todos los bares y restaurantes de la zona «por lo que hagan dos o tres». 

Los empresarios de restauración de Vegueta piden que no se generalice y se ataque al gremio

Desde la Diputación del Común informaron a este medio que no pueden actuar ante una denuncia generalizada. Por lo que han invitado a las asociaciones de vecinos de Vegueta a que presenten la queja en las oficinas del Alto Comisionado del Parlamento de Canarias para la defensa de los ciudadanos, con el fin de que se pueda iniciar una investigación respecto a esta «violencia callejera».