«Mis primeras palabras son para los palmeros y palmeras a los que enviamos nuestro apoyo y les decimos que no están solos ni ahora ni cuando deje de ser noticia este volcán que les ha cambiado la vida y estamos junto a ellos para que vuelvan cuanto antes a la normalidad», dijo ayer la concejala Inmaculada Medina para iniciar la lectura del pregón inaugural de los actos culturales de las fiestas de La Naval. Tras un emocionado recuerdo a sus antepasados y a su infancia festiva por el barrio, Inmaculada Medina dijo: «Estas Fiestas de La Naval son historia, son tradición, pero son también mucho más, son parte indesgajable del alma de las gentes del Puerto, de las de ayer y de las de hoy, y lo serán siempre en el futuro, pues sin ellas no se puede percibir, ni conocer bien, cual es el ser y el sentir de este barrio y de sus gentes, ni la misma identidad de Las Palmas de Gran Canaria, que tiene en esta Virgen de La Luz a su Alcaldesa Mayor Perpetua».

La pregonera no se olvidó de citar la historia originaria del barrio, y a personalidades como Martín Chirino o Carmen Laforet. Y como no podía ser de otra manera de su hermano, Francisco Medina, presidente festivo: «Aunque soy yo quien pregono estas fiestas en este año de Covid, quiero que sean las fiestas del encuentro entre amigos y familia, que hagamos lo necesario para que muy pronto, podamos volver a las fiestas tal como las conocemos, con música y bailes, con romerías, con la plaza y las calles a rebosar de gente y con las procesiones tal y como siempre las han diseñado la iglesia y la labor de Alberto Trujillo. Y mi mención especial es, permítanmelo, para mi hermano Paco Medina, pues se del amor que tiene al puerto, a todo lo que representa para la familia pero especialmente para él».

«No puedo olvidarme de tantos recuerdos y de tantos lugares que han sido un referente», agregó la concejala que citó: «El bar aquí te espero; la tienda de Juanito el árabe; el parque del castillo, el único sitio donde había columpios y se jugaba a la petanca; el bar Arroyo, donde se celebró la 1ª reunión del carnaval con Manolo García, Emilio López y Miguel Padrón Noble; los puestos de Panchito el árabe o casa Ruperto; el dentista de la calle Rosarito al que todos llamaban las manos de ángel; Y la tienda de Jesús, en la que trabajaba la tía Dominga».

Después de las palabras de la concejala, se entregaron menciones por su implicación y labor a Real Club Náutico de Gran Canaria, a la Unidad Militar de Emergencias (UME), al Consorcio de Emergencias, a la Casa Galicia y a Antonio Morales Sosa. Y tras las distinciones, la Banda Municipal de Música completó la jornada.