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Puerto

El Puerto de Las Palmas recibe una oferta para montar parques eólicos marinos en La Esfinge

La empresa IRM propone un centro tecnológico para dar servicio a los futuros aerogeneradores de las Islas y participar en la eclosión del sector en África

Dársena de África en el Puerto de Las Palmas. LP/DLP

La inminente instalación en Canarias de parques eólicos en alta mar puede suponer una transformación de calado en el Puerto de Las Palmas, que gracias a ese impulso aspira a convertirse en un gran centro de servicios para este sector emergente en una amplia región del Atlántico. La compañía IRM Canary Base, del empresario Álvaro Garaygordóbil, presentó ayer ante la Autoridad Portuaria de Las Palmas el proyecto básico para transformar la mayor parte de la dársena de África en un gran parque tecnológico que dé servicio a la incipiente demanda local y participe en licitaciones internacionales, con la vista puesta en el futuro desarrollo del sector en África.

La solicitud abarca 79.000 metros cuadrados de terrenos y otros 5.900 de agua

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La solicitud presentada ante la Autoridad Portuaria, que arranca ahora su tramitación administrativa, consiste en una concesión demanial de 79.000 metros cuadrados de terrenos y 5.900 de lámina de agua para reunir en un solo lugar la mayor parte de las fases que concluyen en la puesta en funcionamiento de los aerogeneradores, así como los trabajos posteriores para llevar a cabo el mantenimiento durante su vida útil, que se puede prolongar varias décadas. La propuesta, que aspira a consolidar una nueva especialización del tejido industrial del recinto de la capital grancanaria mediante la colaboración entre empresas auxiliares de las Islas y las grandes adjudicatarias internacionales de este tipo de proyectos, requerirá una inversión de 130 millones de euros.

El parque tecnológico para la eólica offshore estará situado en el lado interior de la dársena de África y ocupará los terrenos ganados al mar en los últimos años entre el muelle Juan Sebastián Elcano y el arranque del Reina Sofía, al sur de la futura terminal de vehículos respaldada por el grupo Domingo Alonso. Dispondrá de explanadas adaptadas especialmente para trabajar con las piezas de grandes dimensiones y peso habituales en esta industria, así como de lámina de agua con su propia línea de atraque de calado profundo, que puede alcanzar los 20 metros en algunos puntos. Este requisito resulta fundamental para poder lanzar al mar con seguridad las estructuras una vez completadas.

Centro de formación

Anejas a esos espacios diáfanos se levantarán varias naves que acogerán a proveedores internacionales de la industria o talleres especializados, con la idea de establecer un ecosistema en cierto modo similar al que ya existe en las reparaciones navales, esto es, con astilleros locales que se asocian a las majors globales del sector para ofrecer un servicio llave en mano de primera calidad. Las dependencias del parque tecnológico de la dársena de África se completarán con un centro de formación e investigación que anticipe los cambios del sector marítimo y prepare a los profesionales locales con titulaciones oficiales como fórmula para impulsar la mano de obra especializada.

El proyecto incluye un centro de formación para especializar a los trabajadores locales

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La propuesta de IRM -acrónimo de Inspección, Reparación y Mantenimiento- responde al concepto de astillero 4.0, en el que cobran especial relevancia la digitalización y la robotización. Con las tecnologías de la información como soporte, la concentración de todas las empresas implicadas en un solo lugar del Puerto puede suponer un aumento de la productividad y por ende, facilitar la presentación de presupuestos más ajustados a los potenciales clientes. También implica una mayor trazabilidad en los procesos de fabricación o montaje, lo que a su vez supone una garantía de calidad que puede convertirse en la clave para obtener contratos.

Proyectos como los que se ejecutarán durante los próximos años en aguas del Archipiélago son objeto de licitaciones internacionales y requieren instalaciones como las que ofrece el Puerto de Las Palmas: zonas para acopio y logística de grandes piezas, capacidad para construir estructuras o ensamblarlas y servicios de traslado hasta la zona de operaciones, además de experiencia contrastada en sectores homologables, como las reparaciones navales. De hecho, Garaygordóbil acumula años de conocimiento en esta industria a través de Zamakona Yards.

También para África

La terminal de IRM no solo tiene la vista puesta en los parques eólicos previstos para el Archipiélago en los próximos años. El parque tecnológico de La Esfinge aspira a ampliar su área de influencia a los países africanos, donde la industria aún está por desarrollar. La propuesta más avanzada no se encuentra lejos de Canarias: en Mauritania, el Gobierno acaba de firmar un memorando de entendimiento con un operador internacional para poner en marcha el proyecto Nour, que producirá hidrógeno verde a partir de energía solar y eólica marina. El Consejo Global de la Energía Eólica, organización empresarial que reúne a gran parte de la industria mundial, estima que el continente solo explota en la actualidad el 0,001% de sus recursos eólicos, tanto en tierra como offshore.

Una vez presentado ante la Autoridad Portuaria, el proyecto inicia ahora un expediente administrativo en el que aún deberá superar un trámite de competencia antes de continuar. Tras el anuncio de la solicitud de concesión que se publicará en boletines oficiales en unos días, el Puerto abrirá una ventana de tiempo durante la que otras empresas que estén interesadas en llevar a cabo un proyecto similar en esa misma parcela podrán presentar sus propias ofertas. Una vez completado ese plazo, la propuesta escogida por los Puertos de Las Palmas continuará adelante con el procedimiento antes de obtener la concesión, que dada la envergadura de la inversión podrá alcanzar el máximo permitido por la ley de puertos, 50 años.

Generación de empleo

El establecimiento de una terminal dedicada a la industria eólica en alta mar supondrá un impulso al empleo especializado en el Puerto, incluso si solo se tiene en cuenta el desarrollo del sector en el Archipiélago. En este sentido, la empresa Equinor, que ha presentado una propuesta para instalar 200 megavatios frente a la costa sureste de Gran Canaria, incluye en su solicitud una estimación de entre 1.000 y 3.000 puestos de trabajo de naturaleza temporal durante la fase de construcción. La compañía noruega, que encargó un estudio socioeconómico a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, considera que a ese número hay que añadir otros 200 empleos permanentes, entre directos, indirectos e inducidos, durante los 20 años que estima para la fase de explotación.

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