La remozada plaza de España acogió ayer los actos de celebración de la Fiesta Nacional. El 12 de octubre se adelantó unos días en el calendario y las Fuerzas Armadas llevaron su tradicional conmemoración al corazón de la ciudad compartiendo con la ciudadanía el izado de la bandera, el homenaje a quienes perdieron la vida en acto de servicio y un desfile militar que recorrió la avenida José Mesa y López.
El público trataba de encontrar un hueco con buenas vistas en el perímetro de la plaza y su confluencia con la arteria comercial desde mucho antes del mediodía. Mientras las autoridades y los invitados iban ocupando su lugar en las gradas o junto al conjunto escultórico, dos relatores detallaban por megafonía los orígenes del acto que estaba a punto de comenzar, como su establecimiento en 1892 por la reina María Cristina de Habsburgo en recuerdo del descubrimiento de América, o la institucionalización a partir de 1987 como fecha para conmemorar el nacimiento del estado español.
Todos los efectivos convocados por el Mando Aéreo de Canarias, encargado de organizar el acto, ya se encontraban en formación a las doce menos cuarto. Repartidos por la plaza, los componentes del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias (UME) aguardaban la llegada del jefe del Mando Aéreo de Canarias, el general de división Juan Pablo Sánchez de Lara, que antes del comienzo del acto pasó revista a las fuerzas.
La bandera de España hizo su entrada en el anillo central de la plaza poco después del mediodía. La portaban cinco representantes de todas las unidades militares presentes en el acto que unos segundos antes habían entrado desde Mesa y López. Poco a poco, la enseña fue subiendo por el mástil en medio de un silencio que solo se rompía por el repique de los tambores de la banda.
Homenaje emotivo
El momento más solemne dio paso al más emotivo. Tras el izado de la bandera tuvo lugar el acto de recuerdo a los soldados españoles de todos los tiempos que perdieron su vida en acto de servicio. La conmemoración, una tradición militar que hunde sus raíces en los albores del siglo XVI, incluyó la colocación de una corona de flores a los pies de un monolito
De depositarla se encargaron el secretario general de Gemaem, José Antonio Hernández Reja, y el presidente de Astican, Germán Suárez Calvo. Fueron designados para la ocasión «como muestra de reconocimiento a su trayectoria personal y generacional de apoyo a las Fuerzas Armadas, a la sociedad canaria y a la integración de ambas», según explicaba el relator mientras tenía lugar la ceremonia, en la que también participaron el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, y el propio general Sánchez de Lara.
Para Hernández Reja, la invitación del Ejército fue un orgullo, según reconocía poco antes de que comenzara el acto: «Para mí, que llevo 50 años colaborando con las Fuerzas Armadas, es un honor que no esperaba alcanzar». Suárez Calvo, por su parte, también hacía suyo ese honor y lanzaba un mensaje a la sociedad civil más joven: «Tenemos que estar agradecido y al lado de los que están dispuestos a dar la vida por nosotros, ya sea en asuntos de seguridad o en catástrofes como la de La Palma».
Los actos de conmemoración del 12 de octubre tuvieron como colofón un inusual desfile militar por Mesa y López. Una vez concluido el homenaje a los soldados fallecidos, las unidades se dirigieron a la zona central de la avenida en dirección a la calle Galicia, desde donde regresaron a la plaza. A ambos lados, mientras se celebraba el concurso de pintura rápida convocado por la asociación de comerciantes de la zona, el público observaba los pasos de la Escuadra de gastadores del grupo del Cuartel General del Mando Aéreo de Canarias, la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias, el Guion del Mando Aéreo de Canarias y una escuadrilla formada por tres secciones: una del Ejército de Tierra perteneciente a la brigada Canarias 16, otra de la Armada adscrita a la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria y otra del Ejército del Aire que forma parte del grupo del Cuartel General del Mando Aéreo de Canarias, junto a efectivos de la Guardia Civil y la UME.
El acto también congregó a otras autoridades como la subdelegada del Gobierno, Teresa Mayans, o el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra, junto a miembros del cuerpo consular destacado en la capital grancanaria. A su finalización, el jefe del Mando Aéreo de Canarias mostraba su agradecimiento al Ayuntamiento por colaborar en la organización del acto en la plaza y recalcaba el valor de esta convocatoria en pleno centro de la ciudad: «Este no es un acto de las Fuerzas Armadas, sino un acto para todos los españoles representados aquí por los canarios».