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ATENCIÓN SOCIAL

Entre dos y tres familias piden ayuda a Cáritas cada semana para no perder la casa

La organización advierte que se agudiza la emergencia habitacional y reclama a las instituciones más viviendas sociales y alojamientos de urgencia

Cola de personas a las puertas de Cáritas ANDRÉS CRUZ

Cáritas Diocesana de Canarias está recibiendo este año entre dos y tres llamadas de auxilio cada semana por parte de familias que no pueden hacer frente al pago del alquiler de sus viviendas y se enfrenta al desahucio, una situación que a juicio de la organización evidencia que la emergencia habitacional se ha agudizado en el archipiélago. La ONG reclama a las instituciones que se coordinen para crear más viviendas sociales, así como dispositivos alojativos de emergencia que den respuesta sobre la marcha a la apurada situación que sufre el cada día mayor número de personas afectadas por la exclusión residencial.

Cáritas aún no tiene los datos de este año, pero las demandas de ayuda que ha recibido este año le permite afirmar que está aumentando el numero de personas que no puede hacer frente al pago del alquiler de una casa. El número de personas en situación de exclusión residencial es superior al registrado en 2020, en el que atendió a 3.065 afectados.

La entidad atendió en 2020 a 3.065 personas en situación de exclusión residencial

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«Estamos viendo un ligero incremento de esta situaciones. Donde antes nos llegaban esporadicamente situaciones muy puntuales, ahora estamos atendiendo dos o tres situaciones a la semana y en alguna semana, bastantes más, de familias que no pueden hacer frente al pago de la vivienda», explica la secretaria general de Cáritas de Las Palmas, Caya Suárez.

«En un primer momento», añade, «la gente se acerca a Cáritas a pedir asesoramiento ante la posible pérdida de la vivienda y entramos en un proceso de conocer la realidad de las personas, cuales son las dificultades que está sufriendo y cuales son sus capacidades. Yen ese proceso le vamos poniendo herramientas a su disposición y las asesoramos».

Y es que en palabras de Suárez, desde que se presentó el informe Foessa en 2019, ya se constató que «existía una situación de pobreza estructural en Canarias que afectaba fundamentalmente al acceso al empleo, a la vivienda y la salud, independientemente de la cobertura de las necesidades básicas». Tras la pandemia de covid-19 y la crisis migratoria, el nivel de pobreza severa en Canarias se ha incrementado.

«Esto implica», subraya Suárez, «que muchas familias» que habían sido golpeadas por la anterior crisis y «se estaban recuperando medianamente pasito a pasito, con esta nueva crisis han perdido su capacidad de poder asumir sus necesidades básicas y se enfrentan a la pérdida de su vivienda, porque no pueden pagar el alquiler o la hipoteca».

La emergencia habitacional, subraya, afecta no sólo «a personas individuales, que ya se encontraban en situación de sin hogar y cuya situación se ha cronificado, sino a familias con menores a cargo».

Muchas familias que se estaban recuperando de la anterior crisis han vuelto a hundirse

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Considera que ante la emergencia habitacional «es muy importante crear una estrategia pública de acceso a la vivienda como una prioridad. Para ello debe haber unas políticas públicas en las que se coordinen diferentes consejerías y concejalías de servicios sociales y vivienda y desplieguen una estrategia que permita el acceso a la vivienda a aquellas familias que se encuentran en situación de exclusión social y que no puede acceder a una mercado normalizado de vivienda», y menos en estos momentos, en los que los precios del alquiler se han disparado.

Suárez plantea la necesidad de crear una bolsa de vivienda pública un coste social que las familias puedan asumir y centros alojativos para personas que viven en la calle. En la capital grancanaria hace más de doce años que no se construye ninguna casa pese a la lista de espera de más de 3.000 personas.

«También es importantísimo», resalta Suárez, «crear un servicio de viviendas de emergencia ante situaciones» sobrevenidas «para actuar de inmediato y que se posibilite que esas casas estén disponibles para familias con menores que se ven en una situación de emergencia y que necesitan varios días para poder gestionar su acceso a un hogar. Esa es una gran debilidad que existe en Canarias. No existen dispositivos de emergencia».

"El acceso a la vivienda es uno de los grandes derechos vulnerados en este país, junto con los del acceso al empleo y a la salud"

Caya Suárez - secretaria general de Cáritas

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La exclusión residencial tiene varias formas, desde la que sufren las personas que duermen al raso, que es la más dura, hasta  la que afecta a la gente que ocupa una vivienda o vive en cuevas, coches o comparten viviendas con otras personas en condiciones de hacinamiento.

«El punto común de todas estas personas en situación de exclusión residencial», explica, «es que no pueden acceder a una vivienda», pese a que se trata de un derecho consagrado en la Constitución. El acceso a la vivienda, subraya Suárez, «es uno de los grandes derechos vulnerados, junto con los del acceso al empleo y el acceso a la salud».

3.O65 personas atendidas en situación de exclusión residencial

De las 3.065 personas en situación de exclusión residencial que atendió Cáritas en 2020, un total de 2.500 se encontraban en situación de sin hogar.

La ONGacaba de abrir un nuevo recurso en la Vega de San José, que se suma a la red de centros de acogida que tiene en la capital grancanaria, donde gestiona un centro de baja exigencia para personas sin techo y un proyecto alojativo para personas en periodo de transición hacia la vida laboral. Además está el proyecto Lugo, con sedes en Arenales y La Isleta, que acompaña a mujeres en situación de prostitución y trata.

El nuevo centro de la Vega de San José, con 18 plazas, ofrece alojamiento para personas sin hogar y alberga también un servicio de prevención de la pérdida de la vivienda, con asesoramiento tanto jurídico como social y educativo para aquellas familias que no pueden acceder a una casa o están a punto de perderla.

El número de personas atendidas en los comedores de Cáritas en la capital grancanaria ha descendido con respecto a 2020, pero la cifra se mantiene por encima del año 2019.

Una mujer de 40 años, con menores a su cargo, sin empleo y sin vivienda

63%

  • Una mujer de más de 40 años , española, con estudios primarios, en desempleo, sin ingresos, con menores a su cargo y sin vivienda propia. Este es el perfil de los personas que atiende Cáritas. El 63% de las personas que fueron atendidas por Cáritas eran mujeres, lo que refleja que siguen siendo las grandes golpeadas por la desiguladad y la pobreza.

3.065

  • Cáritas atendió en 2020 en la provincia de Las Palmas a 3.065 personas afectadas por exclusión residencial, de las cuales, 2.500 están en situación de sin hogar.

130

  • Unas 130 personas acuden diariamente al comedor de Cáritas en Escaleritas, casi la mitad de los 250 que llegaron a acudir durante el confinamiento, pero más de los 90 de 2019.

45.331

  • Cáritas atendió en 2020 en la provincia de Las Palmas a un total de 45.331 personas en sus diferentes programas y servicios. Se esperan que las cifras de este año sean similares


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