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Hoya de la Plata clama por mejorar la accesibilidad y sus espacios libres

Los vecinos solicitan acondicionar calles y escaleras y la plaza Miguel Ángel Blanco

Hoya de la Plata clama por mejoras en la accesibilidad y en sus espacios libres.

La entrada sur de Las Palmas de Gran Canaria está flanqueada por un barrio de casas de colores encaramadas sobre un risco, con unas privilegiadas vistas sobre el Atlántico: Hoya de la Plata. Pero, las ventajas de vivir en este rincón del Cono Sur de la capital casi podría decirse que terminan ahí. Su posición lo es todo, para bien y para mal. Creció a mitad del siglo XX al calor de antiguas fincas agrícolas a base de viviendas de autoconstrucción. Lo hizo sin planificación urbanística, de tal manera que los vecinos desarrollaron un entramado de pistas y escaleras empinadísimas hasta coronar un desnivel de 100 metros sobre el nivel del mar. Y de aquellos barros, estos lodos. El barrio tiene, todavía a día de hoy, carencias y problemas enquistados.

La asociación de vecinos Hoya de la Plata Original ha presentado una batería de propuestas a los Presupuestos Participativos 2021 con el objetivo de remediar algunos de los problemas más acuciantes del barrio. Destaca la mejora del entramado de calles, especialmente de aquellas que son más inaccesibles para las personas mayores por su fuerte pendiente o sus escaleras en mal estado; y, además, la creación de espacios de ocio al aire libre. «Empezamos el año pasado [en la convocatoria de 2020], sin mucha esperanza, pero vimos que nos aprobaron varias cosas, así que esta vez nos animamos», señala Loli Ortega Sosa, vicepresidenta del colectivo. De hecho, hace el comentario con una asfaltadora a sus espaldas reparando el firme de la Vía 1009, una de las peticiones que realizaron al Consistorio hace un año y que resultó elegida por los ciudadanos para su ejecución.

Boquete bajo la carretera que sube a Salto del Negro. Andrés Cruz

A modo de radiografía de la Hoya de la Plata los problemas pendientes comienzan desde abajo. En la vía que da acceso al aparcamiento norte de la playa de La Laja hay un grupo de 13 casas terreras y todas carecen de alumbrado público, con la consiguiente inseguridad por las noches. «Los vecinos para abrir la puerta de sus casas tienen que iluminarse con el móvil», apunta Ortega Sosa. Ahí va la primera de las propuestas que han lanzado esta vez a los Presupuestos Participativos. Ya lo hicieron hace un año, y en aquella ocasión el servicio municipal de Participación Ciudadana les remitió que la actuación queda pendiente del proyecto de adecuación ambiental de la salida sur de la capital que prepara el Cabildo.

La alternativa para acceder al vertedero por el Tívoli está pendiente de un proceso judicial

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También en la carretera de acceso a La Laja, el muro que sostiene la calle Párroco José Quintana Sánchez presenta un gran boquete, por lo que temen que termine yendo a más, dado el tráfico pesado que soporta la vía superior. Precisamente, esa carretera es su gran batalla pendiente. Los vecinos de Hoya de la Plata llevan años reclamando que los camiones que van al vertedero Ecoparque Norte de Salto del Negro desaparezcan de sus vidas o, al menos, que aminoren la marcha. Y es que basta estar en la misma durante unos pocos minutos para sentirse molesto e inseguro, «muchos superan de largo la velocidad permitida», indica José Luis Mesa, presidente de la asociación de vecinos.

«Se saltan los pasos de cebra», indican preocupados; «en marzo atropellaron a un señor», en aquella ocasión ‘solo’ resultó herida, pero ya ha habido al menos un accidente mortal en esta vía en los últimos años; situación parecida, afirman, a la que viven en Almatriche por la falta de aceras. En su momento colocaron lomos de asno en la calzada, explica Mesa, «pero terminaron arrancados»; hoy una señal anuncia la presencia de estos elementos disuasorios aunque brillan por su ausencia. Actualmente existe un proyecto para construir un vial alternativo de acceso al vertedero desde el Tívoli y así evitar el trasiego de los camiones de basura; para su desgracia la obra se encuentra judicializada después de que un auto de marzo de este año paralizara todo a raíz de una denuncia de uno de los propietarios que iban a ser expropiados para ejecutar el nuevo trazado.

Trasiego continuo de camiones hacia el vertedero de Salto del Negro. Andrés Cruz

Y mientras esta cuestión se resuelve entre los propietarios de este terreno en la zona del Tívoli y la consejería de Medioambiente del Cabildo, los vecinos de Hoya de la Plata y de Salto del Negro siguen soportando el tráfico pesado y los malos olores cuando pasan cargados de basura. «Por eso queremos que pongan cuatro lomos de asno, uno delante de cada paso de peatones y otro a la entrada del barrio», indica Mesa, «para que así vayan más despacio».

Los vecinos proponen colocar cuatro lomos de asno en la subida a Salto del Negro

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Precisamente, para ir a la única zona de esparcimiento que tiene Hoya de la Plata se ven obligados, la mayoría de los vecinos, a cruzar esta peligrosa vía. Pero el aspecto de la plaza Miguel Ángel Blanco dista mucho del que les gustaría. En esta ocasión han solicitado a los Presupuestos Participativos la inclusión de aparatos biosaludables en lo que ahora es un pipican improvisado y varios juegos infantiles. «No tenemos a donde llevar a los niños ni a los mayores», apunta Ortega Sosa. Allí ya tuvieron remitos para los más pequeños, afirman, «pero declararon en ruinas la cancha que está al lado y vieron que no era seguro, así que los quitaron». Y es que al final de la plazoleta hay una zona deportiva cuyas paredes llenas de grietas amenazan con derrumbarse. 

«La cancha la hicieron los vecinos en los 80 de aquella manera y ahora se está cayendo, deberían tirarla para disfrutar del parque», sostiene el presidente. La concejala de Servicios Públicos, Inmaculada Medina, señaló en su última visita al barrio en julio que una cesión de suelo permitiría mejorar este espacio libre; desde este área municipal apuntan ahora que el proyecto para la plaza está redactado y entrará en fase de contratación «próximamente».

Según fuentes municipales, la licitación para mejorar la plaza Miguel Ángel Blanco irá conjunta con otra reivindicación de los vecinos: la construcción de un muro de contención en la Vía 1009. Estos mismos apuntan que los técnicos de Vías y Obras irán a la zona «en las próximas semanas para revisar su estado». Los vecinos temen que cuando se produzcan lluvias intensas vuelva a bajar una riada de barro que anegue la calle -cuyas aceras y asfalto están siendo mejorados gracias a los Presupuestos Participativos 2020-.

«Hay familias que se han mudado, se veían atrapadas», indican en lo alto de la calle Tiburón

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Cuesta arriba los problemas se hacen más pesados. Los vecinos reclaman acondicionar los caminos de tierra que conectan los pasajes del Choco, el Besugo y el Salmón con la calle Estrella del Mar, por donde sí circulan los coches y mejorar así la accesibilidad de sus vecinos; la alternativa a estos senderos es la escalera que baja hasta la Vía 1009, poco apropiada para personas con movilidad reducida. «Hace poco tuvieron que llamar a los bomberos para sacar a un muerto en camilla», indica Domingo Ortega Sosa, puesto que el personal sanitario no estaba capacitado.

Vecina en lo alto de la calle Tiburón. Andrés Cruz

«Hay vecinos que al final se han buscado otra casa, se han tenido que ir porque se veían atrapados», explica la vicepresidenta. Familias «encerradas», resaltan, en lo alto de la calle Tiburón, donde apenas una lechadilla de cemento cubre la carretera y unas empinadas escaleras les separa de la parte baja del barrio. «Aquí hay hueco para hacer la curva más ancha», apunta Mesa a una parcela concreta. Presentaron ya la propuesta para reurbanizar la vía a los participativos en 2020 y ahora lo han vuelto a hacer; hace un año los técnicos indicaron que la propuesta es «inviable» al «no existir terrenos de propiedad municipal» para ejecutarla.

Los vecinos también reclaman al Consistorio la mejora de las escaleras y pasajes de la calle La Morena, donde carecen de barandilla o los escalones están muy desgastados. Lo mismo con las sendas que ascienden hasta el Camino de Albi que conecta con la urbanización de Hoya de la Plata; «dejaron la obra a medias», afirman, de ahí que requieran de un sendero accesible -y no el pasaje precario que hay por momentos- que baje a Besugo, Salema o Morena y conecte con la calle Candelaria de León, donde tienen la farmacia más cercana y por donde los niños van hacia el colegio Juan Negrín. En definitiva, un plan de accesibilidad para esta ladera casi vertical sobre el mar.

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Barrio Hoya de la Plata Andrés Cruz

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