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800 millones de toneladas en seis décadas: así han crecido los Puertos de Las Palmas

Los muelles de la Autoridad Portuaria han aumentado su peso gracias al tráfico de contenedores y el trasiego de combustibles

El Puerto de Las Palmas, visto desde el aire. JOSÉ CARLOS GUERRA

La de los Puertos de Las Palmas es una historia de éxito. Con el transcurso de las décadas, el sistema provincial de recintos portuarios estatales dejó de ser un conjunto de muelles de refugio para convertirse en un gigante logístico, comercial e industrial por el que han pasado 795.745.475 toneladas durante los últimos 59 años, aunque en estas seis décadas también hubo crisis que afectaron a algunos tráficos. Combinadas en una visualización cronológica segmentada por tipos de tráfico (rojo pálido para los avituallamientos; rojo intenso para la pesca fresca; verde intenso para la mercancía general; verde pálido para los contenedores; azul intenso para los graneles sólidos y azul pálido para los graneles líquidos), las estadísticas históricas que recopila Puertos del Estado reflejan esas transformaciones. 

Este viaje en el tiempo arranca en 1962, primer año incluido en las publicaciones del organismo que controla las autoridades portuarias españolas. A pesar de la relevancia que habían adquirido por entonces puertos como el de La Luz, el tráfico solo representaba una quinta parte del actual. Los Puertos de Las Palmas cerraron ese ejercicio con 5.590.816 toneladas -en 2020 fueron 25.765.165- gracias, en gran medida, a su reputación como la gran gasolinera de esta región del Atlántico: el apartado que más movimiento generó fue el de graneles líquidos -mercancías transportadas a través de tuberías, como los combustibles para barcos- con 2.367.625 toneladas que supusieron el 42% de la actividad total. En consonancia con este dato, los avituallamientos se situaron en 1.778.400 toneladas, mientras el resto del tráfico se repartía entre la denominada mercancía general -1.085.484 toneladas- y, en volúmenes mucho más modestos, los graneles sólidos y la pesca fresca. Aún faltaba más de una década para que los contenedores comenzaran a llegar a las Islas de forma regular. 

La 'bendición' de Suez

La estrecha relación entre graneles líquidos y avituallamientos se hizo patente pocos años después. El cierre del canal de Suez por las hostilidades entre Israel y Egipto puso patas arriba el transporte marítimo mundial y obligó a cambiar las principales rutas durante más de un lustro, algo que los Puertos de Las Palmas supieron aprovechar. Los avituallamientos llevaban toda la década en el entorno de los 2,5 millones de toneladas anuales y los graneles líquidos, en el de los dos millones, pero a partir de 1967 todo cambió: en un solo año, los primeros aumentaron un 27,97% y los segundos, un 34,78%. La situación se mantuvo hasta la reapertura del canal a mediados de la década de 1970, cuando los dos apartados volvieron a sus volúmenes previos, y hubo que esperar hasta la década de 1990 para recuperar la misma actividad que durante el bloqueo del canal.

La evolución de los graneles líquidos se ha mantenido paralela a la de los avituallamientos hasta esta última década. La construcción de una terminal de combustibles para reexportación en la zona de La Esfinge repercute de manera positiva en las estadísticas desde 2015, cuando se superó por primera vez la barrera de los seis millones de toneladas. En 2019 se alcanzó un récord de 8.070.275 toneladas que supusieron más de un 30% del tráfico total registrado ese año en los Puertos de Las Palmas.

Heraldos del comercio global

En 1973 apareció por primera vez en las estadísticas de los Puertos de Las Palmas una herramienta que ya llevaba algunos años transformando el transporte marítimo por todo el planeta. Los contenedores, heraldos del actual comercio globalizado, llegaron de la mano de la desaparecida naviera Contenemar aportando un tonelaje que no paraba de crecer: en 1974 supusieron 356.774 toneladas; diez años después, en 1984, ya eran 1.035.860. 

Las mercancías movidas en contenedores siguen al alza pese a la pandemia

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Los contenedores facilitaron la estandarización del transporte marítimo, pero requerían explanadas para su almacenamiento y maquinaria especializada para su manipulación. La Autoridad Portuaria -por entonces, aún Junta de Obras del Puerto- ejecutó estas obras en la dársena exterior, al abrigo del recién construido dique Reina Sofía, y generó espacio para tres grandes terminales que continúan en la actualidad. La década de 1990 también fue de crecimiento -2.025.348 toneladas ese año; 2.883.521 en 1995 y 4.513.973 en 2000- aunque la verdadera eclosión ha llegado este siglo.

Tras la construcción de las explanadas del muelle León y Castillo, las toneladas ascendieron a 11.741.165 en 2004 y 14.816.157 en 2008, un récord que aún se mantiene. El tráfico de contenedores ha experimentado fluctuaciones en los últimos años, aunque el acuerdo firmado con la naviera MSC para ampliar el periodo de concesión de la terminal Opcsa incluye una garantía de crecimiento sostenido que ya empieza a mostrar resultados: pese a la crisis provocada por la pandemia, las mercancías en contenedores aumentaron en 2020 con respecto a 2019 al pasar de 10.984.193 11.441.606. 

El lado negativo

No todo han sido éxitos en los Puertos de Las Palmas. Del mismo modo que algunos tráficos han eclosionado, otros han perdido fuelle durante estas décadas. El más destacado es el de la pesca fresca, vinculada a labores artesanales que fueron viéndose arrinconadas o trasladaron sus descargas a otros recintos portuarios de las Islas. Las toneladas que antaño se medían en centenares de miles ahora son solo millares: en 1962 eran 164.514 y 20 años después se llegaba a 353.446, pero a partir del año 200 la caída fue dramática: en un solo año se pasó de 93.137 a 5.036 toneladas y desde entonces los datos son aún más exiguos. El año pasado, las descargas supusieron 1.283 toneladas, aunque en estos momentos existe un proyecto para recuperar parte de estos tráficos con una nueva fábrica de hielo y una lonja de pescado fresco.

En este tiempo, Los Puertos han pasado de 5.590.816 toneladas anuales a 25.765.165

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Los graneles sólidos también han sufrido una debacle en la última década. El sector de la construcción padeció el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la recesión que le sucedió. Aunque ha logrado recuperar algo de actividad, aún no ha regresado a los volúmenes previos a la crisis: las 1.139.545 toneladas de 2008 cayeron a 753.111 en 2009 y desde entonces se han situado en el entorno del medio millón anual. En 2020 fueron 396.917 toneladas. 

Las claves

  • Cierre de Suez

Los Puertos de Las Palmas supieron aprovechar la modificación de las principales rutas del comercio marítimo mundial que llegó con el bloqueo del canal que conecta Europa y Asia a raíz del conflicto entre Israel y Egipto. Cientos de barcos se vieron obligados a desviarse por el cabo de Buena Esperanza y llegaban a los puertos de Canarias para recibir combustible, por lo que había más tráfico de graneles líquidos y avituallamientos. En un solo año, los primeros aumentaron su cuota un 34,78% y los segundos, un 27,97%. El ‘bulto’ que le salió a la gráfica del tráfico portuario en estos dos apartados durante aquellos años de tensión geoestratégica mundial se mantuvo hasta que la vía volvió a recibir buques a mediados de la década de 1970. 

  • Contenedores

Los heraldos del comercio globalizado llegaron por primera vez a Canarias a comienzos de la década de 1970. Aunque durante los primeros años el volumen de mercancías que transportaban era modesto, a partir de la década de 1980 sus mercancías se medían en millones de toneladas. Fue necesario construir nuevas explanadas y traer grandes grúas para aumentar este tráfico. En la actualidad, el Puerto de Las Palmas forma parte de los nodos de transporte en la ruta Norte-Sur del Atlántico y por él pasan más de 11 toneladas en ‘containers’.

  • Sin pesca

La pesca fresca ha desaparecido paulatinamente de los Puertos de Las Palmas en las últimas décadas. El sector, que llegó a manejar cientos de miles de toneladas anuales durante su época dorada, menguó considerablemente a partir del año 2000. En ese ejercicio, las toneladas bajaron más de un 90% con respecto al año anterior y no han logrado recuperarse desde entonces, aunque en la actualidad existe un proyecto para volver a atraer descargas construyendo una nueva fábrica de hielo y una lonja donde poner a la venta el género. La pesca congelada, que no aparece segregada en este gráfico, también ha perdido fuelle en las últimas décadas, aunque continúa generando negocio en el Puerto de Las Palmas gracias a flotas como la japonesa. 

  • La recesión

Los graneles sólidos sirven para medir la temperatura del sector de la construcción, que suele ser el destinatario final de estas mercancías. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008 y la gran recesión que le sucedió afectaron a estos tráficos en los Puertos de Las Palmas, que trece años después aún no han logrado recuperar el volumen de antaño. La caída en 2009 fue cercana al 34% -de 1.139.545 toneladas se pasó a 753.111- y desde entonces, este apartado se sitúa en torno al medio millón de toneladas anual. En el último ejercicio completo, el de 2020, supusieron 396.917 toneladas.

  • Combustibles

Puertos como el de Las Palmas tienen una merecida fama de ‘gasolinera del Atlántico’, por el gran número de buques que pasan por él para repostar. El apartado de graneles líquidos siempre ha corrido en paralelo al de avituallamientos, aunque ha cobrado vida propia en el último lustro. La apertura de una terminal que no solo sirve a buques en Las Palmas, sino que reexporta parte de sus productos, ha permitido a este apartado ampliar su cuota en los Puertos de Las Palmas. El año 2019 supuso un récord con 8.070.275 toneladas que representan el 30% del tráfico total de ese año.

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