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ANÁLISIS

La parroquia de Tamaraceite

El barrio celebra este mes el centenario del inicio de la construcción de la iglesia | La plaza se convirtió en la pista de baile de los sábados, a la sombra del templo

La parroquia de Tamaraceite

La iglesia en tiempos pretéritos no era solo un lugar de encuentro religioso, sino que en torno a su edificio giraba un movimiento social y cultural que daba “vidilla” a los pueblos y barrios del entorno. Y Tamaraceite no se quedó atrás, porque la construcción de la iglesia y de su plaza convirtió al lugar en un centro neurálgico visitado por muchos por las fiestas o los bailes.

A falta de otros espacios, ya que el cine o la Sociedad no eran “aptos” para todos los bolsillos, la plaza se convirtió en pista de baile en las noches de los sábados, a la sombra del templo parroquial. Muchos de esos bailes eran organizados por el propio párroco para hacer obras en la iglesia o para ayudar a las familias más desfavorecidas. Se celebra este mes de diciembre el inicio de las obras de la iglesia de Tamaraceite, un hito en el barrio por su situación estratégica en la carretera que llevaba al norte de la isla y que merece ser recordado. Fue en el año 1921 cuando comenzó la construcción de la iglesia en honor a San Antonio Abad. Hasta entonces había en el mismo lugar una fábrica de fósforos y en uno de sus locales se celebraba la misa.

El sacerdote don Ceferino Hernández cedió para la iglesia no solamente el viejo edificio de la fábrica sino el solar donde está la plaza y el aparcamiento. Don Ceferino había estado en Argentina y tanto algunas de sus propiedades como el dinero que había traído lo destinó a la iglesia de Tamaraceite. El obispo Justo Marquina el 1 de enero de 1922 decretó en prueba de reconocimiento declararle protector de la iglesia y le concedió entre otros privilegios que pudiera abrir una puerta que comunicara su casa con la iglesia, que se celebraran anualmente tres funerales de primera clase: uno el 18 de abril por don José Güimart, otro el 26 de octubre por doña María José Rodríguez y otro por el alma de este bienhechor, después de su fallecimiento. Terminó el obispo Marquina ordenando que estos mandatos se gravasen en una lápida en la sacristía de la iglesia.

La parroquia de Tamaraceite

La construcción del templo se hizo gracias al esfuerzo de los vecinos, hombres, mujeres y niños, que los domingos colaboraban con su trabajo. Los hierros de la construcción se trajeron de los restos de un barco, el Suleika, que había embarrancado en la ciudad. En 1922 ya empezó a utilizarse el templo para el culto religioso, aunque aún faltaban muchos arreglos por hacer.

Estando don Pedro Hernández Benítez de capellán, en el año 1931 se colocó el primer reloj del campanario que duró hasta el año 1998, que fue sustituido por el que está actualmente. Las dos campanas datan también del año 1931 de la Fundición Rosés Hermanos de Valencia. El reloj actual del campanario fue encargado en Palencia y es una donación de don Luis García Correa y esposa. Fue colocado el 17 de enero de 1998.

En 1933 fue nombrado capellán de Tamaraceite don José Cárdenes, quien, entre otras cosas, puso los bancos de la iglesia ya que, hasta entonces, cada uno traía su silla si quería sentarse. A él le siguió don Abrahán González Arencibia que al año siguiente pasó como párroco de San Lorenzo. Y, por fin, en 1936, vino el que sería último capellán, don Mariano Hernández Romero, que también sería el primer cura párroco de Tamaraceite.

Los vecinos de Tamaraceite reclamaban desde hacía mucho tiempo formar una parroquia independiente de la de San Lorenzo. Desde el año 1923 hay constancia en el Obispado de que Tamaraceite pedía segregarse y formar una parroquia distinta, alegando el gran número de habitantes y la distancia entre las dos poblaciones. Lo vinieron a lograr el año 1937, siendo obispo de la Diócesis don Antonio Abad Pildain y Zapiain. El 7 de diciembre de 1937 firmó el obispo el auto de creación de la parroquia señalando el día 8, día de la Inmaculada Concepción, como fecha de comienzo de la misma. El archivo parroquial recoge muchos de estos documentos y otros no por ello más curiosos. Entre ellos destacan los libros oficiales donde se inscriben los que se bautizan, se casan o reciben otros sacramentos en la parroquia. El archivo está instalado en una sala junto a la casa parroquial, una vivienda con más de un siglo de existencia en el número uno de la calle Pedro Hernández Benítez. Los párrocos son los encargados de la custodia del archivo y en los últimos años se ha contado con alguna persona que, de forma voluntaria, pasa a los libros los acontecimientos de la comunidad cristiana. Entre los archiveros que recordamos con cariño están Juanito “el cartero” y Pepe González.

Algunos son los párrocos y vicarios que han pasado en estos 100 años por Tamaraceite aunque desde el año 1896 aparecen curas encargados o capellanes de Tamaraceite. Hasta la fecha solamente han sido doce los sacerdotes con nombramiento de párroco. Pero, además de los párrocos, otros sacerdotes han realizado tareas pastorales en Tamaraceite con nombramiento de capellán, coadjutor o adscrito. Antes de ser parroquia, hubo al menos nueve capellanes: don Jacinto Falcón Navarro (1896-1903), don Ceferino Hernández Rodríguez (1903-1910), don Marcelino Quintana Miranda (1910-1918), don Manuel Socorro Pérez (1918-1919), don Pedro Hernández Benítez (1919-1933), don José Cárdenes Déniz (1933-1935), don Abrahán González Arencibia (1935-1936), don Manuel Alonso Luján (1936) y don Mariano Hernández Romero (1936, hasta su nombramiento de párroco en 1937). Otros sacerdotes se encargaron de la parroquia de Tamaraceite en pequeños períodos de tiempo o colaborando con el párroco como coadjutor,

El templo parroquial aparte del conocido mural de Jesús Arencibia, una de sus obras más reconocidas, posee también otras obras interesantes como un cuadro al óleo de la Anunciación de dos metros por una Veneciana, la Capilla del Santísimo con vidriera diseñada por Jesús Arencibia y artesonado de estilo mozárabe con más de 6000 piezas ensambladas artesanalmente; el Sagrario de madera sobredorada, artesanía realizada por el maestro carpintero de Tamaraceite Juan Díaz; la imagen de Nuestra señora de los Dolores, copatrona de la parroquia, talla en madera de caoba, de cuerpo entero, para vestir, una obra realizada a finales del siglo XIX; la imagen del Cristo de la Esperanza, talla en madera de Valsaín, obra del escultor madrileño Faustino Sanz Herranz ; y la pila bautismal, tallada en una sola pieza en piedra azul de Arucas. a finales del siglo XIX.

Pero en los últimos años a la parroquia de Tamaraceite se le escucha desde muchos hogares a través de sus ondas de radio, Radio Tamaraceite Onda Parroquial, hoy en día Radio Diocesana, y que fuera creada por el sacerdote Jesús Vega en 1996. Un proyecto que comenzó en uno de los baños de los salones parroquiales y que poco a poco fue siendo un referente informativo y social en el barrio y en los de alrededor. Si don Ceferino levantara la cabeza y viera o escuchara que las misas del templo llegan más allá de sus paredes, no sé si se lo hubiera creído. Muchas felicidades a Tamaraceite y a su parroquia por los 100 años de su templo parroquial pero sobre todo muchas felicidades a sus párrocos y vicarios por todo el bien que han hecho en estos años de labor pastoral.

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