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Eólica en el Puerto de Las Palmas: lo que el viento va a traer

Las empresas portuarias multiplican los acuerdos con promotores de parques eólicos marinos en el Archipiélago para ensamblar los aerogeneradores en La Luz

Descarga de aspas de aerogeneradores en el Puerto de Las Palmas.

Este 2021 a punto de concluir ha sido el año de la eólica marina en el Puerto de Las Palmas. El atractivo del litoral canario para la instalación de aerogeneradores ha despertado el interés de compañías españolas e internacionales y supone una oportunidad de transformación para el sector naval de la Isla, que busca un reemplazo para los tráficos tradicionales con una carga sostenida de trabajo durante las próximas décadas. Las tomas de contacto de los últimos meses se están materializando en acuerdos de entendimiento que garantizan la presencia local en el arranque de los proyectos, mientras la Autoridad Portuaria resuelve las concesiones para los terrenos llamados a acoger esta nueva actividad.

El acuerdo más reciente ha tenido como protagonistas al grupo Hidramar, presente en los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, y Capital Energy, la empresa que mejor partido ha sacado de las últimas subastas de eólica terrestre efectuadas por el Ministerio de Transición Ecológica. Sus proyectos para las Islas aún no han sido desvelados en detalle, aunque en diversas presentaciones ante empresas portuarias para dar a conocer sus intenciones, directivos de la compañía han cifrado la inversión en 400 millones de euros, además de unos gastos operativos estimados en otros 375 millones durante los 25 años de explotación del parque. 

Capital Energy también ha atado a los dos mayores grupos de reparaciones navales del Puerto de Las Palmas, Astilleros Canarios (Astican) y Zamakona Yards. Estos dos acuerdos anunciados a comienzos de octubre son similares al de Hidramar: durante cinco años prorrogables, las empresas locales pondrán a disposición de la firma de renovables sus instalaciones y se encargarán de prestarles una amplia carta de servicios relacionados con la fase de construcción, desde las fundaciones flotantes -este será el sistema habitual en Canarias, por las condiciones de sus fondos marinos- hasta los sistemas de amarre. 

Servidumbre aeronáutica

Los proyectos de la gallega para Canarias pasan por cinco parques eólicos en aguas de Gran Canaria y Lanzarote. La compañía, que recientemente ha obtenido la necesaria autorización de servidumbre aeronáutica de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para el ensamblaje del primero de ellos en el Puerto de Arinaga, se presentó ante la comunidad portuaria de Las Palmas en mayo de la mano del Cluster Marítimo de Canarias (CMC). Esta entidad, que ha asumido el papel de cicerone de la industria naval canaria para la eólica marina junto a la Sociedad de Promoción Exterior de Canarias (Proexca), aprovechó la visita a Las Palmas de Gran Canaria de los ejecutivos de la firma gallega para suscribir un acuerdo de colaboración que permita a las empresas canarias asumir labores de fabricación, construcción y puesta en marcha de los parques offshore. 

El CMC también acogió la presentación en sociedad del proyecto Fowca con el que Equinor quiere instalar 225 megavatios en el sureste de Gran Canaria. La instalación de este parque puede suponer la generación de entre 1.000 y 3.000 puestos de trabajo durante su construcción y otros 200 permanentes durante la explotación de los aerogeneradores, una fase que se puede alargar durante dos décadas e implica un gran número de servicios marítimos, como remolcadores o especialistas en trabajos submarinos, de acuerdo con un estudio socioeconómico ad hoc encargado a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Un solo parque supone inversiones por casi 800 millones de euros durante varias décadas

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Entre las tomas de contacto más relevantes de este año se encuentra Navantia, que ya es un actor clave en la construcción de parques eólicos marinos cuyos servicios son requeridos más allá de las fronteras marítimas españolas. Una delegación comercial de la empresa pública visitó Las Palmas de Gran Canaria en primavera y semanas después tuvo lugar una misión inversa a las instalaciones de Galicia con el objetivo de consolidar la cadena de suministro local para proyectos en las Islas, pero también «en otras zonas geográficas para dar respuesta a la gran demanda energía eólica flotante prevista en el mercado internacional», según anunció entonces la compañía.

Otras empresas, como Iberdrola o ACS, también han mostrado su disposición para instalar aerogeneradores flotantes en las Islas y ya tramitan sus propuestas ante el Ministerio de Transición Ecológica. En cualquier caso, el interés por los destacados recursos eólicos del Archipiélago no se ha materializado de momento en nuevos acuerdos que garanticen el componente local durante la construcción y operación de los parques. 

Preparando el terreno


Puertos como el de Las Palmas resultan idóneos para el ensamblaje de este tipo de estructuras por sus muelles con grandes calados que permiten trabajar con seguridad al abrigo de las olas, por lo que su proyección va más allá de los futuros parques del Archipiélago. En La Luz, las zonas señaladas para acoger estas operaciones son los de la dársena de África y el Reina Sofía. En el primer caso, Zamakona ya cuenta con una concesión de 47.287 metros cuadrados e IRM ha solicitado otros 79.000 para construir un centro tecnológico que dé servicio a la industria creando un ecosistema de empresas auxiliares en un entorno robotizado que también facilite la formación de los profesionales del sector. En el Reina Sofía, Astican e Hidramar cuentan con explanadas y zonas de atraque de aguas profundas y la Autoridad Portuaria prevé ejecutar otro muelle adosado cuyas explanadas también irán destinadas a reparaciones navales.

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