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Crónica histórica

La Inmaculada Concepción y su Patronazgo con la Infantería

Un soldado del Tercio de Infantería halló durante las Guerras de Flandes una tabla flamenca con esta imagen y fue tomado como una señal de protección divina

Cuadro El milagro de Empel, de Augusto Ferrer-Dalmau. | | LP/DLP

Estamos en diciembre, época de fiestas religiosas de gran tradición en España y en los Ejércitos, de hecho en este mes se celebran las festividades de Santa Bárbara, la Inmaculada y la Virgen de Loreto, además de las concernientes a las propias de la fechas Navideñas.

El 8 de diciembre es el día de la Inmaculada Concepción, fiesta nacional, Patrona de España, proclamada por el papa Clemente XIII en 1760, a solicitud del rey Carlos III y de otros muchos cuerpos y entidades en España.

Hoy vamos a destacar su patronazgo sobre el Arma de Infantería del Ejército de Tierra español que data del siglo XVI, basado en el llamado milagro de Empel.

De acuerdo con la tradición, el 7 de diciembre de 1585 era una noche fría durante las guerras de Flandes; las tropas españolas, al mando el General Alejandro Farnesio, habían tomado Amberes, entonces capital de la actual Bélgica. El Tercio Viejo de Zamora, que mandaba el Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla y que combatía con unos 5.000 hombres, durante la guerra de los Ochenta Años, sufrió un bloqueo en la Isla de Bommel entre los ríos Mosa y Waal, en Flandes, por parte de la escuadra holandesa al mando del Almirante Holak.

La situación era desesperada para los españoles, pues también escaseaban los víveres y la ropa seca. El almirante enemigo propuso una rendición honrosa, pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de la capitulación después de muertos». El Maestre de campo Bobadilla reunió a su Tropas y les pidió encomendarse a Dios.

Holak abrió los diques de los ríos para inundar el campamento español. Pronto no quedo más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se habían refugiado los españoles.

Un soldado del Tercio de Infantería, cavando una trinchera para protegerse del frío y de la metralla, tropezó con un objeto de madera allí enterrado, era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

Anunciado el hallazgo, fue tomado como una señal de que se contaba con la protección divina, colocaron la imagen en un improvisado altar rezándose una salve y el jefe del Tercio instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Inmaculada. Esto cambió el rumbo de la batalla al subir de manera extraordinaria la moral de las tropas, que estaba muy decaída.

Cuadro de la Inmaculada en la Academia de Infantería de Toledo. | La Provincia

La situación continuaba siendo desesperada, pero ahora había la esperanza de que algo podía ocurrir. Efectivamente, durante la noche un viento inusual e intensamente frío se desató. El frío era tan grande que se helaron las aguas, bloqueando las naves holandesas.

Las tropas españolas decidieron entonces avanzar sobre el agua helada, atacando por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del 8 de diciembre y obteniendo una victoria completa que hizo exclamar al almirante Holak: «Tal parece que Dios es español, al obrar tan grande milagro».

Por pura lógica, se atribuyó a la Inmaculada este singular hecho y ese mismo día entre vítores y aclamaciones la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes y de Italia, fundándose la Cofradía de Soldados de la Virgen Concebida sin mancha.

El Tercio, para perpetuar el hecho y su devoción a la Inmaculada, levantó una iglesia bajo su advocación en la plaza de Los Pages, en Bruselas.En 1892, el Teniente Coronel Don Enrique Orozco, Jefe del Batallón de Tarifa, propuso que la Infantería, igual que las otras Armas del Ejército, tuviera una patrona única, idea que fue aprobada por unanimidad, convirtiéndose la Inmaculada Concepción en Santa Patrona del Arma.

El 12 de noviembre de 1892, el Inspector General de Infantería del Ejército de Tierra solicitó de la reina regente, Doña María Cristina, esta propuesta, la cual dictó una Real Orden por la que se declaraba Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción. Esto fue igualmente aprobado por la Iglesia a través del pro vicario general castrense.

Por decreto del 6 de diciembre de 1937 se declaró Fiesta Nacional a todos los efectos el día 8 de diciembre, en que se conmemora el día de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.

Fue el 13 de diciembre de 1961 cuando se confirma y declara canónicamente el celestial patronazgo de la Inmaculada para distintos cuerpos del Ejército: Cuerpo Eclesiástico, del Estado Mayor, del Cuerpo Jurídico y de la Farmacia militar.

Imagen de la Inmaculada Concepción. La Provincia

Como curiosidad y para dar fin a este artículo comentar que el 8 de diciembre, en la plaza de España de Roma, donde está nuestra Embajada, existe un monumento de la Inmaculada de gran tamaño, asistiendo el Papa a una misa solemne y los bomberos de Roma la honran con una ofrenda de flores. La Inmaculada Concepción está muy presente en el archipiélago canario. En la isla de Tenerife la iglesia más importante de la capital está dedicado a ella, estando presente también en La Laguna, en La Orotava o Los Realejos. Es Patrona de la villa de Agaete en Gran Canaria, y se encuentra en otros municipios canarios como Betancuria (Fuerteventura) y Valverde (El Hierro).

Como cada año, este día 8 de diciembre las unidades del Arma celebrarán una ceremonia castrense en honor a la Infantería y a su Patrona la Inmaculada Concepción, día especial que se vivirá con emoción por todos los infantes, incluidos aquellos que se encuentran desempeñando sus cometidos en tierras lejanas dentro del marco de diferentes Organismos Internacionales.

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