La Provincia - Diario de Las Palmas

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A pie de muelle

Un tándem

En los últimos tiempos se esta haciendo muy difícil delimitar la gestión política de la empresarial, lo que deja una imagen turbia de ambas partes. Hemos visto cómo el empresariado ya se permite recomendar y apoyar qué cargo publico debe representar a su sector. A su vez, el político parece sentirse un empresario de éxito en cuanto asume el cargo, aupado por una corriente amiga.

Lo conveniente y deseable como siempre es el termino medio y el sentido común: necesitamos buenos gestores en la política y en la Administración que faciliten y no se entrometan en la puesta en marcha de iniciativas privadas y en la inversión empresarial, siempre con la vista puesta en el consumidor, para mejorar la economía y, en suma, favorecer el interés general.

Los empresarios tienen un ADN de competencia en su empeño de que cada día su empresa sea mas grande. En la relación empresarial debemos diferenciar las disputas de la competencia. No es nada malo disponer de empresarios que compitan fuertemente entre sí por el bien de sus negocios, en libre competencia y en igualdad de condiciones.

Por su parte, los políticos quieren mantener su status con más votos a favor para disponer de mayor ventaja. Y en ocasiones pueden tener la tentación de instrumentar organizaciones empresariales con la creencia de que es mejor disponer de un grupo de presión para sus objetivos de supervivencia. Esto está ocurriendo en los últimos tiempos con algunas organizaciones empresariales canarias que no son de derecho publico, que se están contagiando del hábito político denominado «puertas giratorias», y máxime cuando por esos pasillos se defiende la elección por su «reconocido prestigio».

¿Estos qué son? ¿Ejecutivos, empresarios, asesores o políticos? Es muy difícil llegar a una definición acertada.

El enfoque positivo que quiero transmitir es que la competencia no solo es buena, sino muy necesaria para nuestra economía, para no caer en la tentación de quedarnos dormidos y que nos lleve la marea. Los empresarios y políticos deben tener claro cómo funciona el tándem para que el barco camine con la proa dirigida a su destino. Es mas fácil de lo que parece, no lo compliquemos con intereses que no tienen nada que ver, ni con la buena marcha de la política, ni de las organizaciones empresariales.

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