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Puerto

La Luz ensaya con algas para reducir las emisiones contaminantes

La Autoridad Portuaria de Las Palmas y el Banco Español de Algas acuerdan instalar una granja experimental en las aguas en torno al muelle Santa Catalina

Un hombre pasea por el frente marítimo, cerca del lugar donde se instalará la granja experimental de algas para mitigar las emisiones de carbono. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

El Puerto de Las Palmas quiere utilizar algas para compensar las emisiones contaminantes que generan los buques y las industrias. La Autoridad Portuaria se ha fijado en los vegetales marinos como una de las soluciones para reducir la huella de carbono que se genera en los muelles y construirá, junto al Banco Español de Algas, una granja experimental con la que se quiere comprobar la eficacia del método de cultivo y la cantidad de dióxido de carbono que pueden fijar una de estas especies. El proyecto, que se desarrollará de forma piloto en las inmediaciones del muelle Santa Catalina, podrá ser ampliado a otros puertos si se certifica su éxito.

La granja de algas del Puerto de Las Palmas ocupará una lámina de agua de unos 200 metros cuadrados en la dársena que conforman el muelle de cruceros y la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria, en las inmediaciones de las plataformas donde desde hace años anidan varias parejas de charranes. La instalación responderá a un concepto similar al de las bateas utilizadas para el cultivo de mejillones: unas plataformas flotantes quedarán colocadas en el agua y de ellas colgarán unas cuerdas donde estarán colocadas las plantas, que previamente habrán sido germinadas en tierra firme. Una pasarela flotante permitirá conectar la instalación con la escollera del cercano paseo del frente marítimo.

El proyecto se limitará en un primer momento al espacio escogido junto al muelle Santa Catalina, aunque la Autoridad Portuaria y el Banco Español de Algas confían en poder multiplicar la presencia de estas pequeñas granjas en otros puntos de La Luz, e incluso exportar el modelo a otros recintos del sistema portuario estatal o de los autonómicos en fases posteriores. Para ello, la administración buscará fórmulas de financiación que provengan de fondos dedicados a proyectos de innovación o de lucha contra la emergencia climática. Entre ellos se encuentra el fondo Ports 4.0 de Puertos del Estado, que en ediciones anteriores ha reconocido varias ideas respaldadas por los Puertos de Las Palmas.

La granja de algas solo es el primero de los proyectos de reducción de impacto ambiental que el Puerto quiere poner en marcha en los próximos años. En una fase posterior, la Autoridad Portuaria contempla la instalación de rocas artificiales en diques y muelles que, gracias a sus formas rugosas, puedan ser colonizadas por plantas o animales acuáticos. Dispositivos similares a los que llegarán a Las Palmas de Gran Canaria ya se han utilizado en la localidad australiana de Sidney, donde han logrado que haya hasta un 40% más de especies que en las zonas del Puerto hasta las que todavía no ha llegado la renaturalización.

La infraestructura del muelle Santa Catalina, concebida con un formato experimental, también tendrá un aspecto de divulgación acerca del papel crucial que las algas desempeñan en los ecosistemas marinos. Un panel explicativo en el paseo del frente marítimo ofrecerá detalles sobre el proyecto, aunque sus promotores también contemplan establecer contacto con instituciones divulgativas vinculadas con el Puerto para ampliar el impacto de esta acción.

Cuerdas de fibra de platanera

Durante el proyecto, los científicos del Banco Español de Algas probarán distintos tipos de cuerdas para comprobar cuáles facilitan mejor la fijación de las algas. Entre los materiales que comprobarán se encuentra la fibra procedente de los troncos de las plataneras, cuyos usos están siendo investigados por el proyecto Life-Baqua, que forma parte del subprograma de Medio ambiente y Acción por el Clima de la Unión Europea. De este modo, la granja responderá a varias pulsiones actuales: por un lado, la bioremediación, término con el que se hace referencia al uso de organismos para recuperar entornos degradados por la acción del ser humano. Por otro, la economía circular, al aportar un nuevo valor a los subproductos del cultivo del plátano. | J. C. G.

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