El pasado 14 de enero en una triste mañana partistes de este mundo dejándonos a todos desolados, nos hemos quedado con el corazón destrozado, pero al mismo tiempo colmados de amor y cariño.

Has sido todo un señor compañero y amigo, supistes llevar tu enfermedad en silencio, resignado y siempre con una linda sonrisa.

Compartimos momentos maravillosos que han quedado grabados en mi retina y en mi corazón. Me enseñastes a saborear la vida, pero se te olvidó enseñarme cómo vivir sin ti.

Una vez me dijistes: cuando tengas un sueño no lo dejes ir, los sueños son pequeñas semillas de los que surgen nuevos amaneceres.

Dejastes como legado este hermoso poema escrito por ti para todos los que hemos formado parte de tu vida: «Vivir».

«Cuando te agobie el momento/ y sientas que no tienes salida/ tendrás alivio en tu pensamiento/ cuando pienses en lo bueno de la vida./ Vive los momentos,/ vive la vida,/ vive en ti mismo,/ pero vive, vive, vive./ Vive bien, vive en paz,/ vive cada momento de tu vida,/ saborea cada espacio de tu tiempo,/ ensancha tu alma con la vista/ pero vive, vive, vive/ la poesía de tu vida eres tú/ tú eres la canción/ y la música de tu propia vida,/ tú lo eres todo para ti./ Tu vida es tu existir y/ la existencia de tu vida eres tú./ Pero vive, vive, vive./ Y, sobre todo, ten presente que vivir,/ es vivir en paz contigo mismo».

Gracias a todos por vuestas muestras de cariño.

Hasta siempre