El buque de colocación de tuberías Saipem Constellation se prepara en el Puerto de Las Palmas de cara a su próximo contrato. La nave permanece atracada en uno de los muelles de Astilleros Canarios para adaptar su singular grúa y en unos días se le sumará el FDS 2, otro barco auxiliar propiedad de Saipem. La multinacional italiana, clienta afianzada de Astican en los últimos años con sus buques perforadores, amplía de este modo su presencia en el recinto de la capital grancanaria.
Los trabajos en el Saipem Constellation, construido en 2014 y considerado uno de los buques más avanzados de su clase, se centran en la grúa de 3.000 toneladas con la que opera. En concreto, sus rodamientos están siendo reemplazados por otros adaptados a los requerimientos técnicos del próximo contrato que ha de acometer la nave. Los equipos a su cargo también actualizarán el sistema de boyas de la nave, que podrá estar lista para zarpar del Puerto de Las Palmas a finales de marzo.
A la presencia del Constellation en el Puerto de Las Palmas se le sumará en unos días la del FDS 2, en este caso para hacer otras reparaciones y mantenimientos programados. El buque, que zarpó el pasado desde Guyana, tiene estimada su entrada el 18 de febrero y quedará atracado en la zona comercial del muelle Reina Sofía, donde también será atendido por Astican. Con su llegada, Saipem posicionará por primera vez en La Luz sus dos principales buques de colocación de tuberías.
De los perforadores a los auxiliares
La compañía italiana ya era cliente habitual del sector de reparaciones navales del Puerto de Las Palmas, aunque hasta el momento se había limitado a proyectos en buques perforadores como el Saipem 12000, que en 2018 vio reforzada su estructura para poder acoger dos equipos que tratan de evitar derrames o reventones durante las tareas de extracción. También plataformas como la Scarabeo 9, cuya torre fue desmontada por Astican pieza a pieza para poder atravesar el estrecho del Bósforo sin dañar los puentes que lo cruzan. Su posterior montaje, una vez abandonó el mar Negro, también tuvo lugar en la capital grancanaria a cargo de Hidramar.
Con la confianza adquirida tras estas experiencias, Saipem amplía ahora sus encargos a otras unidades auxiliares de la industria petrolera en alta mar que forman parte de su flota, lo que supone más horas de trabajo y mano de obra para estos nuevos proyectos, además de nuevos retos técnicos que están siendo completados con éxito. Para operar sobre la grúa del Constellation, por ejemplo, ha sido necesario construir unas plataformas auxiliares especiales de mayores dimensiones a las habituales para los trabajos en otros tipos de buque.
Los trabajos en los buques de colocación de tuberías, al igual que en el resto de unidades de la industria petrolera en alta mar, generan ingresos por encima de las varadas habituales de buques. En ello influyen tanto las particularidades técnicas de cada proyecto como su propia envergadura, algo que supone una mayor actividad para los distintos agentes implicados, desde los consignatarios hasta las contratas locales pasando por el propio astillero.
Barco de récord
El Saipem Constellation, en cualquier caso, no es una novedad absoluta en el Puerto. Aunque es la primera vez que visita Las Palmas de Gran Canaria bajo esta denominación, el buque ya había recalado en otras ocasiones con el nombre de Lewek Constellation y una apariencia externa diferente, con el casco pintado de naranja en vez del negro y blanco que muestra en la actualidad. Hasta ahora, sus escalas se habían limitado a reemplazos de tripulantes –tiene capacidad para 239 personas en camarotes individuales– y operaciones de suministro de combustible, sin requerir servicios del sector naval.
Saipem adquirió el buque en 2018 por 275 millones de dólares y lo incorporó a su flota para reforzar su posición en el mercado de conexiones submarinas, en el que solo participaba de manera parcial, según destacó en aquel momento su consejero delegado, Stefano Cao. Por entonces, el buque ya había demostrado con creces sus prestaciones: en 2015 batió un récord de la industria en el golfo de México tras tender 3,2 kilómetros de tuberías a una profundidad de 2.246 metros y con una tensión de 632 toneladas, la máxima registrada en este tipo de operaciones.
Tras la compra, Saipem decidió destinar el Constellation a nuevos contratos en el golfo de México, el mar del Norte y la costa noruega, ya que sus prestaciones le permiten operar en ambientes adversos. El casco está reforzado para poder navegar a través del hielo y cuenta con el sistema de posicionamiento dinámico más avanzado del mercado, además de estar preparado para operar con grandes pesos y a mucha profundidad. La grúa sobre la que está actuando Astican es su herramienta más destacada. Construida por la firma Huisman, tiene una capacidad máxima de 3.000 toneladas gracias a su sistema de mástil.