La Zona Franca de Gran Canaria otorga a las empresas facilidades aduaneras para impulsar el comercio internacional. Su delegado, Gabriel Corujo, anima a las compañías canarias a acogerse a los beneficios que aporta como herramienta para llegar a nuevos mercados más allá de las Islas.
¿A qué retos se enfrenta la Zona Franca tras algo más de dos décadas de funcionamiento?
En esencia, la Zona Franca es un recinto en el que se pueden almacenar mercancías por tiempo indefinido sin devengar impuestos, sin que hayan entrado en el mercado comunitario. Nuestro desafío actual consiste en acercar más a esta herramienta al mercado canario, porque nos hemos dado cuenta de que el inversor de otro país que se plantea venir tiene mucho más estudiadas las ventajas fiscales y aduaneras, pero a veces el empresario canario que ha ido creciendo no se para a hacer un análisis de qué herramientas le benefician para moverse mejor en el negocio internacional. Me gusta cuando hay proyectos canarios que empiezan a trabajar con Zona Franca, porque significa que los que vivimos aquí estamos usando esta caja de herramientas que hemos creado para facilitar el comercio y el negocio en el Archipiélago, y al final se produce una redistribución de la riqueza y esta se queda en las Islas.
¿De qué modo están trabajando contra ese desconocimiento?
Haciendo pedagogía y aterrizando el discurso. El desconocimiento es lógico, porque si alguien viene a la Zona Franca verá proyectos con grandes inversiones millonarias y a lo mejor no es capaz de llevarlo a su propia escala, pero hay diversos niveles de relación. El mayor consiste en hacer una inversión fuerte y establecer la sede, ser operador dentro del recinto. Un nivel inferior está en pasar una parte del almacenaje que la misma empresa gestione dentro de Zona Franca y hacerse operador o no; y por último se encuentra el de menos vinculación, pero aprovechando las ventajas, que es buscar el apoyo de operadores que ya están en la Zona Franca y manejan la logística de las mercancías que a la empresa le interesen.
«Ayudamos a las empresas a analizar cómo les puede beneficiar en cada caso concreto»
¿Puede señalar casos concretos?
Siempre pongo el ejemplo del perfume, porque es un producto de alto valor y con alta carga impositiva. Aquellos empresarios que trabajan con Zona Franca disponen de mejor tesorería para comprar más y hacerlo más barato, para ir devengando impuestos conforme se vaya vendiendo y directamente no devengar por aquellas mercancías que se vayan al exterior, que en nuestro caso pueden ser países terceros o buques afectos a la navegación internacional, como la mayoría de los que pasan por los puertos de Canarias. Ahí hay un abanico de posibilidades. Ahora estamos apoyándonos en abogados y asesores de empresas para acercarles esta herramienta, que la interioricen y sean capaces de prescribirla a sus clientes. Ponemos la institución a disposición de los empresarios canarios que se estén planteando un proyecto para que vengan a estudiarlo, les ayudaremos a analizar por partidas arancelarias cómo beneficia esta herramienta a su caso concreto.
¿Qué sectores sacan más partido de la Zona Franca?
En general es muy ventajoso para todos aquellos que trabajen con productos de alto valor o de alta carga impositiva. Es verdad que las reparaciones navales, o aquellos sectores que tienen que almacenar repuestos de altísimo valor que se pueden considerar de importación y que además se venden a buques, se ven especialmente beneficiados. El del suministro de combustibles también se ve favorecido por el régimen de Zona Franca, porque es un producto de alta carga impositiva y con gran volumen. En general, si está relacionado con el comercio internacional puede beneficiarse, no tienen por qué ser provisiones o el bunkering. Hemos tenido empresas de tabaco, de productos de lujo...
¿Con qué fuentes de financiación cuenta el consorcio?
En esta etapa, por primera vez se ha podido disponer del recurso financiero, lo que significa que la Agencia Tributaria nos devuelve el impuesto de sociedades que pagan las empresas que están localizadas en la Zona Franca. Esto nos permite apoyarlas sin que les suponga ningún coste, porque se extrae de ese impuesto que además es de ámbito nacional y así se devuelve de forma hiperlocal. Es muy beneficioso y además tiene una particularidad: hay un compromiso de reinversión en activo fijo del 75%, es decir, que tenemos que volver a ponerlo a disposición de la economía mejorando la Zona Franca, realizando inversiones para ponerlas a disposición del mercado o apoyando a las empresas en materia de coinversión. Todavía es muy reciente para plantearnos este último escenario de forma inmediata, porque se nos liquidó por primera vez en el año 2020, pero está en la hoja de ruta, desde luego.
La Zona Franca de Gran Canaria es una herramienta ventajosa para quienes trabajan con productos de alto valor y alta imposición»
¿Cómo pueden influir los fondos europeos?
Tenemos una ventaja competitiva por la necesidad de apoyo al tipo de proyectos que fomentan los fondos Next Generation. La vertiente verde y de economía sostenible es uno de los sectores a los que Zona Franca puede apoyar mucho, porque se producen importaciones y exportaciones y es un recinto idóneo para ese tipo de proyectos. El conjunto de zonas francas, a través del grupo de delegados que estamos coordinados por una resolución del Ministerio de Hacienda, tratamos de ser un ente intermediario de estos fondos para canalizar y ayudar a que lleguen a la totalidad del tejido productivo. Nos genera una ventana de oportunidad interesante.
¿Cuál es la ocupación actual?
En Las Palmas es muy alta, en torno a un 95%, pero la zona de ampliación es compatible con la del Puerto. De hecho, si hay inversiones actuales de Zona Franca que ocupan esa ampliación, la lógica es que el recinto se amplíe del mismo modo, y ya se han iniciado contactos en ese sentido. En Arinaga, algunos proyectos no han fructificado a lo largo del tiempo, es verdad, pero ahora se abre un buen momento. Ya está ocupado el dique, que es donde de forma natural se instalan primero las empresas, y después se pasa a la zona tierra adentro. Ahí es donde empieza la Zona Franca y lo natural sería que con este incremento de actividad haya también la necesidad de otros servicios, lo que conllevará la llegada de nuevos operadores.
