La plaga ha ganado la primera batalla. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha retirado uno de los árboles de la Alameda de Colón enfermos por el hongo Botryosphaeria. Los técnicos del Laboratorio de Fitopatología de la Consejería del Sector Primario y Soberanía Alimentaria del Cabildo y del Servicio de Parques y Jardines llevan casi seis años luchando contra una infección que afecta ya a, al menos, siete ejemplares de laureles de indias de la céntrica plaza capitalina, algunos de estos de gran parte.

Troncos blanquecinos, zonas necrosadas y ausencia de follaje en sus ramas y copas. Muchos de los ejemplares de ficus de la Alameda de Colón presentan un aspecto deplorable desde hace varios años. El que ha sido retirado desde la raíz -dando lugar ahora a un agujero de grandes dimensiones- es, precisamente, uno de los que aparentaba peores condiciones. No obstante, este no era de los árboles de mayor edad de esta plaza capitalina, donde algunos son ya centenarios.

El género Botryosphaeria es un tipo de hongo con hasta 193 especies diferentes en el mundo. La mayoría pueden provocar chancros en los árboles, entre otros síntomas, hasta matar la planta. Desde la concejalía de Servicios Públicos han señalado en varias ocasiones que, a pesar de las lagunas que existen en la investigación sobre esta enfermedad, han luchado contra la misma desde que fuera detectada en 2016. Este patógeno es habitual en lugares tan distantes como California y Brasil, aunque en la capital grancanaria ya ha sido detectado en ficus de otras partes de la ciudad.

Desde Parques y Jardines han aplicado desde entonces varias actuaciones para salvar estos árboles. Por un lado, han talado varias ramas que presentaban un grave deterioro y necrosis. Mientras, los esfuerzos se han centrado en aplicar un tratamiento de endoterapia. Esta técnica botánica consiste en una serie de inyecciones o pinchazos en el tronco del árbol. De esta manera, introducen en la planta por vía intravascular una serie de químicos que circularían por el árbol para luchar y acabar con el agente patógeno.

El Ayuntamiento señaló el pasado verano que los tratamientos «aparentemente dan buenos resultados». Por el momento, el ejemplar desaparecido en los últimos días ha sido la única víctima entre los ficus de la Alameda. El resto, algunos de ellos de gran porte, resisten a pesar de mantener un aspecto deteriorado. Además, la sequía es otro factor que juega en su contra.