La existencia de un grave riesgo de que se hunda la GC-1 y de que se rompa la tubería de agua de abasto que abastece a la ciudad, que pasa por debajo del paseo de la Avenida Marítima, ha llevado al ayuntamiento de la capital grancanaria a iniciar una obra de urgencia para rellenar el socavón que se abrió hace nueve meses en el paseo marítimo por el efecto de las olas y ensanchar la escollera, cuyo ancho se ha visto también disminuido en 14 metros.
Los técnicos advierten en el informe encargado por el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, que existe un «grave problema» en la zona, situada casi enfrente del hospital Insular, y que de no actuarse de urgencia existe el riego de que se produzca «un accidente en la Avenida o un grave problema de abastecimiento en la ciudad».
Los trabajos, que pretenden además garantizar la seguridad de los ciclistas y los viandantes del paseo, se iniciarán a primera hora de la mañana y se han adjudicado por la vía de emergencia a la empresa Lopesan. Las obras obligarán a cortar un tramo del carril derecho de la autovía entre Lady Harimaguada y San Cristóbal, para meter las máquinas.
El concejal de Urbanismo indicó que la obra es competencia del Ayuntamiento, según establece el informe jurídico encargado. «El informe nos dice que el Ayuntamiento tiene competencia para actuar por emergencia porque es responsabilidad del Ayuntamiento asegurar la vida, las propiedades y los servicios básicos de las personas».
El informe también achaca al Ayuntamiento la responsabilidad de intervenir en el paseo, aunque no haya una situación de emergencia como la que existe ahora, ya que el «mantenimiento y la superficie de ese paseo le coresponde» al consistorio. «La escollera», añadió, «es de Costas y el muro» que ejerce de estructura de contención de la calzada de la GC-1 «es del Cabildo», explicó el edil, quien señaló que se desconoce el coste que tendrá la obra que, se espera, no durará más de dos semanas.
Según el informe de los técnicos, el embate de las olas ha abierto un hueco debajo del paseo marítimo de 40 por 40 centímetros. Por el subsuelo pasa la gran tubería de 800 milímetros de diámetro que abastece al municipio con el agua de abasto de la desaladora y también se han detectado instalaciones eléctricas, así como la red de pluviales que recoge el agua de lluvia que cae en la GC-1
«La escollera», explica el informe, «disminuye en el punto del socavón, aumentando la fuerza del oleaje sobre» el muro de contención «con su consecuente deterioro». Añade que «se ha producido una disminución de la escollera que protege el paseo en unos cuatro metros». Ha sido precisamente la reducción de la escollera la que ha producido el socavón, por la mayor exposición de la zona a los efectos de las mareas.
«Si el constante impacto del mar no se detiene», advierten los técnicos, «se puede provocar la rotura de la calzada, arruinando la GC-1».
El socavón se detectó el pasado mes de mayo, pero hasta ahora no se había hecho nada porque las administraciones se limitaron a vallar la zona y pasarse la pelota. Los técnicos advirtieron hace cuatro años, en un informe encargado por el Cabildo, sobre la necesidad de reforzar la escollera para evitar que la acción del oleaje vuelva a producir un hundimiento en la Avenida.
