Las grandes líneas marítimas internacionales que transportan mercancías de un extremo a otro del mundo tienen una parada obligada en el Puerto de Las Palmas. Desde hace casi cuatro décadas, la terminal de Operaciones Portuarias Canarias (Opcsa) es el enlace de Gran Canaria con el mundo, la puerta que permite a la economía de la Isla estar vinculada con el comercio global. Este año, el Cabildo de Gran Canaria ha reconocido su dilatada contribución a la actividad económica insular con un premio Roque Nublo que será recogido por su director, Jan Nowak, el jueves de la próxima semana.

De los 56.000 metros cuadrados de explanadas que tenía en 1986 ha pasado a 400.000 en 2021

Opcsa ocupa en la actualidad 410.620 metros cuadrados de terrenos ganados al mar y dispone de 1.934 metros de línea de atraque en dos muelles, aunque los comienzos de la terminal fueron mucho más modestos. La compañía obtuvo su primera concesión en 1986 para 56.000 metros cuadrados y 235 metros de atraque en el muelle EN-2, uno de los primeros construidos en la dársena exterior gracias al abrigo que generaba el recién levantado dique Reina Sofía. El proyecto, refrendado por el Ministerio de Obras Públicas en enero de 1987, suponía la primera terminal dedicada al tráfico de contenedores del Puerto de Las Palmas.

Aquella Opcsa inicial arrancó casi en precario, con grúas móviles que alquilaba para gestionar las mercancías, hasta que la compañía adquirió por fin la primera maquinaria para manejar contenedores que llegó al Puerto de Las Palmas. Las operaciones se multiplicaron a partir de entonces y en los años siguientes a la puesta en funcionamiento de la terminal, el recinto de la capital grancanaria duplicó el número de unidades movidas: los 100.000 contenedores escasos de 1985 pasaron a ser 200.000 en 1989.

Más espacio

El tráfico de contenedores reclamaba cada vez más espacio. Opcsa había crecido atendiendo atendía a compañías como Pinillos, Odiel, Navicon, MSC, OPDR de Hamburgo y Canarias, Trasatlántica, Transinsular, Cameroon Shipping y Nenúfar, la mayoría dedicadas al transporte de mercancías entre la Península y las Islas, pero las grandes cajas metálicas estaban destinadas a tener un mayor protagonismo a través de las rutas oceánicas. La estratégica posición del Puerto de Las Palmas lo convertía en el emplazamiento ideal para una terminal de transbordo internacional, por lo que era necesario encontrar un espacio más amplio en el que operar.

La solución se encontraba al sur de la primera terminal, en unos terrenos que por entonces ni siquiera existían. En la década de 1990, el muelle León y Castillo ganó grandes explanadas de hasta 500 metros de ancho a las que acabó mudándose Opcsa tras una potente inversión –2.200 millones de pesetas– en maquinaria e infraestructura.  

Con el terreno preparado y la maquinaria en funcionamiento, tan solo faltaba convencer a alguna naviera internacional del potencial de Las Palmas como puerto de enlace, algo que acabó ocurriendo casi por casualidad. El 25 de noviembre de 1997, el portacontenedores MSC Carla se partió en dos en medio del Atlántico, cerca de Azores, y tuvo que ser remolcado a duras penas hasta Gran Canaria. Lo que quedaba del barco quedó atracado a la terminal, desde donde se pudieron recuperar los contenedores. 

De pequeño a gran cliente

La naviera italosuiza, reconocida a comienzos de este 2022 como la mayor del mundo dedicada al transporte de mercancías en contenedores, era hasta entonces un pequeño cliente de Opcsa, pero el éxito de la ‘Operación MSC Carla’ terminó convenciendo a Gianluigi Aponte, fundador de la saga familiar que gestiona la compañía marítima. A partir de entonces, la Mediterranean Shipping Company multiplicó su presencia en la Isla.

En algunos ejercicios ha llegado a acumular el 68% del tráfico total de La Luz moviendo 37 contenedores a la hora

El impulso a las operaciones internacionales y la mudanza a su ubicación actual supuso para Opcsa un espectacular crecimiento. Durante los siguientes ejercicios, la terminal llegó a acumular el 68% del tráfico total de La Luz con un récord de 37 contenedores a la hora, algo que tuvo reflejo en las estadísticas: las unidades TEU –sistema de medida habitual en la industria marítima para este tipo de transporte– volvieron a duplicarse en el Puerto de Las Palmas entre 1994 y 1999, con la apertura de las nuevas instalaciones, y superaron por primera vez el millón de contenedores en 2004. En estos años, Terminal Investment Limited (TIL), una empresa participada por MSC, se puso al mando de la terminal.

Esta barrera, que ha vuelto a ser superada en múltiples ocasiones –la última, en 2021–, permitió a Las Palmas situarse entre los principales puertos de una amplia área oceánica. En poco tiempo comenzó a codearse con los primeros de España –Algeciras, Valencia y Barcelona– y se colocó entre los quince más importantes de Europa y en el top 100 del mundo, lo que impulsó a la vez la demanda de personal de la terminal. Durante estos años, el aumento de trabajo en Opcsa ha supuesto más contrataciones en administración, mantenimiento, operativas de muelle y estibadores, además de los puestos indirectos en talleres, consignatarios, provisionistas o agentes de aduana.  

En primera división

Opcsa «coloca al Puerto donde está ubicada, en la primera división de la logística internacional», en palabras de su dicrector, Jan Nowak. La terminal «es doblemente importante» para el Archipiélago, que recibe el 90% de las mercancías por vía marítima, y «facilita y abarata el acceso a los mercados internacionales» a importadores, exportadores y la sociedad en general, recalca.

El responsable de Opcsa subraya la «evolución continua» que ha experimentado la terminal durante los últimos años, con mejoras como la implementación de un sistema operativo interno que facilita las operaciones, o la seguridad reforzada que aportan los últimos mecanismos de control y vigilancia. Esto ha permitido superar sus propios récords en poco tiempo, con operaciones que cada vez incluyen más movimientos de contenedores o buques de capacidad cada vez mayor. Tras el acuerdo alcanzado entre la Autoridad Portuaria de Las Palmas y MSC para renovar la concesión hasta 2051, el futuro en estos momentos pasa por modernizar la terminal con nuevas grúas y trastainers, además de electrificar la terminal. «Ya estamos trabajando sobre plano», avanza Nowak.