El domingo 20 de marzo y de madrugada como le gustaba a el empezar el día, Francisco Santana Macías, Cuco, navegó hacia las estrellas en su propio bote de vela.

Cuco nació, se crio y vivió en el entrañable barrio de Las Alcaravaneras.

Aunque no aprendió a nadar se conocía al dedillo las peñas de las hermanas, todos los rincones de la playa y fue tripulante de los botes de vela canaria, formando parte en las tripulaciones del Kruger viejo, el Belmont y el Pueblo Guanche

Pero su bote querido fue  el Porteño, cuando era chico su abuelo lo llevaba a las regatas y el gritaba “El bote va en camino”.

El Boyón de la Campana fue donde nos contó algo de su vida:

“Probablemente si en el muelle preguntamos por Francisco Santana Macías, muy pocos sabrían indicarnos por quién preguntamos, pero si lo hacemos preguntando por “Cuco" no habría la menor duda en saber de quién se trata. El es muy querido y apreciado entre sus compañeros.

"Cuco" es uno de esos pocos tripulantes de vocación tardía en la práctica de la Vela Latina y su introducción en la misma no Ie llega por tradición familia, sino que se inició en ella por un compañero, Cristo Sánchez, que lo trajo al muelle y aquí se quedó.

A la pregunta que color le pondría a la vela latina el siempre decía que el color de la vela latina es el de la bandera canaria.

En su juventud comenzó a trabajar en el antiguo Eco de Canarias y tras su cierre pasó a la Delegación de Hacienda en Las Palmas, en donde trabajó la mayor parte de su vida pasando a ser conocido como Cuco el de Hacienda.

Nos deja a sus setenta y un años tras sufrir un rápido cáncer, que el para quitarle hierro al asunto nos decía que era una piedra en el riñón y que pronto la expulsaría. 

Hasta siempre vecino de Las Alcaravaneras.

En Paz Descanses, y allá donde estés por siempre “Toca la vela”