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El desguace pone punto final a las peripecias del 'Natalia', el barco del hachís y el yeso

Llegó al Puerto de Las Palmas el pasado verano con 20.000 kilos de resina de cannabis escondida entre 5.000 toneladas de materiales de construcción

El 'Natalia', durante la intervención en alta mar por parte de una patrullera de Aduanas de la Agencia Tributaria en agosto de 2021. LP/DLP

El Natalia, un buque cargado de hachís que fue interceptado por las autoridades españolas en aguas atlánticas el pasado verano, llega al final de sus peripecias estos días en el Puerto de Las Palmas, donde está siendo desguazado. Además de las 20 toneladas de droga, el barco, que arribó a la capital grancanaria en estado precario, transportaba 5.000 toneladas de yeso que ocuparon durante meses una de las escasas naves disponibles en el recinto hasta que la Autoridad Portuaria de Las Palmas logró darles una salida. 

Del barco ya no queda prácticamente nada. El Natalia llegó a la planta de reciclaje de buques de la empresa Logiscrap en el muelle Reina Sofía el pasado octubre, dos meses después de entrar en Las Palmas de Gran Canaria escoltado por patrulleras de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, y desde entonces han tenido lugar los trabajos para ir desmontándolo de manera paulatina tras vaciar sus depósitos. Esta misma semana ha entrado por fin en rampa, señal inequívoca de que pronto desaparecerá por completo. El plazo estimado para completar los trabajos es de un mes.

Para llevar a cabo el desguace del buque, la Autoridad Portuaria de Las Palmas tuvo que obtener una autorización expresa por parte de la Audiencia Nacional que llegó a comienzos de septiembre, pocas semanas después de la intervención del Natalia en alta mar. La compañía Natalia Marine Co Ltd interpuso un recurso de reforma contra la decisión del juzgado que fue desestimado en enero de este año, y posteriormente presentó otro de apelación ante la Sección Segunda de la Sala Penal del mismo tribunal.

Grave riesgo de incendio

La representación de la empresa descartó su responsabilidad alegando que era el capitán quien controlaba la carga y todo lo que ocurría a bordo del buque, adujo que el Natalia no era un bien perecedero e insistió en que no tenía intención de abandonarlo. La Audiencia Nacional rechazó este segundo recurso a mediados de febrero haciendo referencia a un informe elaborado por la inspección de la Capitanía Marítima de Las Palmas en el que se señalaba que el barco presentaba «un grave riesgo de incendio y peligro de hundimiento inminente que podría causar graves daños al medio ambiente y a las instalaciones portuarias».

Interceptado en aguas cercanas a Canarias un buque con 20 toneladas de hachís

Interceptado en aguas cercanas a Canarias un buque con 20 toneladas de hachís Policía Nacional

En su fallo, la Sala tuvo en consideración que su presencia en La Luz suponía un «peligro real» para bienes y personas, «causando grave quebranto a la explotación del Puerto». El informe de Capitanía Marítima contenía «razones constatables y objetivas, después de haberse realizado una inspección del barco», según recoge la sentencia, que también describe como carentes de base acreditativa las alegaciones del armador

La autorización de desguace no es la única que tuvo que solicitar la Autoridad Portuaria a raíz de la llegada del Natalia. La droga, cuyo valor en el mercado era de unos 39 millones de euros, venía escondida entre grandes sacos de yeso que tuvieron que ser descargados en cuanto el barco llegó al Puerto dado su estado precario. El material quedó depositado en una de las escasas naves vacías disponibles en el recinto de la capital grancanaria, tras lo que fue necesario realizar una tasación y encontrar un comprador que estuviera interesado en él.

Tras obtener el permiso de la Audiencia Nacional, el yeso fue finalmente vendido a 18 euros la tonelada, según señala el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra. El dinero recibido, en cualquier caso, no resulta suficiente para pagar la operación de descarga del material y el resto de gastos en los que ha tenido que incurrir la administración.  

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